Hunting [PRV]

Había caído la noche y era una noche de luna llena, al contrario de la mayoría de los lobos jóvenes esta no me causaba mucho problema podía controlarme medianamente, no obstante ya tenía varios días sin alimentarme correctamente, por lo que aquel día en cuanto me transforme el hambre me dominó como pocas veces lo había echo, así que abandoné el castillo hacía el bosque pretendiendo hallar algo bueno para comer.

Llegué hasta un lago donde un par de niños jugaban en la orilla, su inocente rostro y la frescura de su carne me llamaron, por lo que me abalancé sobre ellos hundiendo su rostro en el agua el suficiente tiempo para solo desmayarlos, ya que si los mataba el calor de estos hubiera escapado a la hora de cenar.

Salí de ahí rápidamente para que ninguno de sus acompañantes me vieran, corrí rápidamente hasta hallarme con una construcción un tanto extraña y vieja pero al parecer vacía y eso me bastaba para mi cometido, entre al lugar y avancé entre curiosos instrumentos, sin embargo mi hambre era mayor como para detenerme a jugar con ellos, deje a una de mis presas en una enorme mesa de madera, mientras a la otra la encadene con unos grilletes que estaban en la pared porque no tardaría en despertar.

A la que estaba en la mesa la desnudé y cuando sus ojos empezaban a moverse, dí una certera mordida a su vientre, disfrutando de su cálida y joven carne, la cual era más deliciosa de lo que creí, los gritos no tardaron en aparecer por parte de ambos, aunque el que me alimentaba calló cuando murió desangrada, terminé dejando aún parte de su cuerpo destazada, dirigiéndome hacía mi postre atacando esta vez su cuello, esperando que nadie oyera los gritos de ese niño.

Llevaba la mitad del día vagando por los bosques, estar encerrado definitivamente no era para mi, tendía a aburrirme demasiado rápido, así que prefería andar todo el día y regresar en contadas noches a dormir. Ese día la noche me había alcanzado y para mi fortuna quizá era noche de luna y aunque en realidad no tuviese de que preocuparme, ya que los años me habían enseñado a controlarme y había sido entrenado para convertirme a mi voluntad, sin embargo, algo que me beneficiaba demasiado era que mis sentidos parecían ser los únicos que evolucionaban con ese estado ya que se agudizaban y no podía estar mas orgullos de eso, sobre todo en esa ocasión ya que eso fue precisamente lo que me llevo a ubicar un olor, bastante… familiar algo lejos del bosque donde yo me encontraba y al parecer no iba solo, mezclado con su aroma, estaba otro, uno mas puro por así decirlo; aquello llamo inmediatamente mi atención y decidí apresurarme para seguirle lo cual, me llevo a una enorme edificación donde antes de que cruzase la puerta, acompañado del grito de un infante, el olor de la pura sangre se hizo presente.
Negué con la cabeza y entre a aquel lugar siguiendo aquel aroma que se hacia mas fuerte conforme avanzaba, hasta que finalmente llegue ahí estaba el olor familiar. Rasque mi nuca mientras que negaba con la cabeza y aprovechando su estado de vesania en esa forma me acerque rápida y sigilosamente para tomarle con toda la fuerza de mis brazos por la espalda, colocando uno en su cuello, el cual apreté con fuerza contra este para ahogarle.

Quieto cachorro ¿No te enseñaron en tu manada a controlarte y a no comer como un vil perro salvaje?

Con ayuda del agarre que tenia sobre su cuerpo y a pesar de que este estaba transformado, le separe de los restos del cuerpo de aquel pequeño niño y le lleve a una jaula…

Spoiler:

Que estaba en la esquina de aquella habitación, aprovechando que esta se encontraba abierta y arroje su cuerpo hacia esta, para seguir por enredar las cadenas, asegurándola para que no saliera, colocando el viejo y oxidado candado de esta.

Parece que, ya no educan a las crías como antes, en otros tiempos…

Sonreí de medio lado, observándole y me puse en cuclillas para buscar sus ojos en su deformado rostro transformado.

… Te hubiera matado, no encerrado…

Comenzaba a saciar mi sed con aquel pequeño cuerpo que se desgarraba entre mis manos, que más bien eran garras cubiertas de sangre, aunque mi conciencia no había vuelto del todo, ya que me había dominado el instinto y hasta no estar completamente satisfecho y que la noche comenzara a morir, regresaría a mi estado habitual, sin embargo una enorme sensación de asfixia se hizo presente, frente a lo que gruñí alto y trate de quitarme de encima a lo que después gracias a su voz reconocí como ese viejo lobo que había conocido antes, forcejee para liberarme, pero la falta de aire me debilitaba un poco y solo sentí el chocar de unos fríos barrotes contra mi espalda, me había encerrado, no podía haber cometido algo más estúpido, odiaba las jaulas por lo que comencé a empujar mi hombro contra esta para salir de ahí, al igual que sacaba mis garras para tratar de alcanzarlo, cosa que me fue imposible, fuertes y largos aullidos acompañados de gruñidos inundaban el lugar que solo estaba iluminado por la luz lunar.

