Crucifixio...•Libre•

Vampire Prince

Una vez mas, mi insomnio y propia inquietud, me habían llevado a aquel lugar de nuevo; desde la ventana de mi habitación, podía observar esa cruz que coronaba aquel vacio lugar y fui tentado de nuevo para quizás esta vez obtener alguna respuesta a mis constantes interrogantes. Sin importar la hora que era, Salí a atravesar el inmenso jardín del castillo hasta alejarme de este e internarme en el bosque con el sonido de las hojas crujiendo ante mis pasos como mi único acompañante hasta que finalmente estuve frente a la entrada de aquel pueblo que de no ser por algunos humanos que Vivian en este podría decirse que estaba muerto. Las calles estaban oscuras y quizá solo en algunas ventanas abría alguna vela encendida, pero no le daba importancia al detalle de mis alrededores, mi vista se concentraba en el frente ya que mis pasos lentamente alcanzaban aquel lugar.
Finalmente estaba frente a esa enorme par de puertas; y con el solo uso de mi dedo índice y medio empuje con suavidad una de ellas para poder abrirme pasó y entrar a aquel lugar. El solo poner un pie dentro me hacia sentir ligeramente incomodo y aun sin embargo, también era un lugar al que me agradaba ir cada que visitaba los lares del pueblo. Empecé a caminar, escuchando el eco de mis pasos y el de mi ligera respiración mientras que avanzaba hasta el altar central donde en la mesa de este se encontraba un cáliz. Con la yema de mi dedo medio empecé a contornear el filo de este perdiéndome en los pequeños grabados de aquella copa, levantando lentamente la mirada para encontrarme solo con aquella enorme cruz de donde pendía el simbolismo al que los humanos rendían su fe. Sonreí de medio lado y levante mi mano que acariciaba la copa para llevar mi muñeca a mis labios y enterrar uno de mis colmillos en esta, causando una profunda herida; y antes de que mi sangre escurriera al suelo, dirigí ese pequeño hilo de sangre a la copa para que cayera dentro de ella, dejando apenas un pequeño charco dentro para lego regresar mi muñeca a mis labios y lamer la herida mientras que observaba con una tenue sonrisa el rostro de aquella cruz.

Dhampir

A pesar de tener muy poco tiempo en aquel pueblo, había podido identificar los lugares más comunes donde mis posibles victimas se reunian.
Si quería la sangre de una o un cualquiera solo tenía que adentrarme a uno de los callejones, si quería una buena pelea la cantina era la indicada.
Pero...de vez en cuando mi hambre necesitaba de algo diferente, de algo como...sangre "limpia", con un sabor casí dulce que solo podía encontrar en esa iglesia que guardaba mil y un secretos.

Durante el día solo podías encontrar a supuestas santurronas que fingían fragilidad y escondían a una puta bajo sus largas faldas. Pero en la noche, cuando todo quedaba vacio era cuando las verdaderas almas arrepentidas venían a buscar algo de salvación.
Llegue rapidamente a mi destino pues ya conocía bien el camino, además de que no me había detenido en curosear los alrededores del lugar como por lo regular hacia.
Al llegar pude encontrarme con la puerta abierta, indicando que...había acertado.

Sin hacer ruido entre a la iglesia, asegurandome de que mis pasos fueran lentos y silenciosos para no espantar antes de tiempo a quien se encontrara ahí. Pero al acercarme más me lleve una gran sorpresa...aquella silueta pertenecía a un vampiro conocido...aquel que me recibio justo cuando llegue al pueblo.
Sabía que ya era inutil guardar silencio pues era imposible que otro vampiro no se percatara de mi prescencia. -Que sacrificio tan interesante Kamijo-san...tambien uno por demás valioso pues la sangre de un vampiro no se derrama en vano.- con un solo paso largo deje mi cuerpo detrás del suyo, aprovechando que era ligeramente más alto que él para apoyar mi mentón en su hombro. -Espero que haya valido la pena.- dije antes de estirar mi cuello hacia adelante, alcanzando así la copa para que con solo sacar mi lengua pudiera lamer el borde de esta, saboreando de la sangre que él mismo acababa de sacar de su muñeca.

