Hina's House

Vampire Prince

Spoiler:

Succubus

Ir al pueblo de los humanos no era lo mío, vagaba en los alrededores cuando necesitaba distraerme de estar encerrado en el castillo, pero ir sin una razón a ese lugar no era algo que hiciera. Sin embargo ese día en particular, justo cuando tenía planeado regresar al castillo de improvisto una fuerte lluvia comenzó a azotar en el lugar y yo aun estaba muy lejos, si quiera del camino para volver; quizá, para mi única fortuna es que estaba cerca de la entrada del pueblo en el área donde los humanos tenían ubicadas sus viviendas. Por lo pronto entras en esa zona era mi única opción para resguardarme de la pesada lluvia ya que quizá no era algo por lo que alguien como yo pudiese temer pero, representaba un fastidio estar caminando bajo ella además de llevar las ropas empapadas. Camine por entre las viviendas que estaban ahora a mí alrededor, resguardándome bajo los tejados de alguna, con la idea de que la lluvia se calmara un poco para poder volver y con la única diferencia de que en vez de ello, solo arreciaba. Suspire con pesadez ya que al parecer tendría que quedarme bajo el tejado de alguna hasta que el clima decidiera mejorar por lo que camine a la siguiente y sin fijarme donde me recargue para meter un poco más mi cuerpo bajo el tejado de la misma y al apoyar mi espalda en la madera me di cuenta de que me había apoyado sobre la puerta y que por alguna razón esta estaba abierta ya que al apoyarme me hice hacia atrás unos pasos, viéndome obligado a entrar en aquella vieja casa. Aquel lugar estaba solitario, aunque claro esa fue mi primera impresión ya que no considere el hecho de que era algo tarde y el dueño pudiese estar dormido, sin embargo era un lugar mas que perfecto para pasar la noche y siendo cauteloso pasaría desapercibido. Cerré la puerta del lugar con cuidado, esta vez colocando el pestillo de esta que su descuidado dueño no había colocado; me quite la larga gabardina negra que llegaba y la colgué con cuidado sobre el respaldo de una silla cercana, para luego sentarme en la misma. Decidí quedarme ahí, la lluvia cesaría tarde o temprano y yo podría salir de ese lugar pero, no contaba con que mi segunda idea fuera un hecho y el dueño de la casa estuviese durmiendo. Podía sentir en el aire la calidez de su sangre, escuchaba claramente su respiración al dormir y escuchaba claramente los latidos de su corazón, la verdad es que no estaba hambriento, pero aquello era algo tentador y al menos me daría la oportunidad de conocer al dueño de tan atrayentes latidos, por lo que me levante de la silla y en suaves pasos comencé a caminar por el pasillo de la casa buscando la habitación, ese lugar de donde el palpitar de su mortal corazón se hacia mas fuerte. Con cuidado, abrí la puerta y podía observar a través de esta ese pequeño bulto en las sabanas; sin necesidad de abrir demasiado la puerta entre en la habitación y cerré con suavidad la puerta tras de mi para seguir por avanzar por el lugar en calmados pasos, hasta posicionarme a un lado de su cama. De entre las sabanas vi esos rizos rubios que sobre salían de estas y dejándome guiar por la ansiedad que palpitaba en mi sangre levante una de mis manos, sin percatarme de que quizá estaría fría por la humedad de la lluvia y con los dedos de ella, retire el cabello que cubría su pequeño rostro, encontrándome con un pequeño humano de blanca piel; inconscientemente mis dedos se deslizaron desde su frente hasta por una de sus mejillas, contorneando las pequeñas curvas de estas y por ellas, baje un poco mas mis dedos hasta retirar esos rizos de su cuello, dejando la blanca y cálida piel de este a mi vista. Sabía que podía aprovecharme de que estuviera dormido, podría morderle y no se daría cuenta de ello quizá hasta observar las huellas de eso hasta la mañana pero que paulatinamente desaparecerían. Con esa idea, me fui inclinando sobre él, acercando mis labios directamente a su cuello, pero cuando mi rostro estuvo lo suficientemente cerca, su respiración choco en la piel de mi rostro e hizo que desviara la mirada hacia sus labios, entrecerré los ojos y mi rostro se ladeo inconscientemente y en un breve impulso, empuje mi rostro hacia sus labios, uniéndoles con los míos en un quedo beso.

Humano

Ya estaba anocheciendo y en un pequeño vistazo que había dado a través de la ventana note que un par de nubes negras opacaban el cielo, esa noche decidí que no saldría a pasear; ya que no me parecía una idea atractiva mojarme. Me deshice del vestido que aquel día traía puesto y me puse una enorme camisa que cubría mis manos y me llegaba hasta un poco más arriba de la mitad de los muslos, quedándome con esta y mi ropa interior, usando aquello como de pijama.
Tome uno de los ositos que estaban en un rincón acomodados sobre un banquito y me metí a la cama con la simple idea de mantenerme calientito, pues de momento había empezado a llover y junto con la lluvia también había empezado a bajar la temperatura por lo que se sentía algo de frio. Abrace fuertemente al osito y me encogí, tapándome en su totalidad con las sabanas; finalmente después de un rato consiguiendo calentarme por lo que me quede profundamente dormido.
Sueños con dulces y caramelos empezaron a aparecer en mi mente dejándome completamente perdido en el mundo de los sueños, hasta que de forma repentina el frio recorrió parte de una de mis mejillas por lo que no me desperté pero si encogí nuevamente mi cuerpo, ya que debido a la temperatura de mi cuerpo y al reciente frio que había sentido, varios escalofríos habían recorrido mi cuerpo por lo que medio hice el intento de despertar sin embargo, al tener el sueño pesado simplemente no le di importancia y seguí dormido.
De forma repentina el sueño con dulces y demás desapareció y fue reemplazado por una cálida y ciertamente satisfactoria sensación, sentía o soñaba que comía algo dulce, Si, pero suave y se movía en mis labios y provocaba que los míos se movieran al compas de aquel ¿dulce?. Lentamente fui reconociendo y dándome cuenta que aquello no era como comer un caramelo si no que era un beso y poco a poco el tedioso carmesí se fue encendiendo en mis mejillas cuando pude darme cuenta que soñaba con besar a alguien lo cual me hacía sentir avergonzado. Pero conforme pasaba el tiempo y esos labios seguían moviéndose sobre los míos me preguntaba por qué no soñaría también el rostro de aquellos labios, hasta que al sentir que la falta de aire comenzaba a acrecentarse, me di cuenta que no era un sueño por lo que al conseguir abrir mis ojos lentamente, tuve frente a mi rostro el de alguien más que no conocía y como acto de reflejo, simplemente me levante de golpe quedando sentado sobre la cama y tras ello llevando una mano a mi frente ya que a causa de lo brusco de mi movimiento me había mareado.
Respiraba un poco agitado mientras presionaba suavemente mi frente hasta que aquel mareo finalmente paso y retire mi mano de aquel lugar para regresarla a abrazar fuertemente a el osito que traía y que no soltaba por nada del mundo, observe unos instantes; dudoso, a aquel hombre y de manera tímida pregunte.
-hnn ¿Q-quien es… usted?-

