Yuze's House

OverLord

Spoiler:

Dhampir

Tan solo unos días atrás me había topado con un hermoso chico en el pueblo. Su apariencia era confusa, incluso con un toque androgino que lo hacía parecer una delicada niña, pero si realmente fijabas tus ojos en los hermosos detalles de su rostro, en el característico olor de su cuerpo y sobre todo de su sangre podías darte cuenta de que se trataba de un chico...uno por demás interesante.
La primera vez que lo había visto fue en pleno atardecer, el pueblo aun estaba repleto de personas que caminaban tranquilamente, de seres que se dirigían a sus hogares para permanecer a salvo antes de que la noche llegara. Pero él...él capto mi atención. De entre cientos de diferentes aromas que llegaron a mi nariz, el suyo era el más puro, el más "honesto" como si ese humano tuviera realmente un alma pura, cosa que era totalmente imposible de ver esos días.

Tan solo fueron instantes en los que nuestras miradas se cruzaron antes de que él saliera casi corriendo en dirección a la comunidad de pequeñas casas como si viviera escondiéndose dándole un aspecto realmente divertido...

Divertidos fueron los siguientes días...

Días en los que me embarque en una interesante cacería...

Cacería que tenía un solo propósito... hacerlo mio.

Yo no solía ver a los humanos como un juego a diferencia de otros vampiros que había conocido, no era de los que acostumbraban interesarse en ellos y solo los veía como el preciado alimento que necesitaba día a día, pero él se había metido en mi mente de tal forma que mis siguientes días los había dedicado a perseguirlo, siguiéndolo de cerca o de vez en cuando viéndolo desde las azoteas de las diferentes construcciones percatándome de que estaba en lo cierto...aquel chico era puro, dedicado solo a sus cosas y excluido de los pecados que lo rodeaban.
Era un preciado manjar y pronto...seria mio.

El último día de cacería me aventure a seguirlo hacia su hogar, escondiéndome hábilmente entre los arboles mientras que observaba con detalle cual de todas las casas era la suya.
Desde mi posición observé sus ultimas actividades del día, notando como afortunadamente dormiría temprano esa noche. Espere tan solo un par de horas más, solo lo suficiente para que los demás a su alrededor durmieran también y no fueran a ser una molestia para mi plan, además de que necesitaba que su pequeño cuerpo estuviera perdido en el mundo de los sueños para poseer sus sueños, volviéndome no solo el dueño de su cuerpo si no también el de todo lo que estuviera en su cabeza.
Di un ultimo vistazo a mi alrededor antes de acercarme a paso veloz hacia su morada, encontrándome en cuestión de segundos con la gastada puerta de madera, misma que solo tuve que empujar un poco, presionando la perilla de esta hasta alcanzar romperla de tal manera que entre sin hacer destrozos, bueno...una perilla rota y una puerta fuera de su lugar no contaban como gran daño.
Asegurándome de tener total cautela, cargue sin dificultades una mesa del pequeño comedor, colocandola frente a la puerta para atrancarla, evitando que alguien fuera a entrar, pero sobre todo evitando que él fuera a...salir.
Reprimiendo divertidas risas me adentré hasta lo que era su habitación, reconociendo ese dulce y seductor olor suyo, el cual se despedía aun más cada vez que soplaba algo de aire entre sueños.

Me recargue en el marco de la puerta por unos instantes, observando con una creciente excitación como dormía plácidamente en la cama, portando solo una larga playera que cubría la mitad de sus muslos, pero ahora por el movimiento natural de su cuerpo había subido un poco más, dejando sus blancas piernas en total descubierto. Sus sabanas estaban desordenadas pero bien agarradas por su pequeña mano como si estar bajo esas cobijas fuera a protegerlo. Un típico error humano, una creencia estúpida de pensar que al apagar la luz, todos los peligros se irían si se encontraban bajo esas telas.
Decidí acercarme un poco más a él, paseando la punta de mis dedos por la pierna que se asomaba por las cobijas, misma que le daba un aspecto totalmente infantil. Cuidaba de que mis largas y negras uñas no rozaran su piel para no llegar a despertarlo. -Humanos, pueden estar a punto de morir y aun así...duermen como tiernos bebés.- susurre con una sonrisa, decidiendo llevar mis manos a la ropa de cama para quitarla por completo de su cuerpo, causando una ligera ventisca de aire que lo hizo temblar como un pequeño animal indefenso.
Poco a poco mi sed...mi hambre, se hacía más grande, llevándome a inclinarme totalmente, sacando mi larga lengua para lamer sus blancas piernas de arriba a abajo, soplando una bocanada de aire frío sobre los caminos de saliva antes hechos.
Me sorprendía lo pesado que era su sueño, mismo que no se inquietaba ni siquiera por mis acciones anteriores, ni tampoco cuando decidí recostarme a su lado, con su espalda contra mi pecho y mis manos en el borde de su playera.
Deje mi cabeza en su hombro, justo donde tenía al alcance de mi nariz su blanco cuello, sitio que despertaba mis más bajos instintos y pasiones, provocandome un ansiedad por enterrarme y beber de él una y otra vez mientras que hacía que su suave voz se quebrara. Dichos pensamientos hacían que mi entrepierna se endureciera y se rozara de manera accidental con sus bien formados glúteos, sensación que incremente al moverme en dirección a su cuerpo rozándome una y otra vez.
Mis manos evidentemente no se quedaron quietas, buscando su camino por dentro su prenda hasta llegar a sus delicados interiores.

Paseaba lascivamente mis manos por dentro de sus muslos, rozando de vez en cuando su entrepierna con tanta delicadeza que él seguía sin abrir lo ojos, aunque ahora ciertos factores como su respiración agitada y un par de balbuceos me indicaban de que su cuerpo disfrutaba las sensaciones, además de que el endurecimiento de su entrepierna era más que evidente.
A pesar de que disfrutaba de ese juego, mi propia excitación se había convertido en algo doloroso y las ganas de poseer su cuerpo me carcomían casi tanto como el hambre de su sangre, por lo cual hice uso de mis uñas y mis fuertes dedos, rasgando en trizas su ropa interior, asegurándome de nuevo de que no rozara su piel al hacerlo.
Un jalón por aquí, una rasgada por allá y un certero corte fueron más que suficientes para dejar su entrepierna sin prenda alguna.

Lamí mis labios por la perfecta imagen que tenía a mi lado así que no me resistí y cambie mi posición, sentándome ahora sobre sus pies para hacerle imposible el escapar, además que desde ahí solo tenía que doblar mi cuerpo hacia el frente para alcanzar el nuevo objeto de mi deseo, notando los deliciosos respingos de placer que daba cada vez que mi respiración chocaba con su piel.
Ya sin contenerme moví su cuerpo a una mejor posición, totalmente recostado en la cama, con su playera levantada hasta la altura de su plano vientre.
Ahora este juego me tenía loco...ansioso, excitado y algo violento, quería que despertara ya, quería ver su rostro de sorpresa, esa culpa reflejada en sus ojos al disfrutar tanto de las atenciones de la boca de un ser maldito como yo. Así que manteniendo mi posición en su entrepierna me aventure a encajar mis uñas en sus muslos, haciendo un certero y duro rasguño que provoco largas heridas de donde brotaba su sangre.- Es hora de que despiertes Yuze...-dije lo bastante alto como para obligarlo a abrir los ojos, momento justo en el cual yo engullía toda la longitud de su miembro en mi boca asegurándome de esa...fuera la primera visión que tuviera al despertar.