Vampire Prince

La pequeña herida de mi muñeca estaba terminando de cerrar, pero justo antes de que pasara eso, mis ojos se volvieron para mirar de reojo al que había entrado en aquel lugar; espere paciente a que terminara de acercase, pendiente de las acciones y aunque su olor me era familiar, preferí esperar para asegurarme. Sin moverme de mi lugar, simplemente siguiendo sus pasos con la agudeza de mi oído, mismo que al escuchar aquella voz me advirtió de quien se trataba. Mi vista se quedo sobre aquel cáliz contemplando en el , el carmesí de mi propia sangre y solo hasta que sentí ese ligero peso sobre mi hombro mis ojos se hicieron hacia ese lado.
-¿Sacrificio?....-
Esboce apenas una perceptible sonrisa de medio lado mientras que cerraba los ojos por un breve momento solo para volver a abrirlos en dirección de aquella pequeña copa.
-Yo diría que era una carnada, solo que…-
Deje mi oración a medias y regrese el cáliz a la mesa del altar, para seguir por girarme lentamente, en dos leves pasos para quedar enfrente de él.
- Aun no decido si valió la pena o no….Die.-
Me erguí por completo mientras que guardaba las manos en mi largo saco negro y le miraba a los ojos con cierto requiebro y apenas una leve sonrisa de medio lado.

Dhampir

La nueva aproximidad de su cuerpo me permitía observar sus peculiares facciones gracias a las velas que decoraban el altar. Sin duda su rostro era poco covencional, con fuertes lineas pero delicadas curvas que culminaban en unos labios carmesí que se movían con total gracia con cada palabra que era dicha por él y que se arqueaban por su atrayente sonrisa.
Sacudí mi cabeza de golpe al notar los pensamientos extraños acerca de él que abordaban mi mente. -¿De que dependera entonces el saber si valio la pena o no?- pregunte siguiendo el hilo de la conversación pues había conseguido intrigarme lo suficiente.

Mientras lo escuchaba, en un gesto casí como una maña, lami mis labios, sin darme cuenta que al hacerlo volvería a probar un par de residuos de su sangre.
En los años que había vivido rodeado de los mismos de mi tipo se me había creado una pequeña...fijación quizás por la sangre de otro vampiro, teniendo esta un sabor tan especial y diferente a cualquier otra cosa en el mundo.
Que era claro que no servía para saciar el hambre como la de un humano, pero para curar otro tipo de "necesidad" era ideal.
En silencio y sin hacer un movimiento que pudiera alarmarlo lo deje aprisionado contra la mesa del altar, con mis piernas entre las suyas aunque sin crear un evidente roce de nuestros cuerpos. Aprovechando dicha distraccion, alcance el cadíz de nuevo, llevandolo a mi nariz como si fuera un catador de vinos. -Interesante.- musite al reconocer una diferente mezcla de olores en su sangre.
-Así que esto era una carnada...esperabas atrapar a un pequeño curioso que se acercara eh?- sonreí sin dejar de ver el rojizo liquido de la copa, observandolo unos segundos antes de llevarlo a mis labios, bebiendo todo de golpe, poco importandome que dejara manchas en la comisura de mi boca. -A veces...Kamijo, el cazador por más habil que sea...se convierte en la presa.- dije aventando la copa lejos, escuchandola chocar contra una de las paredes y hacerse pedazos, aunque no fui capaz de ver eso ya que de inmediato usando mi fuerza un poco más poderosa que la de él y aprovechando el efecto sorpresa pude recostar su cuerpo en la mesa, acorralandolo bajo el mio.
Sin esperar un solo segundo me abalance sobre sus labios, restregandolos primero con los suyos, pero al ver que mantenía su boca cerrada saque uno de mis colmillos, rasgando el inferior para que comenzara a emanar su preciada sangre directo a mi boca.