Succubus

Sin darme cuenta, aquel pequeño beso se hacia mas exigente, mis labios pedían mas de los tibios labios de aquel pequeño humano e inconscientemente me estaba llevando su respiración conforme ese beso avanzaba. Mis ojos habían permanecido abiertos durante aquel robo por parte de mis labios a los suyos y cuando inevitablemente sus ojos comenzaban a abrirse, mi mirada encontró la suya por un instante antes de que terminase de despertar por completo. Me puse de pie completamente y observe su divertida y asustada manera de despertar ante aquello, cosa que no era de menos esperar pero cuando creí que quizás comenzaría a gritar o probablemente a atacarme como quien se ve bajo la amenaza de quien no conoce, sus brazos rodearon un juguete con el que dormía y ante eso ladee mi rostro esbozando una pequeña sonrisa ya que eso había sido, algo enternecedor de su parte y a pesar de miedo que pudiese sentir ante mi presencia fue lo suficientemente inocente como para preguntar quien era. El miedo, el miedo le daba un toque dulce al perfume de la sangre y era justamente lo que había en la suya, ese tibio liquido que palpitaba a través de su piel, se hacia aun mas atractivo para con cada segundo que pasaba. Fije mis ojos en los suyos y puse el dedo índice de una de mis manos sobre mis labios haciéndole una seña para que no hablara y en ellos se formaba una tenue sonrisa al mismo tiempo que seguía por acercarme. Apoye una de mis rodillas sobre su cama y me incline un poco para tomar una de sus mejillas con mi mano y justo cuando mi rostro estuvo a una escasa distancia del suyo, murmure.- Un delincuente, que se oculta de la lluvia…- Con un semblante tranquilo me quede mirándole a los ojos y lleve mi rostro un poco mas cerca del suyo para sentir su ligera y tibia respiración chocar sobre mis labios, misma que me invitaba a probar los suyos de nuevo.- Y el descuidado dueño de esta casa… es?...-Murmure casi sobre sus labios, y eleve los propios rosándoles de manera delicada sobre sus nariz, hasta alcanzar su frente, donde les deje posados, frotándoles apenas un poco con ligeros movimientos de mi cabeza.

Humano

Me quede observando al hombre, notando aquella seña que me hacia; indicándome que no hablara. Me quede en silencio mirándole acercarse a la cama nuevamente y al sentir su mano en mi mejilla, como un acto de reflejo ladee mi rostro en dirección a su mano mientras que mis ojos se entrecerraban ligeramente tras notar la cercanía de su rostro con el mío.
Fije mi vista sobre sus ojos; tan claros y cristalinos que parecían ser un enorme mar profundo dentro de los mismos. Mientras escuchaba sus palabras abrazaba mas a aquel pequeño oso al tiempo que podía sentir su respiración chocando con mis labios y provocando que la mia se agitara ligeramente, sin embargo mi naturaleza distraída me hizo ensimismarme en algunos pensamientos, ya que sus palabras me llevaron a tratar de recordar si realmente era tan descuidado como aquel hombre decía.
Levante uno de mis manos y coloque uno de mis dedos sobre una de las comisuras de mis labios, haciendo un pequeño ruidito mientras trataba de recordar si había cerrado aquella puerta, pero aquel ensimismamiento no duro mucho ya que pronto esos roces de sus labios contra la piel de mi frente me hicieron levantar la mirada, tome el osito entre mis manos y lo voltee a manera de que este “mirara” al extraño; levante el oso a la altura de mi rostro e hice mi cabeza un poco hacia atrás para que el oso quedara entre su rostro y el mío supuestamente viendo al extraño.
Asome mis ojos por uno de los pequeños hombros del peluche y dije bajito.
-Yo soy Hina…-
Para más tarde cambiar aquel tímido tono por uno infantil y de cierta manera que denotaba cierto reclamo.
-Y… ya sé que es un delincuente… pero aun no me ha dicho su nombre señor delincuente~~-
Mientras decía aquello había manipulado las manitas del osito para que pareciera que el reclamo lo hacia él y me quede “escondido” detrás de su cuerpecito simplemente esperando esta vez escuchar el nombre del extraño.

Succubus

Al ver aquel juguete entre nosotros hice un poco mi rostro hacia atrás y lleve rápidamente la mirada a esos inocentes ojos que se asomaban por detrás del juguete. Le dedique una tenue sonrisa ante esa manera suya para presentarse ya que esa ingenuidad suya al presentarse con un extraño era algo que con lo que no me había topado por lo que era algo… divertido para mi añadiéndole el hecho de que me, reclamaba usando a su juguete como escudo para mantener la distancia pero a la vez como n pequeño escudo. – Y de que le serviría pequeño el saber mi nombre. ¿Me denunciara acaso?... Porque si es así, tendré que tomar rehenes…-Murmure con diversión y levante una de mis manos para tomar la cabeza del oso de juguete y suavemente lo retire de entre sus manos al mismo tiempo que me levantaba alejándome tanto de él como de la cama donde estaba.- Y antes de que pueda hacerlo, tengo huir…-Murmure y di un paso hacia atrás para luego dedicarle una sonrisa de malicia y seguido de ello, le di la espalda para caminar hacia la salida de la habitación llevándome el juguete en una de mis manos. Cruce rápidamente aquel pasillo que separaba la puerta de su habitación con la de la salida y rápidamente avance hacia ella para abrirle con mi mano libre volviéndola a cerrar para hacerle creer con el sonido que había salido de su casa, pero en lugar de ello, regrese a meterme a una de las habitaciones, de la cual, deje la puerta entre abierta para poder ver fuera de esta, cuidando el momento en el que saliera de la habitación para perseguirme.