Humano

Mi vida en aquel pueblo pesaba lenta y aburrida, mis días eran monótonos en su totalidad, todos empezaban de la misma manera y acababan igual, pero de algún modo aquella monotonía esta bien para mi, no necesitaba grandes cosas o eventos emocionantes en los días que transcurrían para sentirme bien, al contrario aquella tranquilidad de los días me era mas que perfecta. Pero algo había pasado en los últimos días, durante mi rutina se estaba empezando a presentar una extraña sensación… la de ser observado, de alguna manera y aunque aquello no fuera posible sentía que alguien me seguía, que me observaba y aquello me ponía nervioso, me hacia avanzar mas rápido por las calles para regresar lo antes posible a casa donde me sentía de alguna manera… protegido.
Ese día en particular había hecho un par de cosas mas fuera de lo habitual por lo que al final del día regrese rápidamente a casa y sin siquiera comer algo,, me deshice de mi vestido y demás, dejándome solamente en interiores además de una larga playera con la que acostumbraba dormir y sin mas, me metí bajo las sabanas para cerrar los ojos y perderme entre sueños de todo alrededor. No supe en que momento me había quedado dormido, quería descansar y aquello era mas fuerte que la preocupación de que de alguna manera sentía el desliz de una sombra entre mis sabanas; quería pensar que aquella sensación era atribuida a un sueño y que lo que sentía tan cerca era parte del mismo. Pero había algo en aquel sueño, algo que de un momento a otro me hizo estremecer, un escalofrió corrió por todo mi cuerpo haciéndole temblar entre sueños. Los movimientos naturales de mi cuerpo al dormir estaban dándome sensaciones que no había tenido noches anteriores, aquel sueño era peculiar, pero la falta de imágenes de este en mi cabeza me obligaban a tener mucho pensamientos que me llevaban a que aquello no se trataba de un simple sueño, mas sin embargo había cosas en este que eran… placenteras. Avergonzado de mi propio pensamiento apreté los ojos con fuerza y atribuí a que de manera inconsciente me había movido de lugar quedando en entero sobre la cama y fue en ese punto donde una sombra apareció en aquel sueño, esta me tocaba, se paseaba por mi cuerpo y en el momento en que inconscientemente empezaba a disfrutar de eso, un punzante dolor apareció y llevo a mi espalda a arquearse con fuerza y una fuerte voz salió de aquella sombra que al abrir mis ojos cobro la forma de hombre que se encontraba justamente en mi entrepierna y lo que era aun mas vergonzoso, con mi miembro en su boca.
Rápidamente me levante, sintiendo de manera inmediata el desconcierto de aquella situación en la que estaba ya que no tenia idea de quien era él y lo que era pero, porque estaba cometiendo aquel acto tan penoso conmigo. Un jadeo escapo de mis labios y sentí como mi rostro ardía en demasía y rápidamente lleve una de mis manos a la cabeza de aquel hombre presionándola para alejarla de mí.
-N… no que… hace…pare… -
Musite por demás avergonzado y empujándome con los pies me aleje de él, liberando mi miembro de su boca y retrocediendo hasta sentir la cabecera de la cama en mi espalda. Mire para todos lados buscando una escapatoria, pero mis piernas no me respondían y sentía leves punzadas en estas que me obligaban a torcer los labios en algunas muecas de dolor, por lo que mi única opción para protegerme fue tomar una de mis grandes almohadas y colocarla delante de mí, ocultando el rostro de la vista de aquel hombre.
-Va… váyase por favor…-
Susurre contra la almohada y apreté esta entre mis brazos, y mis piernas, cubriendo con ayuda de ella mi entrepierna y sintiendo como mis propias piernas empezaban a temblar con fuerza y en la tela de aquella almohada ahogaba pequeños gimoteos, y aunque mi cara estuviera cubierta, me negaba a abrir los ojos de los cuales sentía el humedecer de los mismos.

Dhampir

Note un cambio en su cuerpo, y después una suave presión en mi cabeza, indicándome que al fin había despertado. Aleje mi cabeza haciéndole creer que había conseguido empujarme.
Una ladina y victoriosa sonrisa se dibujo en mis labios al ver esa sorpresiva y de cierta forma adorable manera de reaccionar, gritando y encongiendose como un gatito asustado, como si sus intentos por cubrir su cuerpo fueran suficientes como para impedirme alcanzar mi objetivo.

Solté una carcajada al aire cuando cubrió su rostro con una almohada sintiéndome totalmente divertido por la ingenuidad de un humano. ¿Qué planeaba? acaso ahuyentar a alguien como yo con un suave objeto como ese?
-Irme? Me iré, pero solo con el sabor de sangre entre mis labios y tu preciada inocencia en mi bolsillo.- me acomode sobre su cuerpo, acercándome lentamente a la almohada como si de un cazador se tratase, colocando una de mis largas uñas sobre de esta para así de un solo movimiento rasguñarla con tanta fuerza que las plumas volaron por todos lados, además de eso un hoyo en medio fue creado, permitiéndome ver su rostro asustado por en medio. -Bu~!- dije entre risotadas, disfrutando de los temblores de su cuerpo que solo se hicieron más intensos cuando arroje lejos lo que quedaba de la almohada.

Aprovechando del mar de plumas que nos rodeaban, conseguí someter su cuerpo sin queja alguna, sosteniendo sus muñecas contra la cama y volviéndolo a recostar boca arriba, esta vez con mis piernas a cada lado de su cuerpo para que no tuviera manera de escapar. -Deberías de estar consiente pequeño gatito de que...no tienes manera de ganarme a mi.- hablaba viéndolo desde arriba, acercándome a su cara un poco más con cada palabra dicha. -Así que si quieres salir bien librado de esto...lo mejor es que dejes de protestar y...cooperes conmigo.- lamí mis labios para luego lamer su cara, recorriendo vulgarmente su delicada mejilla, culminando en sus labios. -O si no tendré que obligarte.- musité dándole una fuerte mordida en el labio inferior, rasguñandolo con mis colmillos para que su deliciosa sangre comenzara a brotar como en una pequeña fuente.
Mientras tanto yo colocaba mi pierna en medio de las suyas, dejando mi rodilla muy cerca de su entrepierna. -Y te aseguro de que la segunda opción no te gustará nada.- una nueva risa abandono mis labios mientras que empujaba mi pierna hacia arriba, presionando de manera totalmente dolorosa su expuesto y excitado miembro.