Vampire Prince

Mis ojos se concentraban en los suyos, pasando por alto de momento el movimiento de su mano para alcanzar aquella pequeña copa, pero ante esa casi imperceptible acción suya una de mis cejas se arqueo para que seguir por ver como llevaba aquella copa a sus labios, tomando mi sangre que había dentro de ella. Forme una pequeña sonrisa ante su interrogante y el estruendo de la copa resonó en las paredes de aquella iglesia, a lo que de igual manera que él no di la menor importancia, pero su acción siguiente logro que mi rostro se deformara ante una leve mueca de desacuerdo. Mi espalda estaba ahora contra la mesa de aquel altar y de un momento a otro sus labios se refregaban contra los míos, los cuales permanecían cerrados ante esto demostrando el mínimo intereses ante esta atrevida acción. Un pequeño calor se manifestó en mis labios, proveniente de la pequeña herida que había echo su colmillo en carne de mi labio inferior, a lo que simplemente reaccione llevando mis dos manos por entre la distancia que había entre ambos para acomodar mi saco que se había arrugado por sus acciones.
-Para que eso no pase, los cazadores, tenemos que tomar ciertas medidas, Die.-
Dije en un tono suave y firme, y con mis manos tome las suyas por las muñecas, para en un rápido movimiento, juntar ambas para así poder tomarles con solo una de mis manos mientras que el ante brazo de mi ahora mano libre, fuera directo a su cuello, separando su rostro del mío y seguir por empujar mi cuerpo contra el suyo dando apenas un medio giro, con todo el peso de este, colocándole ahora él la misma posición que había ingeniado para conmigo; solo que mi mano que sostenía sus muñecas se fue a por encima de su cabeza, sometiendo estas contra la mesa del altar, apoyando aun mi ante brazo sobre su cuerpo para mantener una distancia prudente de su rostro con el mío.
-Como por ejemplo, no permitir que la presa, se pase de lista.-
Sonreí ante su mirada y retire mi ante brazo de su cuello para seguir por incorporarme pero sin soltar sus muñecas y antes de que pudiera hacer algo, utilice ese mismo agarre para que antes de que él terminara de incorporarse girar su cuerpo, medio torciendo sus muñecas entre mis manos; llevando esta vez las suyas aun sostenidas por mis manos a contra su espalda, colocándole esta vez de espaldas contra mi.
-Y como dije, el contenido de esa copa, era mi carnada, por lo que al haberle tomado….-
Empecé a murmurar y haciendo mas presión en el agarre de sus muñecas fui apalancándome contra suya para llevarle de nuevo a recostarle sobre la mesa del altar, solo que esta vez, boca abajo.
-Te conviertes en mi presa….-
Termine de decir, y con la mano que mantenía libre retire el cabello que cubría su nuca, para que con uso de la uña de mi dedo índice, clavándola justo donde terminaba el nacimiento de su cabello, empezar a deslizarle por la piel de su nuca, formando el hilo rojo de un profundo arañazo del cual leves gotas de su sangre empezaron a brotar y las cuales me acerque a retirar con solo la punta de mi lengua.

Dhampir

De repente me ví en una posicion bastante inconveniente para mi, con mi espalda pegada a su pecho y mi cuerpo aprisionado en la misma mesa en la que lo había acorralado. Sin duda había sido un gran error el bajar mi guardía al verme distraido por su sabor, pero no era nada que no pudiera remediarse.
Yo no era un debil vampiro ni mucho menos un inservible humano al cual el podía doblegar, yo tenía una fuerza incluso más poderosa que la suya y podía empujarlo lejos de mi cuerpo sin dificultad.
Pero en lugar de eso espere a que su lengua dejara de recoger parte de mi sangre con la punta de su lengua para aventar mi cuerpo hacia atrás para empujarlo, a la vez que mi cabeza alcanzaba a propinar un golpe seco en su mentón, dandome segundos valiosos para incorporarme de nuevo, quedando de pie aun con su cuerpo detrás del mio.
De inmediato eche mis manos hacia atrás, justo alrededor de su cuello para jalar de su cabello, obligando a que su cabeza se moviera como yo lo ordenaba.
-Sabes bien que quiero de ti, y no me voy a detener hasta conseguirlo.- En una especie de "llave" aplicada a su cuerpo, lo jale del cuello de donde lo tenía sujeto, para cargarlo por encima de mi hombro, dandole la vuelta completa como si lo hiciera "volar" encima de mi para luego soltarlo bruscamente contra la mesa, dejandolo totalmente recostado sobre de esta con su cuerpo boca arriba.
Dando un habil salto fue como pude quedar encima de su cuerpo, con mis piernas a sus costados y mis manos aprisionando las suyas para evitar que se moviera. -Porque no me lo entregas ya y prometo hacerlo lo más placentero...para ambos.- dije asomando mis colmillos por entre mis labios, lamiendolos con la punta de mi lengua justo antes de arrojarme a su cuello enmedio de un gruñido que resono en las paredes de la iglesia.