Humano

Un gesto de desconcierto se formo en mi rostro al escuchar nuevamente sus palabras que seguían sin presentar al nombre de aquella persona, hice un pequeño puchero cuando el oso se vio retirado de mis manos y con las mismas hice un pequeño ademan de tratar de alcanzarlo; cuando el oso estuvo lo suficientemente lejos de mi no pude evitar el movimiento de hincarme sobre la cama, estirando las manos y claramente con el ceño fruncido en pleno gesto de preocupación, dije.
-no… no yo… prometo no denunciarle… pero devuélvame el osito!-
Lo último tuve que gritarlo ya que él había salido de la habitación dejándome sobre aquella cama con mis “suplicas” porque me devolviera al peluche. Abrí los ojos con sorpresa al escuchar la puerta de la casa abrirse y tras unos segundos cerrarse nuevamente y yo no podía creer que se hubiera llevado mi peluche. Me quede unos instantes en la cama con ese rostro de sorpresa para más tarde, al ver que la silueta de su cuerpo no regresaba, levantarme asustado olvidando ponerme algo más de lo que llevaba y así camine lo más rápido que pude hasta la puerta, haciendolo de forma bastante torpe mientras gritaba.
-Oiga… vuelva…-
Llegue a la puerta de la casa y abrí esta de golpe esperando alcanzar a ver su espalda al alejarse sin embargo al observar hacia afuera todo se encontraba vacío, el frio de la noche y un par de gotas de lluvia se colaban por la puerta debido a el aire tan fuerte que hacía. Por un momento pensé que mi osito podría estarse mojando pero luego, reflexionando mejor aquello me pregunte: “porque si se refugio de la lluvia en mi casa… saldría a mojarse…”, El tremendo frio que se colaba por la puerta me hizo reaccionar y tras ello simplemente cerré la puerta, recargando momentáneamente mi frente sobre esta, luego de ello ladeando la misma ligeramente mientras que a la nada preguntaba.
-Señor delincuente… ¿dónde está?... nu se esconda...-
Me voltee recargando mi espalda sobre la puerta y junte mis dedos índices para jugar con los mismos cerca de mi rostro sin despegar la mirada de los mismos mientras que entre un pequeño gesto entre puchero y mueca de tristeza susurraba.
-Prometo nu hacer nada pero… devuélvame al osito…-
Levante la mirada buscando al desconocido hasta que finalmente tuve que ir por el pasillo abriendo algunas puertas de las habitaciones para ver si se encontraba en alguna de ellas aunque lo hacia de forma lenta y cuidadosa por miedo a que me saliera de la nada y fuera a provocar que me asustara.

Succubus

A través del pequeño hueco que había dejado en la puerta, observe su pequeño cuerpo recorrer el pasillo en dirección de la salida principal de su casa, mi vista fue de inmediato a sus largas piernas que quedaban completamente al descubierto dada la ligera ropa que llevaba para dormir y esa prenda que constaba apenas de un pequeño vestido blanco, escaso de mangas y además corto, era ya de por si atrayente y de una inocente manera, seductor. Sonreí de medio lado y mientras que el hablaba y escuchaba sus pequeños pasos avanzar por el pasillo de nuevo, en aquella habitación que al girarme me percate que se trataba de la cocina de la casa decidí esconder al pequeño juguete, para… jugar, un poco mas con el dueño, así que avance por el lugar hasta una alacena que estaba al fondo del lugar, era un mueble alto y estaba seguro que los cajones de arriba eran inaccesibles para él a menos que usara alguna silla para alcanzarles, por lo que decidí que aquel sería la "guarida del oso; abrí uno de los cajones y en este, deposite el juguete mientras que reía en mis adentros por la manera en la que jugaba con aquel humano. Una vez que le escondí, solté apenas una pequeña risa y camine de nuevo hacia la puerta, pero antes de la mesa de la cocina, deje caer un juego de cubiertos, para hacer ruido y percatarle de la habitación en la que me encontraba y rápidamente, antes de que entrase a ese lugar, me coloque a uno de los lados de la puerta para estar pendiente de cuando aquello sucediera.

Humano

Estaba entretenido revisando las habitaciones hasta que en pleno pasillo empecé a hacer un berrinche pues enserio temía que el otro fuera a salir de la nada y asustarme y además quería mi oso de vuelta. Estaba tan interesado en encontrar mi oso y a aquel extraño que ni siquiera le tome demasiada importancia a las “fachas” en las que andaba por la casa con el extraño en ella.
Finalmente y de forma repentina escuche el sonido de unos cubiertos caerse en la cocina y olvidándome por completo de mi preocupación por ser asustado, me apresure a entrar a aquella habitación, abriendo la puerta de golpe mientras decía.
-Señor delincuente deme mi oso!!-
Puse una cara de sorpresa al ver que aquel hombre no estaba en la habitación y me fui girando lentamente, recorriendo la habitación con mi vista hasta que al llegar a la puerta le vi allí casi a un lado del marco de la misma, sin embargo debido a la sorpresa de que si estuviese allí di un pequeño brinco y un paso hacia atrás el cual para colmo di mal y provoco que tropezara con mi propio pie, tras ello cayendo al suelo de forma inevitable. Sentí el golpe de mi trasero contra el suelo y cerré los ojos como puro instinto hasta que finalmente me medio pude recuperar del golpe y empecé a sobar mi cadera en la cual había quedado una leve sensación de dolor. Levante la mirada observando al hombre con reproche hasta que note la forma en la que me miraba y la posición en la que había caído; además de percatarme lo poco “tapado” que estaba.
Me sonroje de manera intensa y baje la mirada olvidándome de mi reproche, lleve mis manos a la orilla del vestido tratando de jalar un poco este para cubrirme cuanto me fuera posible y como pude me levante sin decir una sola palabra corriendo fuera de la habitación hasta mi cama y escondiéndome debajo de las sabanas completamente avergonzado, cubriéndome hasta la cabeza y optando por tomar una de mis almohadas y abrazarla como reemplazo del osito.