Para mi suerte, esta fue cubierta por un montón de nubes, lo cual me dio la oportunidad de controlarme un poco y así volver parcialmente a mi forma humana, ya que el color de mis ojos, mis afilados colmillos y mis garras seguían presentes, podía hablar perfectamente aunque mi voz era un poco más grave de lo normal.
-¿Que demonios crees que haces?!! sácame de aquí ahora maldita sea!!!-

Le gritaba mientras sacudía los barrotes con fuerza, relamiendo los rastros de sangre que habían quedado alrededor de mi boca, el chirrido de las cadenas era muy fuerte y esperaba que estas por estar tan viejas cederían en cualquier momento.

Ladee mi rostro, observando su escándalo dentro de aquella jaula y me cruce de brazos mientras que soltaba una ligera risa de entre mis labios. Negué con la cabeza mientras que continuaba mirándole y sabía perfectamente que aquella vieja jaula no le detendría por mucho tiempo mas, sobre todo en ese estado por lo que camine un par de pasos para acercarme mas a la jaula y me puse en cuclillas frente a esta, apoyando mis ante brazos sobre mis rodillas.
Enserio que ya no hay respeto…
Dije mientras que cambia mi semblante por uno mas duro, fijando la mirada en la suya, observando como de su boca aun pendían esos pequeños hilos de sangre.
Modera tu tono para conmigo cachorro, eres joven y fuerte, pero aun te falta mucho para que siquiera te merezcas tutearme…
Me levante de mi lugar y metí una de mis manos entre los barrotes de aquella jaula para alcanzar su cabello y atrapando un puño de este entre mis dedos, tire del mismo con fuerza para pegar su rostro bruscamente a los barrotes de la jaula y acerque el mío a los mismo para mirarle a los ojos.
Cálmate… no pienso sacarte hasta que lo hagas, ni tampoco tienes permiso de salir hasta que estés calmado y no se te ocurra desobedecerme pequeño, que de antemano sabes que si pude encerrarte sin transformarme haciéndolo acabo contigo…
Termine por decir con algo de dureza, casi hablando sobre sus labios mientras que apretaba con mas fuerza su cabello entre mis dedos y subí mi otra mano para con mi larga uña del dedo índice, hacer un pequeño arañazo en su mejilla derecha donde un delgado hilo rojo apareció, y tirando de su cabello ladee su rostro para acercarme a lamerlo.

Lo veía afuera de esa maldita jaula burlándose, lo que hacia que mi enojo creciera, aunque para mi suerte por el chirrido del metal este comenzaba a ceder y faltaría poco tiempo para poder salir de ahí y hacerle pagar por meterse donde no lo llamaban y encerrarme,le quitaría aquella sonrisa de los labios, mientras me perdía un poco en mis pensamientos y formulaba un plan para salir de ahí, un fuerte jalón de mi cabello me regreso a la situación, acompañado de un ligero dolor en la mejilla debido al golpe con los barrotes, quería contestar todo lo que decía, pero en ese estado no podía hablar, por lo que solo lo miré fijamente a los ojos, dejando salir unos cuantos gruñidos de mi ahora hocico, mostrando mis dientes amenazadoramente.

Fingiendo resignación volví a mi forma humana de nuevo, o al menos eso le hice creer, ya que la transformación no había sido completa y deje mis afiladas garras expuestas escondidas detrás de mi espalda.
-Maldito! sácame de aquí y veremos si sigues pensando que acabarás conmigo-

Reí de forma burlona dejando que arañara mi mejilla para después sacar mi mano, arañando primero su rostro y después jalándolo del cuello de su camisa, estrellándolo contra la jaula en repetidas ocasiones, con toda la fuerza que ese estado me permitía, provocando que quedara un poco aturdido y esto me permitiera quitarlo de mi camino y salir fácilmente de la jaula, la cual patee hasta que se topo con el otro extremo de la habitación, rompiéndose un poco.