Vampire Prince

Involuntariamente mi espalda de doblo levemente al chocar contra la mesa de aquel altar y con un leve gesto de disgusto le observe posicionarse encima de mí y al ver la clara intención de su rostro dirigiéndose a mi cuello, torcí con fuerza una de mis manos, sin importar que la piel de esta se lastimara ante el brusco movimiento y una vez que logre zafarle de la suya, fue rápidamente a su cuello, deteniendo abruptamente el movimiento de este antes de que terminara de acercarse. Ahogue una leve risa y con el mismo agarre que mantenía en su cuello ladee su rostro para obligarle a verme.
-La paciencia en fundamental para el cazador, Die…-
Empecé a decir, recorriendo su rostro con la mirada, al mismo tiempo que mis dedos se presionaban con un poco mas de fuerza en su cuello.
-Y son muchas cosas lo que nos hace perderla, como por ejemplo el temor a vernos sometidos por quien erróneamente llegamos a considerar nuestra presa. Y al perderla, se comenten errores y son errores como esos…-
Deje mi oración abierta y aunque tener sus piernas a los costados de las mías limitaba mis movimientos para salir de su “aprisionamiento”, no me impedía el flexionarlas, así que vertiginosamente doble una de mis piernas para propinar un empuje a su espalda con mi rodilla, obligándole a prácticamente caer encima de mi, dejándome accesible su oído cerca de mis labios.
-Los que hacen que el cazador se convierta en la presa…-
Finalice mi frase anterior y rápidamente aun sosteniendo su cuello y aprovechando esos escasos segundos en su posición, levante su cuerpo ayudado de mi mano y de una de mis piernas para girarlo por encima de mí, haciéndole tanto soltar mi otra mano como caer al suelo a uno de los costados de la mesa. Me incorpore lentamente, soltando un suspiro mientras que “sobaba” mis muñecas entre si para relajarlas del anterior agarre y me iba levantando para bajar de la mesa, quedando en el otro extremo de donde él había caído.

Dhampir

Su voz la cual antes era melodiosa y sin duda atrayente ahora se había convertido en un molesto sonido que hacía que mi sangre bombeara con fuerza, y que mis labios ardieran por la ansiedad de callar sus labios. -H-hablas demasiado.- musite soltado un ronco jadeo mientras me veía caer por la mesa a causar del movimieno que había hecho con sus piernas, dejandome al alcance de sus manos, cosa que no desaprovechó en lo absoluto.
-Quizás es porque eres un maldito egocentrico que disfruta del sonido de su voz retumbando en las paredes de esta iglesia. O quizás...tienes miedo de verte opacado por alguien.- lo mire desde mi posicion, pudiendo observar como sobaba sus muñecas provocando que riera sarcasticamente por dicha acción.
Desde ahí podía jalar sus piernas sin problemas, hacerlo caer al piso de nuevo y quitarle la sonrisa egocentrica que tenía en su rostro. Pero en lugar de eso me puse rapidamente de pie, aprovechando la velocidad y elasticidad que un humano no tendría para de un solo brinco sentarme en la orilla de la mesa.
-Tienes tanto miedo de ver tu supuesto poder doblegado, que crees que con estar "encima" te librarás de cualquier cosa.
El tirarme de esa manera de seguro alimento tu preciado ego, el mismo que vienes a saciar cada vez que vienes a esta iglesía, pretendiendo ser un dios...un demonio...cuando en realidad no eres más que un niñato mimado.- Baje de la mesa donde me encontraba, dando unos pasos hacia él para comenzar a rodearlo, provocando que caminaramos casí en circulos, avanzando de a poco hasta el centro de las bancas de la iglesia.
-Tengo claro que no eres una "presa" debil, y no es mi intencion "cazarte".- me detuve justo frente a él, sin hacer ningun contacto de nuestros cuerpos, solo lo suficiente para que notara mi potente prescencia frente a él. -Pero si quitas esa barrera de niño perfecto, si dejas de resistirte al placer más grande que has sentido en tu vida...entonces tu y yo "querido amigo" podemos pasarla muy bien.- mi voz era algo ronca, casí seductora mientras que ahora mi mano derecha encontraba el camino hacia su nuca, enredandose en sus rubios cabellos. -Solo es cuestión de que te abandones al placer, ese que nunca tendrás con un humano apestoso o un debil vampiro que se abrira de piernas ante ti. ¿Porque no mejor mezclar lo que tu y yo disfrutamos? La sangre...el sexo...y el mismo dolor.-