Succubus

Tuve que ahogar una fuerte risa cuando escuche su reclamo al entrar a la habitación donde yo estaba y de momento me quede inmóvil esperando el momento adecuado para sorprenderle, sin embargo aquella idea se vio frustrada cuando el mismo se percato de mi presencia y sin poder evitarlo mas una leve risa salió de mis labios cuando aquel pequeño mortal dio directamente contra el suelo debido a la sorpresa de encontrarse tan repentinamente conmigo. Me acerque un par de pasos y con la leve luz del lugar divise tanto su cuerpo y la posición en la que estaba, aquella vista tan inocentemente seductora para mis ojos e inevitablemente en mi vista apareció un leve dejo de perversidad, observando a detalle cada centímetro de piel que me mostraba en ese momento. Perdido en aquella escena no preví sus acciones y cuando menos lo pensé ya había salido corriendo de la habitación, una leve risa salió de entre mis labios y antes de seguirle saque su juguete de donde le había escondido para llevarlo conmigo hacia su habitación donde vi a aquel bulto en la cama que era él escondiéndose bajo las sabanas.- Pensé que el juguete era mas importante, lo abandonaste conmigo, así que me hace pensar que no lo quieres…-Sonreí de medio lado, hablando lo suficientemente alto para que me escuchara, quedándome de momento recargado en el marco de la puerta mientras que arrojaba aquel oso al aire y le volvía atrapar en mi mano.- Si es así bien podría quedármelo, se lo podría dar a un lobo que tengo de mascota para que jugara…-Ahogue una leve risa y empecé a caminar mientras que continuaba.- Pero, el no lo cuidaría tanto como tu, tiende a … romper los juguetes que le llevo, así que aun tienes una oportunidad de recuperarlo…-Con mi mano libre arrastre una silla hasta aun lado de la cama y en la misma me senté cruzando mis piernas mientras que sostenía al oso en mis manos, haciendo que este “le mirara” en dirección de donde él estaba escondido.- Estoy dispuesto a negociar el rescate de tu juguete y eso lo haremos en un pequeño juego, Veras, yo te pediré que hagas ciertas cosas a cambio de las partes del cuerpo de tu juguete, si en su momento dejas de hacer lo que te pida solo te daré las partes de él que te hayas ganado, así que si quieres recuperarlo completo, tendrás que hacer todo lo que pida, Hina…-Ladee el rostro, manteniendo la vista en el bulto que era él y me recline un poco mas sobre el asiento esperando que saliera de su escondite, dándome la respuesta para mi… proposición.

Humano

Permanecí escondido debajo de las sabanas, completamente sonrojado y aferrándome con fuerza a aquella almohada que ahora tenía entre mis brazos; aun estaba algo preocupado por mi osito por lo que sentía la necesidad de volver a salir pero me apenaba demasiado la situacion en la que habia estado con ese hombre y mientras me debatía entre que hacer la voz del extraño resonó en la habitación provocándome un apenas notable sobresalto.
Me encogí debajo de las sabanas como si tuviera miedo y la preocupación por mi osito fue en aumento mientras escuchaba cada una de las palabras que salían de su boca. Una vez que su propuesta termino de salir de sus labios me quede debajo de las sabanas pensando en que podría querer alguien como el de un servidor.
Mordí la funda de la almohada como si buscara un poco de valor y lentamente me fui incorporando debajo de las sabanas hasta quedar sentado sobre la cama para más tarde con mis manos retirar las sabanas solo de mi rostro y envolver el resto de mi cuerpo con las mismas; observaba el rostro del extraño tan solo dándole pequeños vistazos; también tomándome unos instantes para mirar la manera en la que se había acomodado frente a la cama, observándome… Y la mayor parte del tiempo procure fijar mi mirada en mi osito, manteniendo el ceño fruncido en aquel notable gesto de preocupación por el mismo.
Aun dude un poco por la respuesta que iba a darle a aquel hombre sin embargo era mi “juguete” lo que estaba en juego y yo no quería perderlo así que sin más, bajando la mirada y posándola sobre el suelo hice un pequeño movimiento de mi cabeza asintiendo ante su propuesta mientras susurraba.
-Está bien... pero… no le haga daño a mi osito…-
Me aguante las ganas de írmele encima y arrebatarle mi oso pero temía que fuera a resultar de aquello algo mucho peor por lo que simplemente me quede quietecito en mi lugar esperando que dijera lo que quería de mi.

Succubus

Con total paciencia espere a que terminase de levantarse para dejarme a la vista su esbelta figura nuevamente. Con mis ojos en los suyos, notaba como los de él se iban directamente a su juguete en ocasiones, a pesar de lo simple que fuera, tenia un arma muy poderosa en mis manos, al menos una muy poderosa sobre él, cosa que me confirmaba con su gesto de preocupación y finalmente con su asentimiento para con mi…propuesta. –No le hare nada, siempre y cuando tu hagas todo lo que yo te pido…-Comencé a hablar en un murmullo y con total calma, ya tenia su atención y su consentimiento para llevar a cabo cualquier cosa que le pidiera, así que me quede en mi sitio como anteriormente, simplemente mirándole, fijándome a detalle en su pequeño rostro y en sus gestos que lo hacían aun mas adorable.- ¿Sabes? Tienes unas muy bonitas piernas Hina, me pregunto, si lo que hay debajo de ese pequeño vestido será igual de lindo…-Ladee mi cabeza observándole, asomando ligeramente la lengua para dar una fugaz lamida a mi labio inferior.-Así que, porque no empezamos con algo sencillo, y te desvistes para mi y para… tu oso.- Dije esto ultimo, apretando al juguete en mi mano, forzando a que su pequeño cuerpo se doblara, remarcando el hecho de que tenia total control sobre este y con una sonrisa de lado, le di un claro recorrido a su cuerpo con la mirada, esperando que acatara lo que había pedido, con total paciencia, ya que, con aquella poderosa “arma” negarse no estaba entre sus opciones.