Humano

Permanecía temblando tras aquella almohada, negándome rotundamente a abrir los ojos, pensando que si lo hacia, aquello que yo pensaba era una pesadilla sería realidad. Al escuchar su carcajada resonar por las paredes del silencio que había en mi habitación, mi cuerpo se encogió aun mas y temblé con mayor fuerza, con esa constante idea de querer levantarme y correr de ahí, pero con el flaquear de mis piernas haciéndomelo imposible.
Sus palabras resonaron en mi cabeza y apreté más mis manos en torno a la almohada, presionando esta aun más contra mi, abrazándome de ella como un pequeño escudo entre ambos, lo único que nos separaba y que de manera casi inconsciente sabia que no me protegería en absoluto. El romper de la delicada tela de aquella almohada, reboto en mis oídos y cuando ese “bu” salió de sus labios en forma de burla, inevitablemente di un pequeño brinco, soltando esta echándome ligeramente hacia atrás, y sintiendo como mis mejillas se sonrosaban por la manera en que se burlaba del miedo que sentía en aquel momento.
Una clara expresión de preocupación se formo en mi rostro; sentía mis dedos temblar, la incapacidad para mover las piernas y ahora lo único que me “protegía” ser arrojado lejos. A aquella distracción, añadiéndole el hecho de que había pequeñas plumas volando en el aire, distorsionando aun mas mi vista de cualquiera de sus movimientos, sin que pudiese preverlo me vi sometido contra la cama, con mis piernas entre las suyas y mis manos sometidas contra mi propia cama.
Instintivamente comencé a revolver mis manos, tratando inútilmente de liberarlas ya que la diferencia era más que obvia. Estaba asustado, temblaba como no tenía idea de que podría hacerlo con la simple presencia de alguien más y ahora, para empeorar la situación, sus palabras hacían que mi miedo creciera aun más. Pequeños gimoteos comenzaron a salir de entre mis labios al verle cada vez más cerca y empecé a parpadear repetidamente tratando de disipar la humedad que en mis ojos había y mis piernas empezaron a removerse, frotándose entre si, dándole leves roses al interior de las suyas.
-No… no quiero… -
Murmure entre pequeños gimoteos y ladee mi rostro de un lado a otro tratando de alejarlo del suyo, sintiendo su lengua recorrer la piel de mi mejilla, antes de recibir aquel brusco beso. Un pequeño quejido salió de mis labios y con ello, cerré mis ojos con fuerza, tratando a toda costa de hundirme todo lo que podía en la cama para alejarme de aquel hombre.
Arquee mi espalda con algo de brusquedad cuando sentí esa presión directamente en mi entrepierna y ante esto inevitablemente, el llanto que venia conteniendo desde hacia un momento comenzó a correr por mis mejillas mientras que sentía un ardor en mis labios y de los mismos salían quejidos ante aquella presión a lo que mi cuerpo se revolvía y por obviedad mis piernas se levantaban a lo que dada la posición que teníamos una de ellas paso por entre las suyas y entre aquel forcejeo tan inútil por tratar de liberarme, dio un par de bruscos roses a su entrepierna, mientras que en la mía entre tanto movimiento, se frotaba de manera aun mas insistente arrancándome algunos suspiros y gemidos que trataba de reprimir lo mas que podía ya que me hacían sentir por demás apenado de que incluso aquellas caricias a las que me negaba me hicieran sentir de esa manera.

Dhampir

Aquellos desesperados e inútiles movimientos que hacía con sus manos solo conseguían hacerme reír dentro del beso en el cual lo tenía atrapado, negándome en todo momento a dejarlo ir de este.
Notaba con en medio de ese supuesto forcejeo que tenía, sus piernas alcanzaban a rozar mi entrepierna, despertandola de manera supuestamente accidental, causando que las risotadas ahora si fueran imposibles de contener, viéndome obligado a dejar sus labios unos segundos para poder hablar sobre de estos. -No estoy seguro si todo lo que haces es por miedo...o si realmente sabes lo que quieres...deseas que siga pero no te atreves a pedirlo. Pero adelante continua con esa actuación que tienes, porque entre más llores, entre más luches...más me excitas pequeño minino asustadizo.- me incorporé un poco para observar su cuerpo, sobre todo aquellos rasguños que yo mismo había hecho en sus piernas, lugar de donde despedía el más delicioso y puro olor que había presenciado en miles de años.
-Y si dices que no quieres...-volví a subir mi mirada por su cuerpo, esta vez posándose sobre la blanca piel de su cuello y de sus hombros que habían quedado un poco descubiertos por el forcejeo, causando que su camisón se deslizara por sus brazos.- yo haré que quieras...haré que pidas por más y...te daré aquel placer que nunca has tenido en tu vida.- hablaba confiadamente, tomándome mi tiempo entre palabras, para luego concluir con una ligera lamida en su hombro, mismo que poco a poco me llevó a su delicado cuello.
Mi nariz comenzó a pasearse de arriba a abajo, aspirándolo, embriagándome de aquella dulce tentación que me había atraído hacia aquí.
-Así que ahora vamos a cambiar esos quejidos y esas mentiras...por verdaderos gemidos.- hable contra la piel de su cuello, asomando peligrosamente mis colmillos y acercándolos a su piel, aunque por el momento solo hice un superficial arañazo con este, buscando solo observar muy de cerca como su humana piel se abría, dejando escapar las más finas y pequeñas gotas de su liquido vital.
Mi lengua se asomo solo un poco, dejando que su sangre cayera ahí sin necesidad de que yo me rozara con su piel, todo esto al mismo tiempo que una de mis habiles manos encontro su camino por dentro de su camisón, levantandolo hasta la altura de su vientre para que con una mano pudiera dar ligeras caricias en su vientre bajo, mientras que la otra daba ligeros...golpeteos, incluso repentinos roces con su miembro, buscando que su cuerpo comenzará a reaccionar irremediablemente.