Inmediatamente corrí hacia él, dejándolo tirado en el suelo quedando de cuclillas sobre su cuerpo, tomando su cuello con una mano, atinando un par de golpes en su mejilla con la otra, mientras le decía.
-No te creas el macho invencible, acabas de notar que no lo eres-

Reí en su cara, definitivamente me habia dominado el instinto, por lo que no reparé y simplemente di una fuerte mordida en su cuello, cerrando mis mandibulas lentamente, desgarrando su carne con lentitud, mientras sentía su sangre escurriendo por mis labios, degustando el calor de la misma, junto con su delicioso aroma, además de que no tenía tan mal sabor mi compañero.

Al percatarme de las intenciones de su mano para arañarme, ladee el rostro hacia un lado, echándolo ligeramente hacia atrás, quizá no esquivando el arañazo pero si haciendo que no fuese tan profundo; sin embargo, en unos segundos de distracción ante eso su… inteligente agarre para conmigo, me llevo a chocar en repetidas ocasiones contra la jaula, y entre algunos golpes que atinaron en mi cabeza logro aturdirme lo suficiente como para liberarse de la jaula de una manera un tanto ingeniosa.
De una manera un tanto brusca tras sus golpes mi rostro se ladeo de un lado a otro y entre una leve y torcida sonrisa una pequeña queja escapo de mis labios cuando sus sentí el atravesar de sus colmillos sobre mi carne.
-Yo en ningún momento dije que fuese invencible pequeño… el tener…-
Comencé a decir mientras que aprovechando su posición sobre mí acomodaba una de mis manos con sigilo para poder tomar fuertemente uno de sus tobillos con ellas, clavando en ellos mis filosas uñas, mientras que la otra rápidamente le tomaba el rostro para presionar este con mis dedos a manera de que abriera la boca para sacar sus dientes de mi carne.
-Un poco mas de experiencia no me hace invencible… cachorro…-
Reí de manera leve y empuje hacia adelante al mismo tiempo que jalaba con fuerza de sus tobillos al mismo tiempo que empujaba su rostro hacia atrás, soltando este para dejar ir de lleno el dorso de mi mano en un puño cerrado contra una de sus mejillas, para terminar con un jalón mas fuerte de su tobillo para llevarle a caer de espaldas contra el suelo.
Sin soltar su tobillo y con toda la fuerza de mi brazo, le levante del suelo, dejándole de cabeza colgado de mi agarre y entre una pequeña risa continúe hablando.
-Y creo que puedo encontrar muy beneficiosa esta situación para enseñarte como someter a tus mayores… pequeño... Y no creas que voy a pasar por alto esta falta de respeto…-
Dije al mismo tiempo que con mi mano libre rosaba la herida de mi cuello, tomando de mi sangre con la yema de mis dedos, y seguía por llevar estos a mi boca para limpiarles mientras que apretaba su tobillo en mi mano para luego de un momento a otro dejarle caer de cabeza al suelo y antes de que pudiese reaccionar me incline para tomar sus cabellos con una de mis manos.
-Primero, nos encargamos de que el contrario realmente quede aturdido para darnos el tiempo de efectuar nuestro plan…-
Musite y empecé a estrellar su rostro contra el suelo con el agarre de sus cabellos, pero, con la diferencia de que cuidaba que los golpes fueran lo mas fuertes posibles y que todos fueran en su frente y uno ultimo sobre su nariz.
-Segundo, tenemos que darnos prisa y limitar cualquier movimiento que él otro pudiese usar en nuestra contra, además de asegurar no cometer ningún error estúpido, como dejarle las manos libres…-
Rápidamente solté sus cabellos y seguí por sentarme en su espalda, quitándome rápidamente la chaqueta de cuero que llevaba a la vez que de mi bolsillo sacaba una pequeña daga para sacar largas tiras de esta y tomar sus dos manos para someterlas contra su espalda, atando estas con las tiras de mi chaqueta de cuero desde sus muñecas hasta un poco mas de la mitad arriba de sus codos.
-Y por ultimo, si vamos a atacar, hay que asegurarnos de que no tenga una manera de librase de nuestro ataque…-
Retire mi cinturón y deslice sus pantalones por sus piernas hasta dejarlos en sus tobillos y amarre el cinturón alrededor de estos por encima de su pantalón con toda la fuerza que era posible para luego sentarme con todo mi peso sobre la parte trasera de sus rodillas y de un jalón con una de mis manos baje sus interiores para dejar sus glúteos al descubierto y sobre uno de ellos deje ir el filo de mis colmillos, aferrando con fuerza una pequeña porción de la carne de estos y de un tirón de mi rostro hacia atrás, arranque esa porción de piel, misma que comencé a tragar para luego lamer esa herida al mismo tiempo que una de mis manos apretujaba su otro glúteo y un par de dedos de la otra se colaba por entre ellos para rosar su entrada con la yema de los mismos.