Humano

Tras escuchar su comentario acerca de… mi piernas… me sonroje hasta tal punto que por el intenso calor de mis mejillas mis ojos se empaparon de lagrimas nublándome un poco la vista. Parpadee en repetidas ocasiones para disipar las lágrimas y me quede con la mirada fija en el suelo mientras escuchaba lo que el otro quería.
Por mi mente la palabra pervertido se presento y estuvo a nada de salir de mis labios junto con una rotunda negación a su pedido pero luego al levantar la mirada observe como mi oso se doblaba en las manos del otro, solté un apenas audible suspiro y sin mirar al otro me fui levantando poco a poco de la cama dejando las sabanas sobre la misma, descubriendo parte de mi cuerpo.
Me quede parado frente al otro con la mirada clavada en el suelo y lo primero que pensé fue que era más sencillo retirar el pequeño vestido que llevaba… Lleve ambas manos a los tirantes de el vestido los cuales empecé a jalar para que se resbalaran por mis brazos y entre movimientos circulares apenas notables de mis hombros el vestido fue bajando… Deje mis manos colgando a los costados de mi cuerpo, cosa que facilitaba el resbalar de los tirantes por mis brazos y con mis manos procuraba jalar un poco de la tela del vestido para desatorar el mismo en las partes en las que se quedaba atorado.
Finalmente cuando los tirantes salieron de mis manos el vestido cayo de golpe a mis pies por lo que solo tuve que sacar estos del vestido para mas tarde agacharme a recoger el mismo y voltearme un poco para dejarle sobre la cama. Regrese a mi anterior posición y lleve mis manos al borde de mis interiores, aunque por unos instantes dude en retirarme aquella única prenda con la que me había quedado sin embargo al echar un vistazo a la mano de aquel extraño, vi nuevamente mi osito en su mano y no pude seguir dudando mas.
Metí un par de mis dedos por debajo de la costura de mis interiores y de cada lado de mis caderas para con los mismos irle empujando lentamente hacia abajo, sintiéndome bastante apenado conforme la prenda resbalaba y al empujarle hasta mis rodillas, no necesito mas que de un pequeño movimiento de mis piernas para caer de golpe al suelo. Como anteriormente lo había hecho con el vestido; simplemente saque mis pies de mi ropa interior sin embargo esta vez no me agache por ella simplemente la hice a un lado y ya que no me había indicado la posición en la que debía quedarme, opte por sentarme en la cama con las piernas cerradas y puse mis manos sobre mi regazo tratando de cubrir un poco la desnudez de mi cuerpo.

Succubus

Sonreí triunfante cuando finalmente le mire levantarse de la cama y así como había permanecido desde hacia un rato, me quede en mi asiento observando como lentamente cada parte de su cuerpo iba quedando al descubierto. El silencio en aquel lugar era absoluto por lo que claramente el rose de su vestido al resbalar por sus brazos fue claro para mis oído eso y que con mi condición era aun mas fuerte. No tenia su mirada sobre la propia, estaba completamente seguro de que aquellas acciones le avergonzaban y aun sin embargo eso, esa timidez suya al desvestirse era mas que grata para mi, ya que no todos los humanos eran tan inocentes como para llegar a tanto por un pequeño juguete; lo cual me decía dos cosas, que a pesar de la edad que aparentaba, poseía una inocencia que pocos tienen y que sabia valorar el precio de su pequeño acompañante que ahora estaba en mis manos. Con una leve sonrisa observe como su pequeña prenda interior terminaba de caer por sus largas piernas siendo estas mi total centro de atención y desde las cuales subí lentamente la mirada para ver su clara piel ahora expuesta ante mi. Lentamente me levante de mi asiento y en un par de pasos me puse delante suyo. Con una de mis manos, sostenía el pequeño juguete mientras que con la otra tome con suavidad su mentón para que levantara su rostro y mi viera a los ojos.- Parece que, no solo tenias piernas lindas… -Murmure con una tenue sonrisa y me incline para dejar apenas un fugaz besos sobre sus labios antes de colocarme en cuclillas. Le acerque a su oso a sus manos para que tomase este, cosa que sabia no tardaría en hacer y ahora con mis manos libres, le tome por los hombros para irle recostando en la cama con un pequeño empuje, para luego llevar mis manos a sus caderas y subir su cuerpo sobre la cama al mismo tiempo que yo me acomodaba a horcadas encima suyo, para luego, empezando desde su pecho, ir bajando en pequeños besos, frotando mi nariz en su piel y aspirando de su aroma, bajar hasta estar con mi rostro entre sus piernas. Mis manos se posaron sobre sus muslos y con total suavidad comenzaron a subir y bajar por estos, acariciándoles con solo la yema de mis dedos mientras que mis labios, repartían pequeños besos sobre su ingle, alternando ambos lados de esta por un momento, hasta finalmente dejar los labios en la base de su miembro, donde con ellos, tome una pequeña porción de su piel y le di una pequeña mordida seguida de una succión deleitándome con las reacciones de su cuerpo ante aquella acción a la vez que mis ojos permanecían atentos al suyo y mis manos apretaban levemente la piel de sus muslos.

Humano

Ya que tenia la mirada sobre el suelo no me fue difícil ver los pies del otro acercándose a donde yo estaba y completamente sonrojado; me vi obligado por su mano a levantar mi rostro y cruzar su mirada y la mía. Escuche su comentario el cual en aquel instante me hizo desear esconderme en donde fuera sin embargo gracias a el repentino “pánico” en el que había entrado no note que su rostro se acercaba al mío por lo que me tomo por sorpresa aquel pequeño beso que dejo sobre mis labios.
Pude haberme quedado perdido pensando en por qué el otro me había besado pero de repente mi osito por fin se encontraba frente a mí y a una distancia donde sin problemas podía alcanzarle ya que era acercado a mí por las manos del extraño. Una pequeña sonrisa se dibujo en mis labios mientras tomaba al oso y lo aceraba a mí abrazándole con fuerza y cometiendo el error de no poner atención a las acciones del otro, razón por la cual no se las dificulte.
De un momento a otro me vi recostado sobre la cama mientras abrazaba a mi oso a uno de mis costados; lo cual dejo libre parte de mi pecho para sus labios… Pequeños suspiros se escaparon de mis labios a causa de aquella acción y conforme sus labios bajaban más me preguntaba que estaba haciendo… De manera instintiva trate de ir bajando el osito por las partes de mi cuerpo que el otro besaba, intentando cubrirles pero de nada funcionaba si ya las había besado~~ y además sus besos fueron a atreverse a tocar aquella zona tan privada para mí.
No pude evitar arquear ligeramente mi espalda y soltar un pequeño gemido al sentir aquella mordida acompañada de una succión en la base de mi miembro y fruncí el seño en un pequeño gesto de suplica mientras en un susurro decía.
-N-no… D-deje… me…-
Puse mis pies sobre la cama y con ayuda de los mismos, empuje mi cuerpo sobre la misma hacia atrás para alejar los labios de otro de mi entrepierna aunque eso no funcionaba con sus manos ya que estas solo se habían recorrido por la extensión de mis muslos. Completamente avergonzado sentía aquellas lagrimas que de un momento a otro escapaban de mis ojos y queriendo desaparecer en ese momento simplemente opte por llevar el osito a mi rostro y cubrir con este el mismo; tratando a toda costa de esconder al menos mis gestos y mi rostro creyendo que podía desaparecer por completo de su vista.