Vampire Prince

Avance un poco, rodeando la mesa como el lo hacia, siguiendo su entretenido “juego” mientras que reía en mis adentros, escuchando con diversión cada una de sus palabras mientras que ladeaba el rostro, levantándolo ligeramente pero sin perder la mirada de la suya y sin dejar que cualquiera de sus “provocaciones” alterara mi semblante en absoluto, ya que eso era, simples provocaciones. Me quede escuchándole, dejándole creer que me “torturaba” psicológicamente y ante aquello, mi imperceptible sonrisa se amplio un poco mas al tenerle de frente; inmutado ante su contacto, levante un poco mas mi rostro y negué con este un par de veces antes de llevar el dedo índice de una de mis manos a su mentón, para levantar un poco mas su rostro manteniendo la mirada clavada en la suya.
-Dime, Die, que fue lo que te hizo pensar que tenias lo suficiente para asegurarme el pasarla “bien” contigo…-
Mi voz era suave, mucho mas calmada que las veces anteriores en las que había hablado y tras dejar esa oración abierta levante con lentitud mi mano para alcanzar la muñeca de su mano que tenia sobre mi cabello, retirándola lentamente de ese lugar.
-No crees que… ¿El egocéntrico resulta ser alguien mas?...-
Solté una leve risa y antes de soltar su mano, apreté su muñeca con algo de fuerza para jalar de la misma al mismo tiempo que le daba un pequeño giro a esta para obligarle a voltearse y poder someterla contra su espalda mientras que con mi otra mano aferraba el codo de su mano libre a una distancia prudente tanto de su otra mano como de mi, para evitar cualquier movimiento por parte de esta. Mis dedos se apretaba con fuerza sobre su muñeca y codo, haciendo cada vez mas fuerte el agarre ante cada intento de forcejeo por parte suya y con ayuda de mis pies, abrí sus piernas lo mas que podía para meter entre estas mis pies, evitándole algún movimiento por parte de estos.
-Y déjame decirte Die, que con todo y tu palabrería, no lo tienes…-
Subí con un poco mas de fuerza la mano sometida en su espalda, castigándole por cada forcejeo o intento por zafarse de donde le tenia y empecé a empujarle contra de las paredes cercanas, obligándole a quedar completamente pegado contra esta, pero sin perder el agarre ni la posición en la que le tenia. Con ayuda de mi frente, empuje su rostro para que una de sus mejillas quedara completamente pegada contra la pared dándome un completo acceso a uno de los lados de su cuello y sobre este, justo al mismo tiempo que mis dedos ahora le agarraban con fuerza y alzaban su mano hasta dejarla un poco mas debajo de su nuca, en un punto exacto donde en cualquier movimiento mas podría llegar dislocarle; clave mis colmillos sobre su piel, pero antes de empezar a probar de su sangre empecé a mover mi rostro ligeramente de un lado a otro, haciendo que los pequeños orificios hechos con mi colmillos se agrandaran, que la piel que sostenía estos se estirara, dejando que su sangre brotara por las heridas de una manera mas abundante por un instante, antes de empezar a llevar la misma a mi boca.