Humano

Un fuerte jadeo salió de mis labios cuando finalmente se vieron liberados de los suyos, ya que mi respiración agitada, añadiéndole el hecho de no poder respirar durante aquel beso, dijeron que empezara a jadear una vez que me vi libre de sus labios. Ladee la cabeza, alejando la mirada a toda costa de la suya, por lo que cerré los ojos con fuerza sin dejar de lado, lo que ya sabía que eran inútiles intentos por liberarme, pero que mi cuerpo hacia por simple instinto. Escuchaba claramente lo que me decía, a pesar de mis constantes gimoteos y de repente con esa manera y ese tono para decir las cosas, con esa risa entre ellas empezaba a pensar que quizás tendría razón y mi miedo solo era para cubrir la curiosidad que me daba el estar con alguien de esa manera, por lo que empecé a temblar con mas fuerza, negándome mentalmente a aceptar esa idea que empezaba a carcomerme el pensamiento.
Perdido en aquellas ideas solo me percate de sus movimientos cuando su lengua tuvo aquel contacto con mi piel y ante ello arquee mi espalda, movimiento acompañado por un leve suspiro que me hizo estremecer y que conforme su nariz se movía sobre mi cuello, se convertía en una ola de escalofríos que hacían que mi cuerpo se revolviera de manera aun mas desesperada bajo el suyo, obligando a que sus manos se frotaran mas sobre aquellas zonas que hacían que me distrajera del miedo me dieran a probar de algo que no había experimentado aun. Un pequeño ardor se hizo presente en mi cuello y tras este un quejido abandono mis labios mientras sentía ya con mayor claridad los pequeños respingos que daba mi miembro ante el rose de sus manos y que de manera casi inconsciente obligaba a mis caderas a levantarse, a moverse en busca de mas de aquella sensación que era completamente nueva para mi y que hacia que sintiera mi cuerpo arder.
Con un poco de esfuerzo, ladee mi rostro en busca del suyo y a pesar de lo borroso de mi vista dada la humedad de mis ojos, fije estos en los suyos. Mantenía los labios entreabiertos y libremente jadeos y suspiros abandonaban mi boca a la vez que sentía el subir y bajar agitado de mi pecho, buscando recuperar el aliento que no tenia para cuando volver a ser normal. Ahora, entre aquellas caricias por parte suya, mi cuerpo se debatía con mi cabeza. Mi cuerpo pedía mas, se sentía curioso, ansioso y completamente caliente y lentamente, comenzaba a humedecer, mi piel se perlaba por la transpiración que aquellos roses tan sutiles y al mismo tiempo tan certeros que me daba mientras que mi cabeza, volvía a atacarme con “no” con el “esto no esta bien” mi mente se encargaba de torturarme psicológicamente y me di cuenta, de que ella estaba perdiendo.
Con mi húmeda mirada en la suya torcí con fuerza mis manos, entre las suyas, lastimando por obviedad la piel de las mismas, aprovechando que entre sus acciones su agarre se había vuelto un poco mas débil y me daba la oportunidad de finalmente liberarlas aunque para ello haya tenido que lastimarme. Si mente hubiese ganado, quizá, hubiera aprovechado para escapar, pero en vez de ello, mis manos fueron al cuello de su camisa, donde a pesar de lo temblorosas se aferraron con fuerza, con toda la que tenia y con la voz totalmente entre cortada, desviando la mirada finalmente de la suya y sintiendo el fuerte ardor en mis mejillas murmure.
-Solo… no me haga daño…-
Cerré nuevamente los ojos con fuerza y en un intento mas por buscar desahogar el miedo que aun sentía, jale mis manos en su camisa, arrugando la misma y al mismo tiempo zafando algunos botones del inicio de esta, dejando parte de la piel de su pecho al descubierto.

Dhampir

Podía notar la incertidumbre, la confusión que le provocaban las nuevas sensaciones de su cuerpo incluso el "miedo" estaba presente en el olor de su piel mezclado con el sudor que lo perlaba. Detalles que tan solo lograban provocarme más al verme embriagado por esa mezcla que llenaba el aire de su pequeño hogar.
Llegué a distraerme lo suficiente como para permitir que el agarre en mis manos se hiciera un poco más débil, dejandole algo de "acceso" para forcejear e incluso llegar a safar sus manos de las mías a pesar de que lo más seguro era que eso le ocasionara un fuerte dolor en sus muñecas y una que otra herida que...desafortunadamente para mi, no fue lo suficientemente profunda como para sacarle sangre. -¿Qué intentas eh pequeño?- dije curioso al sentir sus manos en mi pecho.
Lo primero que pensé era que de nuevo intentaría apartarme inútilmente, o que incluso llegaría a defenderse, haciéndome todo más lento y tardío, pero en lugar de eso tuve la grata sorpresa de que sus manos comenzaran a moverse por decisión propia por mi camisa, arrancando los primeros botones de esta. -Hacerte daño dices...- repetí tomando sus manos con una de las mías, guiando la misma camino abajo para "obligarlo" a que se fuera deshaciendo de cada botón hasta dejar mi pecho al descubierto, para luego dejar caer la camisa por mis hombros, necesitando de un solo movimiento para quitarme por completo aquella estorbosa prenda que no era más que un limitante para sentirlo.
Después volví a recostar mi peso sobre de él, asegurándome de que mis labios susurraran sobre los suyos. -Conmigo vas a aprender aquello que te dijeron que estaba prohibido...vas a conocer que el pecado...el deseo...lo incorrecto, se disfruta mucho más que lo "permitido".
Además de que cuando esta noche acabe...habrás comprendido lo delicioso que es el dolor.- terminando de decir eso comencé a bajar lentamente por su cuerpo, deslizando mi nariz por el centro de su pecho, hundiéndome en su vientre donde su ropa estaba enredada debido a mis previos movimientos, y bajando por último a sus delicados muslos, mismos que se encontraban cubiertos de unos leves listones de sangre. -¿Duele?- pregunte haciendo fuerte presión justo en la herida, enterrando sin delicadeza alguna una de mis uñas para provocar que la sangre saliera en mayor cantidad y que esta manchara de mejor manera sus blancos muslos.
Habiendo obtenido la cantidad de sangre que deseaba, retire mi uña para, continuando con mi anterior camino bajar hasta su pierna, quedando mi boca a nada de su sangrante piel. -Y esto pequeño...?- susurre justo antes de que mi lengua recorriera la misma zona que antes habían trazados mis uñas, comenzando a experimentar así con su pequeño y frágil cuerpo, tan solo para percatarme de que tan grande era su resistencia al dolor para así poder enseñarle la combinación perfecta.

Humano

Entre abrí los ojos cuando sentí sus manos tomando las propias, las cuales estaban completamente temblorosas, sentía mis dedos guiados para abrir su camisa y observaba con total pudor como su piel empezaba a quedar al descubierto hasta que finalmente esa prenda termino por caer, dándome una completa vista de su torso desnudo. Trate de desviar la mirada de su piel, ladee el rostro para alejar mi atención de esta pero me era imposible el no echar fugaces vistazos a su torso, partiendo la mirada desde su vientre, recorriendo su pecho y cuando iba a llegar a su rostro, ladeaba el propio alejando mi atención de eso, para que de alguna manera seguir ocultando el vergonzoso deseo que ese hombre había comenzado a despertar en mi.
Sus palabras eran fugaces para mi, y trataba de digerirlas lo mas rápido que podía, pero el simple hecho de tenerle encima de mi, me distraía y en una manera de sostener mi cuerpo, que a pesar de estar sobre la cama sentía que en cualquier momento se doblegaría, lleve mis manos a sus hombros, para aferrarme a ellos, clavando mis dedos en su piel sintiendo en la yema de los mismos el calor que emanaba su piel y que a pesar de los constantes temblores de mis manos, buscaban como tocarle. Si, mis dedos empezaron a moverse por instinto, el instinto que había tratado de controlar, pero que ahora ya me era más que imposible. Sin que me diese cuenta de cuando, mi cuerpo comenzó a ser atacado con un sinfín de escalofríos entre cada una de sus caricias que lograban arrebatarme mas de algún vergonzoso sonido proveniente de mis labios y de los cuales un sonoro quejido salió cuando sentí aquella punzada.
-Ahhmn… S….si… duele…-
Dije en un casi inaudible susurro entre un pequeño gimoteo mientras que un gesto de dolor se manifestaba sobre mi rostro y torcía mis labios, los mordía con fuerza, para quejarme por las heridas que dejaban mis dientes sobre ellos en lugar de pensar en esa ola de sensaciones que su lengua en mi herida me provocaban. Ardía, punzaba y al mismo tiempo no quería que se alejase de esa zona, mis manos fueron directamente a sus cabellos y con un tembloroso agarre de estos empecé a tratar de alejar su rostro de mi piel. Mi cabeza ordenaba a mis manos detenerle y mi cuerpo pedía mas de ese doloroso contacto y lo hacia de una manera que no podía controlar ya que se empujaba contra sus labios, se movía para que su lengua explorara mas zonas de piel que se ponían ansiosas por ser tocadas por él y de un momento a otro mientras que sentía el escozor en la herida a causa de su caliente saliva, sin control ya de lo que mi propio deseo me pedía murmure.
-N…no… se detenga…-
Me mordí los labios con fuerza y de alguna manera, la pierna que tenia libre la levante lo suficiente para que se alcanzara a colgar de uno de sus hombros, donde la flexione para que su cuerpo se pegara mas al propio mientras que mis manos se hacían un puño en sus cabellos presionando su rostro contra el muslo de mi otra pierna y mi espalda de revolvía sobre las sabanas de mi cama, buscando que el ardor que sentía en mi piel fuera apagado entre esos roses.