Succubus

Al sentir como su cuerpo trataba de alejarse, apreté con un tanto mas de fuerza sus muslos en mis manos, clavando mis dedos en la piel de estos para evitar cualquier movimiento de su parte que me alejara de mi tarea, misma de la que se encargaban mis labios, al dejar repetidos besos alrededor de su miembro, ascendiendo desde la punta hasta la base con ellos y dándole en ocasiones un par de pequeños apretones al tronco con los labios, observando como lentamente y muy a pesar de sus negaciones su miembro comenzaba a despertar, a endurecer y humedecerse tras cada acción mía. Lentamente, me aleje de su entrepierna para observar con claridad como cubría su apenado rostro con el uso de su juguete a lo que inevitablemente una sonrisa cruzo mis labios y me llevo a inclinarme sobre su cuerpo, acomodándome a horcadas sobre él.-Eres muy tierno ¿Sabes? Pero el que seas de esa manera y pidas con esa cara que te dejen, da mas pautas para continuar con tal de seguir viéndote, Hina.- Susurre mirando al juguete que cubría su rostro y dado aquello, tome el oso con una de mis manos, retirándolo con cuidado de entre las suyas.- Y ya que tu “amigo” es muy entrometido, dejémosle jugar un poco también…-Sostuve su juguete con una de mis manos para poder dar uso a la otra que tomaba una de las manos de él para levantarle y con un par de movimientos, me senté sobre la cama para luego acomodarle a él entre mis piernas, dejando completamente su espalda pegada a mi pecho mientras que con mi brazo libre rodeaba su cintura y ponía mi mano sobre su vientre para apretar este contra mi y termine por acomodar mi mentón sobre su hombro para darme una vista de su entre pierna con solo agachar la mirada. Con su cuerpo bien aferrado contra el mío con ayuda de mi brazo, lleve mi mano que sostenía el juguete directamente a su entrepierna. Con la suave “piel” de su juguete comencé a acariciar entre sus muslos en movimiento de arriba abajo, provocando que en repetidas ocasiones las orejas del oso rosaran a su miembro mismo al que dirigí el juguete para que su pequeño rostro comenzase a pasearse por la extensión del mismo, frotándole con insistencia.- Dime Hina ¿No le dirás a tu oso que de detenga? O debería ser yo quien tome su lugar, dime ¿Te gusta mas que él te toque? O ¿Dejaras de esconderte detrás de él para hacerlo yo…?- Susurre casi sobre la piel de su mejilla y comencé a mover el oso como si este comenzara a masturbarle, refregaba el pequeño juguete contra su entrepierna y mis labios comenzaron a frotarse contra la piel de su cuello, dejando algunos besos en este para seguir por morder pequeñas partes de su piel, dejándole en ella pequeñas huellas.

Humano

Apretaba el osito entre mis manos conforme sentía que las caricias del otro no se detenían y contrario a ello sus labios se paseaban prácticamente con libertad sobre mi entrepierna provocando que a pesar de que yo deseaba que se detuviera mi miembro empezara a reaccionar ante aquellos roces de sus labios.
De manera repentina escuche que comenzaba a hablarme lo cual me llevo a encoger mi cuerpo y seguir escondido detrás de el osito, avergonzándome por cada una de las palabras del otro y también asustándome por lo que daba a entender. Cuando el pequeño oso fue retirado de entre mis manos no pude evitar susurrar tímidamente y entre un gesto de suplica.
-N-no… de…devuélvamelo…-
Mire con cierta preocupación mi oso nuevamente entre una de las manos de aquel extraño y debido a ello opte por no desobedecer mientras mis impulsos me lo permitieran; me levante y luego de ello, me senté acomodado entre las piernas del otro soltando un par de suspiros por la presión que su mano ejercía sobre mi abdomen al momento de empujar mi cuerpo contra el suyo.
Baje la mirada para observar como mi muñeco era paseado por su mano por entre mis piernas; dejándome sentir el ligero cosquilleo provocado por el material del que el peluche estaba hecho, prácticamente con un gesto horrorizado observe como el osito era restregado contra mi miembro haciéndome que no tomara mucha importancia a sus palabras y posteriormente al jugueteo de sus labios sobre la piel de mi cuello mucho menos.
De repente tras observar aquella fea escena para mi sentí como pequeñas lagrimas resbalaban por mis mejillas para más tarde empezar a sollozar de manera infantil viéndome obligado a llevar mis manos a mis ojos para con el dorso de las mismas tallar mis ojos despejándolos de aquellas molestas lagrimas y así como mi reacción anterior; de forma repentina empecé a balbucear.
-n-no… de…de…deje…lo… no…lo…toque…-
Al notar que no se detenía como un puro acto de instinto por mi osito incline mi cuerpo hacia adelante obligando a que su cuerpo se alejara del mío, ladee el rostro para observar su posición y tras ello, sin pensarlo eche mi cabeza hacia atrás con el fin de atinar un fuerte golpe en su quijada con toda la fuerza que tenia logrando que con aquel golpe en conjunto con el peso de mi cuerpo; aquel hombre callera sobre la cama soltando mi peluche de entre su mano.
Me incorpore rápidamente para seguir por agáchame a recoger mi osito y luego de ello opte por salir de la habitación aunque así desnudo no podía ir a ningún otro lugar que no fueran las demás habitaciones de la casa. Estaba pensando en qué lugar esconderme hasta que al caminar hacia la salida tropecé con la silla que el otro había dejado al costado de la cama; golpeando mis rodillas y uno de mis codos, provocando que un sonoro quejido se escapara de mis labios. Sin importar cuánto doliera me seguí gateando dejando un apenas notable caminito de pequeñas gotitas de sangre provenientes de una herida que me había hecho en una de mis rodillas.
Así gateando y abrazando el osito fuertemente me fui hasta la parte de la sala donde me escondí detrás de uno de los sillones; haciéndome bolita y metiendo el oso entre mi pecho y piernas, las cuales abrace con fuerza. Detuve mis sollozos ya que no quería ser escuchado y como si eso me ayudara a desaparecer cerré los ojos fuertemente mientras que bajaba el rostro para esconder lo más que podía de este con ayuda de mis rodillas.