Dhampir

"-N…no… se detenga…-" al escuchar aquello de inmediato una amplía sonrisa de costado se presentó en mis labios. Por supuesto que no tenía intenciones de detenerme, desde que lo había conocido por primera vez en el pueblo sabía que de una forma u otra culminaríamos en el ardiente deseo de nuestros cuerpos en una situación como en la que estábamos ahora.
Sus leves empujones me hacían reír silenciosamente no solo por la desesperación con la que buscaba satisfacer ese deseo que crecía en él, si no también por la "inocencia" que presentaba al creer que era capaz de controlarme.
-Tsk- chasquee mis labios mientras subía por medio de besos y ligeros rasguños con mis colmillos a su piel, alcanzando el hueso de su cadera. -Quita tus manos.- ordené sacudiendo mi cabeza una vez para apartar el contacto en mi cabello, consiguiendo la libertad que deseaba para recorrer horizontalmente ese hueso, lamiéndolo y succionandolo unas veces antes de dirigirme a su entrepierna que no dejaba de dar respingos de placer, cosa que aproveché para que fuera su miembro mismo el que se acercara a mis labios, los que yo solo tenía que rozar suavemente en su glande, abriéndolos un poco para que su humedad los machara deliciosamente. -¿Qué te hago sentir....dímelo, describe lo bien que se siente esto...- lengueteé su glande, bajando paulatinamente hacia su falo, tomando y mordisqueando ciertas porciones de su piel, en especifico sus venas con algo de fuerza. -O...esto.- terminé mi frase a la vez que mi lengua abandonaba su miembro para ir directo a su entrada, dándole una nueva sensación a su cuerpo al ser penetrado por ese húmedo y sobre todo rápido órgano que comenzaba a abrir ligeramente sus paredes.

Humano

Vergüenza, en ese momento no podía estar mas avergonzado de estar de aquella manera con ese extraño que se atrevía a tocarme y me hacia perder el control de lo que decía, de darle sensaciones a mi cuerpo que le hacían perder el control sobre si y a pedir de una manera casi inconsciente por mas de aquello que era algo nuevo para mi. Arquee mi espalda nuevamente, sin dejar de lado esos constantes movimiento de un lado a otro por parte de la misma ya que se habían vuelto necesarios como una manera de desahogo para toda esa ola de sensaciones de las cuales no sabía cual atender primero.
Mis manos temblaron sobre su cabeza y así como lo ordeno las retire temblorosas de sus cabellos, dejándolas de momento en el aire a la altura de mi pecho. Mis dedos se movían un poco se cerraban y flexionaban un poco al sentirle y podía sentir como ese ardor en mi cuerpo se hacia aun mas intenso tras cada movimiento suyo.”Describe” el había dicho, no, dada su fuerte voz, aseguraba que era una orden una vergonzosa orden, ya que como podría explicar lo que sentía en ese momento, sobre todo cuando su boca tomaba mi miembro de esa manera obligándome a retorcerme con fuerza.
Apoye las manos en la cama y con ayuda de ellas empuje mi cuerpo hacia atrás tratando de alejar mi entrepierna de su rostro de alguna manera aunque aquello fuera algo imposible ya que inconscientemente aun deseaba que continuase tocándome.
-N…no…-
Musite entre jadeos, como una negación a explicarle algo que ni siquiera había probado y que ahora recibía de esa manera tan repentina llevando a mi cuerpo a sentir una tras otra, esas sensaciones de placer que se mezclaban deliciosamente con el dolor de las heridas que aun había sobre mi piel, las mismas que ardían y sentía calientes pero que no se comparaban con el ardor, con el intenso calor de mi cuerpo siendo quemado por cada tacto de su lengua, misma que me llevo a un nuevo nivel, dando una certera embestida en ese lugar que nadie mas había tocado.
Mi cuerpo se revolvió con fuerza y mi espalda se arqueo con brusquedad al mismo tiempo que mi cabeza se movía de un lado a otro y con un sobre esfuerzo, poniendo toda la fuerza en una de mis piernas lleve el pie de esta a uno de sus hombros, para por este empujarle hacia atrás, alejándole por completo de mi entrepierna y así darme la oportunidad de gatear fuera de la cama en un desesperado intento por huir, no de él si no de las sensaciones que me daba y a las cuales, quizá veía aun con algo de miedo, por lo que al estar fuera de la cama, corrí fuera de mi habitación hacia la cocina, en busca de un lugar para esconderme, siendo este bajo la mesa del comedor aprovechando que contaba con un largo mantel blanco que llegaba hasta el suelo.
Me metí bajo la mesa y abrace mis piernas con fuerza mientras que cerraba los ojos de la misma manera y ocultaba mi rostro entre mis rodillas esperando que aquel hombre se fuera o por lo menos no me encontrara.

Dhampir

No?
No solo se había atrevido a negarme una orden clara y directa, si no que también tuvo ese estúpido atrevimiento de intentar luchar contra de mi al empujarme lejos de su entrepierna con ayuda de su pierna que no era competencia para mi, que fácilmente podía quebrar y separar de él para que nunca más escapara de esa forma.

Aún así me intrigaba lo que intentaba hacer para huir, así que deje que gateara por al cama para luego correr hacia la salida de su habitación, dirigiéndose a toda prisa hacia otro lado.
Ingenuo...valentía...estupidez, era lo que pasaba por mi mente en esos momentos, ya que por más que se escondiera debajo de donde fuera, su olor era tan fuera que podía delatarlo a kilómetros. Tan solo tuve que seguir el mismo hasta dar con él, llegando a una pequeña mesa cubierta por un largo mantel blanco donde debajo él se encontraba. -Sal de ahí pequeño gatito...- canturreé colocándome de rodillas para levantar con una de mis manos el mantel, "asomándome" hacia abajo.- o más bien debería de decir...ratón- finalicé con un tono seco, para luego jalar de su cabello rubio sin nada de delicadeza, tirando de este para sacarlo de la mesa y ponerlo de pie, con su cuerpo frente al mio y dándome la espalda.
-Vamos a enseñarte algo animalito.- con el peso de mi cuerpo conseguí presionarlo contra la mesa dejándolo casi doblado por completo en esta. -A mi nadie...me dice que no.- coloqué mi cabeza en su hombro, hablando...casi gritando en su oído sin darle importancia a que leves hilos de saliva fueran escupidos directo a esa zona.
-Te lo advertí, las cosas pudieron ser por las buenas...pero tú elegiste que fueran así.- encajé las uñas de mi mano izquierda en su cadera, manteniendolo en posición, con su espalda paralela a mi pecho, consiguiendo así controlarlo con solo leves movimientos mios de adelante hacia atrás.

Mientras tanto mi mano derecha tomaba un cuchillo cercano a nosotros, con el cuál hice un corte directo en el mantel, comprobando el poderoso filo de este. -Bien vamos por partes entonces... - llevé aquel cuchillo a su garganta, sosteniendo el filo de este directo contra su piel. -Si tú dices que sí a todo...entonces podrás salir bien librado de esto.- la mano que estaba en su cadera, subió por el costado de su cuerpo, avanzando y avanzando hasta alcanzar su nuca, de donde le di un empujón, haciendo que su cabeza fuera hacia el frente, y luego un jalón por el cabello de su nuca, causando que "asintiera" con la cabeza, mostrándola que al hacer eso, ningún corte era realizado en su cuello, tan solo un ligero cosquilleo en su garganta.
-Pero si te atreves a decirme que no...- ahora mis manos en su nuca consiguieron mover su cabeza de un lado a otro, imitando una "negación", cosa que...causo que aquel cuchillo hiciera un corte horizontal en su cuello, del cual comenzaron a salir leves gotas de sangre ya que no había sido lo suficientemente profundo como para hacer un daño mayor. -teñiré tu querido mantel de hermoso carmesí.- finalicé soltando su cabeza para regresar mi mano hacia abajo, esta vez encajando descaradamente mis uñas en su nalga izquierda, mientras que la otra sostenía el cuchillo en posición.
-Veamos si aprendiste y no eres tan estúpido como pensaba... ¿vas a obedecerme esta noche Yuze? Tan solo si...o no...-

Humano

Le oía acercarse a donde yo estaba e inevitablemente mi cuerpo comenzó a temblar con fuerza, además de que mantenía los ojos cerrados tratando de pensar en otra cosa e incluso mordía mis labios para evitar el soltar cualquier sonido ya que hasta el respirar sentía que lo hacia muy fuerte y que por ello me encontraría. Su voz sonó en mi cabeza como un fuerte estruendo y cuando menos lo pensé, ya había sido descubierto.
Negué con la cabeza un par de veces, pero antes de que pudiese hacer alguna otra cosa un fuerte quejido abandono mis labios al sentir aquel fuerte tirón de mi cabello con el que se encargo de sacarme de aquel escondite. Sin poder oponer resistencia ya que la diferencia de tamaños y fuerza era mas que obvia, además de que mi cuerpo temblaba demasiado como para poder controlarlo. Mi vista se comenzó a nublar, a humedecerse y una vez que comenzó a gritarme las lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas, las cuales estaban teñidas de un fuerte carmesí debido a al coraje que sentía por el hecho de no poder defenderme y al intenso dolor que sentía en mi cabeza cuando se encargaba de jalar mis cabellos para maniobrar esta a su voluntad.
Una ola de gimoteos se hizo presente acompañada del correr de mis lágrimas y de varios quejidos al sentir sus uñas casi enterrándose en mi piel, y justo cuando pensé que aquel hombre no podía ser mas cruel, observe aterrorizado aquel cuchillo con el que desgarraba el mantel de la mesa y mismo que ahora tenia en cuello. Sentía el filo de este en mi piel y me quede estático al escuchar aquella fuerte amenaza que atentaba contra mi propia vida. Apreté los labios con fuerza cuando sentí como por culpa de sus descuidados movimientos un corte se manifestaba en mi piel, obligándome a arquearme un poco, antes de hacerlo con mayor fuerza cuando sentí su mano en uno de mis glúteos y la fuerza con la que sus uñas se enterraban en mi piel.
Un quejido salió de mis labios y ya no solo gimoteaba realmente estaba llorando inconteniblemente por el trato de aquella persona para conmigo, sobre todo porque ni siquiera le conocía y además de ello, me repetía una y otra vez en mi cabeza que era lo que pude haber hecho yo para que me tratase de esa manera, peor aun para que eso me estuviera pasando. Sentía el deslizar de mi sangre de aquel corte, pero tenia que calmarme si seguía con aquel miedo y con mi cuerpo temblando, quizá podría llegar a molestar de nuevo a aquel hombre y realmente no deseaba que me lastimase, por lo que tras escuchar su pregunta, relaje mi cuerpo, cerré mis manos, haciendo un puño de estas y cerré los ojos brevemente para después de respirar hondamente limitarme a solo asentir con la cabeza, para responderle y posteriormente agachar la misma, permaneciendo con los ojos cerrados, sintiendo como estos ardían y como la humedad de los mismos continuaba resbalando por mi rostro.

Dhampir

-Muy bien gatito.- sonreí malicioso al ver como simplemente asentía con la cabeza, siguiendo aquellas simples instrucciones que antes había dado.
-Entonces.... puedo continuar con lo empezamos?- dije aunque no importaría su respuesta, es más, ni siquiera espere por una cuando ya me encontraba rasgando su camisón con mi mano libre, haciendo uso tan solo de mis largas uñas para aquello.
En cuestión de nada ya había convertido su prenda en simples hilos que colgaban de sus hombros, cubriendo y a la vez no su piel. Con la ventaja de que dejaba ciertas zonas al descubierto de su piel; mismas que no tardé en aprovechar al pasear la frialdad de mis dedos por ahí para buscar que hasta el más mínimo rincón de su piel se estremeciera con mi contacto, que cada zona por más oculta...me perteneciera.