Succubus

Levante mi rostro, nuevamente hacia su mejilla y en mis labios sentí la pequeña humedad de sus lagrimas que comenzaban a resbalar por sus mejillas. Sonreí en mis adentros y entreabrí un poco los labios para limpiar sus lágrimas con ellos entre pequeños besos que subían y bajaban por su piel a la vez que continuaba con aquellos movimientos en su entrepierna con ayuda de su juguete. Realmente dudaba que pudiese actuar de la manera que lo hizo por lo que su brusco movimiento me tomo completamente por sorpresa y peor aun había atentado contra mi rostro dándome un certero golpe que hizo que un tenue quejido fuera arrancado de entre mis labios. En mi rostro apareció un marcado mohín y dado el empuje de su cuerpo y lo cerca que estaba yo de la orilla de su cama, sin poder evitarlo, caí de esta al suelo dándome además del golpe anterior un levemente fuerte en la espalda.
Resople algo molesto y me incorpore después de que huyera con su juguete mientras que sobaba mi quijada bajando la molestia que me había dejado aquel golpe. Negué con la cabeza un par de veces y suspire molesto a la vez que terminaba de levantarme de mi lugar y claramente escuchaba sus pasos al avanzar por el pasillo de su casa, seguido del quejido y el leve estruendo que me terminaron de confirmar donde se encontraba. Con total calma empecé a avanzar por el lugar, sin molestarme en buscar ya que realmente no era necesario, el aroma de su sangre era más que suficiente para encontrarle además de las pequeñas huellas de esta sobre el suelo que prácticamente me dejaban un claro camino para encontrar su nuevo escondite el cual, se situaba detrás de un sillón. Avance hacia aquel mueble con total sigilo a la vez que me ponía en cuclillas y de mi bolsillo sacaba un par de monedas las cuales atine en arrojar hacia el lado contrario de donde seguramente tenia el rostro para que el sonido de estas al caer y al rodar por el suelo le distrajeran para poder ir un poco mas rápido, aprovechando claramente mi estirpe y así aprovechar su reciente distracción para abordarle por enfrente, empujando su cuerpo con el propio para dejarle sobre el suelo, boca arriba y lo mejor… conmigo encima. – Creo que te atrape otra vez bonito…-susurre y de inmediato, con una de mis manos, tome ambas suyas por las muñecas obligándole a soltar su juguete el cual quedo de lado a donde estábamos y así, sometí sus manos, sosteniéndoles con fuerza por encima de su cabeza.- Sabes, no creo haberte tratado en ningún momento… mal… por el contrario e sido mas que benévolo contigo, como para que me hayas respondido de esa manera…- Le mire a los ojos mientras que hablaba y con mi mano libre tome una de sus piernas por los muslos para abrir ambas un poco mas y así permitirme el acomodarme entre ellas, dándole apenas un pequeño rose a su entrepierna con la propia.- Y la verdad soy un amante de las cosas… bellas, y no me gustaría… lastimarte…-Le dedique tanto la mirada como una leve sonrisa afable que contradecían a mi mano que sostenía las ajenas con fuerza y a la que ahora con la yema de un par de dedos paseaba por la pierna dueña de su rodilla herida. Ascendí y descendí por toda la longitud de esta hasta detenerme en su rodilla lacerada y en la herida, con mi dedo índice comencé a torturar aquella pequeña herida, presionándola, moviendo mi dedo bruscamente para causar que esta se abriera aun mas y la sangre comenzara a emanar un poco mas.-… Y dudo que tú quieras eso… por lo que vas a intentar portarte bien ¿De acuerdo? Ya que, aun no estoy enojado… pero mi paciencia tiene un límite muy corto… - Hice una última presión en su herida, llenando mi dedo de su sangre y lleve este mismo a su rostro, donde empecé a colorear con aquel espeso líquido sus labios de aquel exquisito carmín para posteriormente, acercarme a su oído y culminar mi oración.- Y tu estas a nada de cruzarlo… -Saque la punta de mi lengua y desde su lóbulo comencé a bajar con ella, dejando un prolongado camino húmedo hasta sus labios en los cuales hundí los propios, arrebatándole un fogoso beso de ellos con el delicioso sabor de su sangre.