Sin remover mis manos de su cuerpo lo fui jalando hacia mi para quedar lejos de la mesa, caminando en reversa hasta que mis rodillas golpearon con una silla de la cocina, misma en la cual me deje caer con su cuerpo encima del mio, justo en mis piernas y con su espalda contra mi pecho, permitiéndome continuar con el cuchillo en su cuello y sobre todo con mis manos en diversas zonas de su piel. Vagando desde su vientre bajo hasta sus muslos que ahora eran bien conocidos para mi.
De ahí comencé a subir por la inservible tela que lo cubría, retirando la misma de un jalón y teniendo así su delicado miembro a mi disposición y sobre todo al alcance de mis dedos que se estiraban ansiosos a esa zona hasta conseguir enredarme en su tronco, dándole ligeros apretones a la vez que mi dedo índice subía a presionar con total fuerza su glande, "hundiéndole" levemente dentro de su propia carne para darle una ligera sensación de ardides.
-Nunca has jugado contigo mismo pequeño?- hablé roncamente sobre su oído, asomando mi lengua para darle una suave lamida, preparándolo solo para propinarle una mordida tan fuerte que consiguió arrancarle un pedazo de oreja, dejando su carne viva al descubierto y con notables hilos de sangre. -¿Qué tal aquí?- continuaba en mi frase anterior, enterrando mi uña sobre la rosada piel de su glande, enterrándome poco a poco, para luego simplemente retirar mi mano, bajando justo entre sus glúteos. -O que tal más abajo?- bebía directo de su herida, manchando mis labios de su sangre con cada palabra. -Se siente bien cierto?- pregunté aunque por mi anterior instrucción más le valía decir que sí, esto sin importar que hubiera encontrado el camino para dejar ir mi dedo mayor dentro de él, asegurándome de abrir sus paredes con mis uñas, haciendo remolinos dentro de él sin piedad alguna, deleitándome por sus gritos, sus gemidos, pero sobre todo...sus lagrimas de sangre.

Humano

Apreté mis manos, tratando de que mis uñas atravesaran mi piel para que ese dolor me distrajera de las acciones de aquel hombre y sin poder evitarlo mas, sentía la constante humedad de mis lagrimas resbalando por mis mejillas. Negaba una y otra vez con la cabeza mientras que gimoteaba constantemente y mordía mis labios para reprimir cualquier sonido que quisiese salir de mis labios ya que lo que menos quería era hacer algo que provocara que fuera más lastimado; pero por sobre todo que el cuchillo con el que era amenazado llegara a tocar nuevamente mi la piel de mi cuello.
Varios escalofríos corrieron por mi espalda, ahora mi cuerpo estaba casi completamente expuesto ante aquella persona y con esa constante amenaza que atentaba contra mi vida no podía el evitar pensar que cualquier movimiento que pudiese hacer le molestaría y ahí terminaría sin poder haber llegado a nada para defenderme. Pase pesada saliva por mi garganta y trataba de controlar los constantes gimoteos que salían de entre mis labios, los cuales cambiaron de un momento a otro por un leve quejido mas de inconformidad por la resiente posición que teníamos ya que así fuera sin quererlo mi trasero quedaba justamente sobre la entrepierna ajena. De nueva cuenta un quejido abandono mis labios ya que la fuerza que usaba para tocarme, para desnudarme era por demás bruta y con falta de delicadeza que ahora aseguraba que la persona que tenia a mis espaldas seguramente no conocía pero no tenia tiempo de concentrarme en ello, ya que sus manos empezaron a jugar en esa zona tan privada de mi y sin poder evitarlo mi cuerpo empezó a revolverse sobre el ajeno con insistencia a tratar de moverme para alejarme, teniendo siempre cuidado en el punzante objeto que amenazaba aun mi cuello.
Antes de que pudiese preverlo, un sonoro grito salió de mis labios y arquee mi espalda bruscamente ya que en mi oído sentía aquel ardor y por sobre todo el dolor de lo que había hecho cosa que no me dejaba siquiera prestar atención a las nuevas sensaciones que tenia directamente en mi entrada, obligándome a gemir, a casi gritar descontroladamente para apagar de alguna manera el intenso dolor que sentía.
-Duele… duele… duele…-
Hable entre gritos y lloriqueos que ya no podía ni controlar ni sofocar y realmente no quería hacerlo ya que de alguna manera era mi único desahogo para con sus acciones. Muy internamente sabia que no tenia oportunidad para con alguien como él, que mi fuerza estaba muy por debajo de la suya pero, el instinto por defenderme, por sobrevivir a lo que fuera que me pensara hacer, pero por sobre todo, el instinto por alejarse de eso que te esta lastimando, fue lo que me llevo a echar mi cabeza hacia atrás aprovechando la posición de la ajena y a sabiendas de que le daría un fuerte golpe en la cabeza con la propia y aunque eso no seria suficiente para lastimarle, estaba seguro de que le causaría un pequeño aturdimiento así que decidí dar un par de cabezazos mas hacia atrás, atentando contra su cabeza para que esta distracción fuese a un mayor y ya que no estaba sosteniéndome de ninguna manera las manos lleve ambas al ante brazo dueño de la mano que sostenía aquel punzante objeto y lo apreté con fuerza a la vez que lo acercaba a mis labios para darle un fuerte mordida, hasta sentir que mis dientes se clavaban en su carne dándome así un segundo mas de ventaja para arrebatarle en cuchillo de su mano con una propia y así como a él le había importado tan poco mi dolor, con las manos temblorosas y entre fuertes gimoteos alce el cuchillo en mi mano y lo enterré directamente en uno de sus muslos, arrebatándole un pequeño quejido y así dándome la oportunidad de levantarme de entre sus piernas, dejando el objeto enterrado en su piel para poder avanzar tambaleante hacia la salida de la cocina.
Cerré la puerta tras de mi y camine hacia el baño en el cual lo mas rápido que pude me encerré, colocándole el pestillo a la puerta para seguir por avanzar hacia la bañera en donde me metí y me hice bolita en uno de sus lados, ocultando el rostro entre mis rodillas.

Dhampir

Sus patéticas acciones por intentar zafarse de mi agarre no era ni siquiera una pizca de dolorosas, pero sin duda llegaba a sorprenderme la necedad que tenía al no querer simplemente obedecer, queriendo desafiarme a cada paso que daba, lo cual me hizo preguntarme que tan poco valoraba su vida como para tomar un riesgo así.
Hice mi cabeza hacia atrás para evitar los golpes de su cabeza que de seguro le dolían más a él que a mi, pero al hacerlo había conseguido distraerme convenientemente para incluso llegar a clavar el cuchillo que antes sostenía justo en mi muslo.
Aquella acción era igual de insignificante que las otras, pero un leve estado de shock por la valentía que de repente presentó causo que mi cuerpo lo soltara y el aprovechara esos segundos de estupidez mía para salir corriendo hacia otra de las puertas de la casa.

Lo primero que hice fue extraer de golpe aquel cuchillo de mi muslo, sabiendo que mi propia carne sería la encargada de cerrar la herida y de disminuir el dolor por completo, así que me tome un par de segundos en esa posición para darle tiempo a mi cuerpo de recuperarse.
Sostenía el cuchillo entre mis manos, notando como la rojiza sangre manchaba el filo, por lo cual no dude en llevar el mismo a mi lengua para probar de mi propio sabor que en esos momentos fue algo reconfortante.
Al tener de nuevo la movilidad en mi pierna me dispuse a avanzar hacia donde lo había visto marcharse.
-Sabes pequeño...me he cansado de perseguirte por todo este mugrero que llamas hogar...- dije al pie de la puerta que me separaba de él, misma la cual no fue difícil patear y hacer pedazos en cuestion de segundos gracias a mi fuerza totalmente superior y a lo oxidada que estaba la madera de la misma.
De inmediato me adentré hasta donde él estaba y antes de que pudiera hacer algo más, pise directamente su flexionado tobillo, ocasionando que este se lastimara de sobre manera, incluso dejándome escuchar el crujido de sus huesos a causa de la fuerte presión.
-Adelante...intenta escapar de nuevo.- solté una risotada que resonó en las paredes del baño, sintiendo cada vez más mi sed de él justo en mi garganta que parecía arder por el deseo de probarlo.
Así que sin dudar más retire mi pie de su tobillo para así poder jalarlo del cabello, tirando de él sin importarme que su cuerpo se restregara contra el piso, ya que mi intención era jalarlo de nuevo a su cuarto, y levantarlo solo por el cabello hasta dejarlo de nuevo de pie. -Habrá que enseñarte a permanecer quieto.- le dí un fuerte empujón a su cuerpo, dejándolo boca abajo contra la cama, y así aproveche para subirme de inmediato a sus caderas, con el simple fin de amarrar su dos muñecas a la cabecera de la cama con solo ayuda de las sabanas que nos rodeaban, pero asegurándome de que el amarre fuera lo suficientemente fuerte como para que no pudiera escapar de nuevo de mi.

Su imagen era de lo más atrayente, sobre todo porque sus glúteos quedaban así a mi disposición sin nada que me estorbara de hacer lo que quisiera con él. Pero antes de...otra cosa, pensaba devolverle el favor por lo que había hecho en mi pierna con el cuchillo, el cual sostuve a la altura de su cara. -Te gusta este pequeño amigo cierto?- dije burlonamente, moviendolo de un lado a otro mientras que bajaba por su cuerpo, justo a colocar la punta de este justo en sus glúteos. -Vamos a ver que tan bien te llevas con él.- susurré antes de darle la vuelta al cuchillo, haciendo presión justo en su entrada con el mango del cuchillo, dejando que poco a poco entrara en su cuerpo.

Humano

Trataba de controlar tanto como me fuera posible mi llanto, no me gustaba llorar realmente no me gustaba llorar ya que esto solo demostraba lo débil que podía ser y eso no me agradaba sobre todo con alguien como la persona con la que me acababa de topar. Metía mi cabeza entre mis rodillas tratando de hundirla en ese lugar que por ahora yo consideraba seguro y tenia esa tonta idea que tiene la gente cuando esta en peligro; que en cualquier momento vas a despertar y nada de eso va a ser real pero toda esa idea se vino abajo cuando a lo lejos podía escuchar sus pesados pasos. Empecé a temblar, a temblar como nunca y me fue inevitable el contener un pequeño salto cuando el sonido de la puerta al romperse se hizo presente, no quería mirar, pensaba que si no le miraba realmente no estaría ahí pero me fue inevitable el no hacerlo para ver que era lo que me esperaba y justo fue una muy cruel acción de su parte.
Mi espalda se arqueo con fuerza y mi garganta ardía terriblemente por el sonoro grito que abandono mis labios que casi podía jurar que se convertía en un fuerte berrido. Empecé a revolver mi cuerpo en el suelo buscando algún desahogo para todo aquello que sentía, punzadas, dolor, el hormigueo que corría por toda la extensión de mi pierna y esa desesperación por no poderme mover correctamente. Apenas si podía poner atención a lo poco que me decía pero realmente no quería escucharle ya que me daba pánico lo que pudiera decirme y lo que sentí seguido del punzante dolor en mi tobillo fue esa incomodidad de mi cabeza al ser mi cabello tironeado de esa manera. Trate de incorporarme tan rápido como podía para evitar el arrastrar de mi cuerpo por el suelo pero el dolor en mi tobillo no me dejaba hacerlo además de que el miedo que sentía por lo que aquella persona pudiese hacerme y con los ojos fuertemente cerrados empecé a decir quedito y a repetir una y otra vez las palabras que todo el mundo dice o quería pensar que decían cuando se encontraban en situaciones similares, de mi boca salían pequeños “no”, “por favor”, “suélteme” sin ninguna respuesta y aquella me hacia sentir terriblemente mal, ya que podía temer lo peor y que quizá aquello de haberle herido con el cuchillo seria lo ultimo que hiciera.
Lo siguiente que logre sentir fue el suave de la cama dar contra mi rostro pero el dolor de mi tobillo no me dejaba pensar con claridad y no reaccione antes de que empezara a atar mis manos y no es que realmente pudiese haber hecho algo pero ese instinto de supervivencia era demasiado traicionero y en esa ocasión lo pagaría mas que caro. Ladee un poco el rostro y entre la borrosidad de mis ojos apenas si podía distinguir lo que había a mi alrededor pero el pequeño brillo del filo de que punzante objeto era mas que obvio para mi. Un nuevo escalofrío me hizo temblar y de manera casi inmediata mi espalda se arqueo con fuerza al sentir como aquel objeto me iba penetrando. Mi frente se apoyo por completo en la cama y empecé a revolver esta contra las sabanas, negando una y otra vez mientras que de mi boca salían continuas suplicas para que parase obviamente sin ningún resultado.
-Lo… lo lamento… lo lamento…-
Repetía una y otra vez entre aquellos gimoteos que salían de entre mis labios y esta vez, muy a pesar del dolor que sentía y de la humillación que era lo que ese “hombre” hacia conmigo, me quede quieto por un momento, tratando de asimilar todo lo que estaba ocurriendo, sin quererlo, empuje mi cuerpo hacia adelante, tratando de sacar aquella cosa de mi interior.
-Ya…basta, yo… yo no le he hecho nada…-
Dije bajito, y sin importarme cuan doloroso fuera empecé a revolver las manos tratando de sacarlas de aquel molesto amarre ya que aunque era imposible no quería rendirme, ni parecer mas débil delante de él, así que empecé a moverme, quería que me quedara quieto, pero no permitiría que continuara humillándome y mucho menos el lastimándome sin ninguna razón, si quería una razón para hacerlo, pensaba dársela. Tenia una de mis piernas “sana” pero tenia que cuidar de la otra que aun punzaba terriblemente así que flexione un poco la que tenia sin heridas y aprovechándome de la visión que tenia al tener la frente pegada a la cama divise una oportunidad ya que le tenia cerca, atacándome con aquel cuchillo así que rápidamente con esa flexión de mi pierna volví a estirarla para lograr dar un certero golpe en su estomago. Sabía que no me iría bien después de eso, pero ya no tenia nada que perder así que antes de que reaccionase ante ese golpe alcance a flexionar una vez mas mi pierna sana y la estire de la misma manera para dar un certero golpe en su entrepierna.
Jadee por el sobre esfuerzo que hacia y que gracias al dolor que sentía y a mis heridas pues era mas que cansado cualquier movimiento, sobre todo para mantener la concentración de este pero había logrado devolverle al menos algo de lo que me hacia, pero muy pese a toda la disposición que pudiera tener, mi cuerpo se doblego tras aquello y caía por completo sobre la cama, con las manos ligeramente torcidas por el amarre que tenia.

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