Humano

Escuche el ruido que hacían las monedas al caer y golpearse contra el suelo, por lo que estire un poco el cuello tratando de ver “disimuladamente” más o menos por donde andaría aquel hombre hasta que de manera repentina, mi cuerpo tuvo un sobresalto al tener el rostro de aquel extraño frente al mío.
Debido a la sorpresa y al peso de su cuerpo, me deje caer hacia atrás tal y como su empuje lo demandaba y finalmente entre una mirada temerosa escuche su susurro que no hizo más que atemorizarme más de la cuenta, encogí mi cuerpo completamente asustado y estuve a punto de cerrar los ojos con fuerza de no ser porque mis manos fueron tomadas por una de las suyas, sometiendo estas por sobre mi cabeza. Le mire con el ceño fruncido entre un gesto de preocupación y temor sin poder reaccionar, ante la situación ni siquiera forcejeaba y dejaba que mis manos fueran apresadas contra el suelo sin ningún tipo de impedimento.
Su mirada sobre la mía no causaba otra cosa que no fuera una mescla de intimidación, temor y ganas de salir corriendo de allí. No quedaba una pizca de la curiosidad que hacía un rato había tenido, solo quería que la lluvia terminara y aquel sujeto se fuera y me dejara. El atrevido aunque ligero roce de su entrepierna con la mía que yacía desnuda; me saco de mis pensamientos y me llevo a poner más atención a las palabras que me dirigía.
Sin embargo esa breve atención que había conseguido que pusiera a sus palabras, se fue desvaneciendo de apoco al sentir como uno de sus dedos presionaba la herida en mi rodilla, llevándome a soltar un par de lagrimas de dolor y si anteriormente no había forcejeado, ahora comenzaba a remover mis piernas a intentar flexionarlas y estirarlas para que alejara su mano de aquel lugar para que detuviera su tortura; para que aquel terrible ardor que sentía y me hacia quejarme con fuerza parara.
Tras una última presión a aquella herida, su dedo finalmente se alejo de la misma para irse a colocar en mi rostro, justo sobre mis labios; los cuales el mismo se dedico a llenar de mi propia sangre. Trate de ladear mi rostro de un lado a otro levemente para alejar su dedo de mis labios sin embargo no sirvió de mucho pues la siguiente acción de el desconocido me aseguro que su “tarea” había sido exitosa… No había contestado de ninguna manera a su anterior interrogante, aunque dudaba que mi respuesta fuera del todo necesaria… De manera sorpresiva sentí los labios del otro unirse a los míos de forma algo brusca y exigente sin embargo no me preocupe por corresponder aquel acercamiento entre ambos puesto que no me interesaba y contrario a ello entre aquel beso fue que empecé a forcejear con mas avidez por soltarme y alejarme de aquel hombre. Sentía como conforme más luchaba por soltarme aquel latente ardor en mis muñecas se iba intensificando de a poco hasta lograr que de entre mis labios y muy a pesar del beso, soltara pequeños quejidos que iban directamente a ahogarse en la boca del otro.
Finalmente y tras sentir que empezaba a faltarme la respiración, ladee el rostro bruscamente para separar sus labios de los míos y deje mi rostro volteado hacia uno de mis costados, ignorando la mirada del otro y dedicándome simplemente a jadear un poco agitado; batallando por recuperar mi respiración e incluso “descansando” de la reciente agitación de la que mi cuerpo había sido… victima al tratar de deshacerse de aquel extraño.

Succubus

Continuaba tomando sus labios, tanto de ellos como me fuera posible ya que a pesar de que sentía la poca cooperación por parte de los suyos eso no me limitaba para refregar mis labios en la calidez de los suyos y me daba la oportunidad de morderlos y jalarlos eso claro sin llegar a hacerlo de alguna manera doloroso para él. Realmente no me preocupaba el forcejear de su cuerpo, al contrario disfrutaba de este ya que no me representaba ningún problema para seguir sometiéndole debajo de mi haciendo un poco mas de presión en mi cuerpo, dejando que de este cayera casi por completo todo el peso sobre el pequeño cuerpo ajeno y finalmente cuando la respiración se volvió un obstáculo para aquel vehemente beso, su rostro se alejo bruscamente del mío.
Solté sus manos brevemente para que aquel calor en el agarre bajara un poco ya que seguramente por el forcejeo que se empeñaba en hacer sus muñecas estaban saliendo lastimadas, pero el hecho de las repetidas ocasiones en las que me había huido me advirtieron que no era muy buena idea el dejarle suelto por mucho tiempo así que esperando que su distracción en calmar el dolor de sus muñecas me daría un poco de tiempo mas, lleve ambas manos a sus caderas y me acomode a manera de poder darle un repentino giro a su cuerpo bajo el mío para poder dejarle de bruces contra el suelo. Tome nuevamente sus manos, de nueva cuenta por las muñecas y volví una vez mas a someterles contra el suelo por encima de su cabeza mientras que mi otra mano se daba a la labor de ir rápidamente a mi pantalón en donde el espacio comenzaba a ser un problema; por lo que le abrí rápidamente, el cinturón el broche y termine por dar un par de tirones a mis prendas para que finalmente mi miembro quedara expuesto.
Me relamí los labios un par de veces y me incline para alcanzar la palidez de su espalda con mis labios donde comencé a dejar pequeños besos por toda esta antes de empezar con indoloras mordidas por ella para dejar solo fugaces huellas que tras un segundo volvían a su color natural y a la par de aquello mi mano libre tomaba mi miembro por toda la longitud de este para empezar a maniobrarlo sobre sus glúteos empezando por frotar el glande directamente sobre uno de ellos antes de deslizarlo un poco mas para en medio, encontrándome así con el interior de sus glúteos. Continué por ese cálido lugar deslizando la punta de mi miembro por entre sus glúteos para darle apenas un par de roses directamente en su entrada, tentando contra ella, ya que sabia que aunque por más que se negara, no podía negar las reacciones naturales de su cuerpo que empezaban a reaccionar ante las provocaciones de mis movimientos que se volvían mas insistentes al ver tanto sus acciones para liberarse como los leves sonidos que alcanzaba a escuchar salir de entre sus labios.
Finalmente deje la punta de mi miembro en su entrada y basto con que fuera haciendo lentamente mis caderas hacia adelante para que mi miembro comenzara a entrar en ese estrecho lugar. Sus paredes reaccionaron de inmediato y se apretaron aun mas en torno al tronco de mi miembro llevándome a gemir en un par de ocasiones, impulsándome a que empujara de una mis caderas para sentir su delicioso interior envolverme pero contuve ese impulso y trate de que esa invasión de mi miembro fuera lo mas lenta y tortuosa posible para disfrutar de cada centímetro de sus paredes que se contraía alrededor de mi. Una vez que finalmente sentí el choque de sus glúteos en mi piel, anunciando que ya había entrado por completo comencé a mover mis caderas de manera circular y lentamente cambiaba esos movimientos por unos de adelante hacia atrás. Me incline nuevamente sobre él y empecé con lentas embestidas mientras que mis labios ahogaban cada placentero gemido sobre la piel de su espalda y cuello en constantes mordidas y besos y mi mano libre se iba directamente a su miembro para atenderle con ligeros apretones directamente sobre su glande.

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