Habitación Cynthia

Estando en nuestro encuentro candente y sin darme cuenta aparecí en un lugar muy distinto a donde había iniciado, lo único que recuerdo, fue el sentir de una tela extremadamente suave sobre mi espalda y al abrir mis ojos me encontré en este extraño lugar-pero que...? obwe?-fue mi inmediata expresión pero al notar a la bella chica que se encontraba bajo de mi olvide todo y solo me concentre de nuevo en ella.
Me volví de nuevo hacia su intimidad continuando con el oral proporcionado anterior mente, jugaba plácidamente con mi lengua, la paseaba por todo el largo de la misma, introducía y salia, succionaba y mordía y mientras tanto escuchaba sus bellos gemidos que me hacían crecerme aun mas; me levante y me dirigí a su boca besando y metiendo mi lengua en ella, jugando a la vez con la suya mientras poco a poco introducía en ella uno a uno mis dedos haciéndola humedecerse aun mas y de igual manera gemir de placer alocadamente; debo admitir que esto elevaba mas de lo normal mi ego por lo cual me sentía mas que bien con migo mismo por haber logrado algo mas que difícil para un hombre, lograr un bello orgasmo a una mujer, y yo no terminaría hasta cerciorarme de lograrlo como se debía....

Mientras yo continuaba atendiendo como se debía a mi profesora, notaba como ella cerraba las cortinas, dejando un ambiente mas que perfecto, era un ambiente de seducción, era favorable para dejar salir la lujuria que había en mi, dejar salir sobre ella todo lo que mi cuerpo era capaz de dar, aunque tal vez por ser solo un cuerpo humano no pudiera dar lo que tal vez ella este acostumbrada a dar, pero en mi estaba hacerlo lo mejor posible y dar lo mejor de mi, para poder lograr que ella desbordara toda esa pasión tan agradable.
La habitación quedo iluminada solo por la luz de la luna, me retire un poco y la observe, esa extraña luz de luna hacia que de ella emanara una radiante luz que hipnotizo mis ojos, mi alma se sentía salir de mi, pero no me importaba, por mi, mi alma podía viajar con ella a donde la dama mandara, seria su mas fiel seguidor de ser posible-es en verdad bella, esta escasa luz que la luna celosa nos brinda no es suficiente para alumbrar toda su única belleza-dije besando su cuello, lamiéndolo de vez en cuando y succionandolo a la vez.
Mientras me entretenía realizandole el oral a mi bella institutriz, notaba como su cuerpo era invadido de placer, placer impartido por mi, sentía sus manos sobre mi cabeza, haciéndole a mi lengua realizar penetraciones mas profundas y rápidas, tome su mano y la deje de lado, tomando con mis manos sus glúteos dando pequeños apretones para después acariciar sus piernas de arriba abajo.
Al elevarme y besarla, sentí su mordida en mis labios, sentí brotar mi sangre y me acerque mas a ella, para darle a probar, algo en mi me decía que es lo que ella mas quería de mi, mi sangre, probar de mi, raramente no me importo si esto ponía en riesgo mi vida, no me importaba en lo mas mínimo, por que mi vida se iría con la mejor institutriz que pude haber conocido.
Escuche sus palabras "mi aroma?, especial? contenido?" no es que haya estado tiempo mucho tiempo sin tener una mujer como en este momento, nunca imagine que ella pudiera notarlo-cambiarlo? y como seria eso sensei?-pregunte al escucharla; sentí su mano que retiro la mía de su intimidad, gemí un poco por el dolor que ejerció en mi muñeca y en un extraño movimiento, nunca esperado por mi, la vi sobre mi abdomen, con mi miembro detrás de ella, sentía su intimidad húmeda sobre mi abdomen bajo, y con sus suaves movimientos, entretenía mi miembro al rozarlo.
mientras la miraba ahí sentada en mi abdomen, comencé a recorrer su cuerpo con una de mis manos, pero inmediatamente fui interrumpido, pues con los listones de ceda que colgaban de su cama, amarro mis brazos y piernas, dejándome completamente inmovilizado-pero que?-fue lo único que pude decir ante tal acción; sentía sus uñas sobre mi pecho y abdomen, la vi introducir sus dedos a su boca, algo extremadamente sexy para un simple humano como yo, después esos dedos húmedos se dirigieron a uno de mis pezones, comenzando a jugar con el, lo masajeaba y pellizcaba, haciéndome como pude arquear mi espalda; mientras una de sus manos se entretenía con uno de mis pezones con su boca se concentraba en el otro, en verdad era algo muy placentero, aunque nunca antes lo había experimentado, lo estaba disfrutando demasiado; dijo que me tocaba pronunciar su nombre entre gemidos, como hombre eso no es fácil, así que ahora el reto se había invertido, ahora era para ella-Sensei... con.. con todo respeto-dije entre jadeos-cree.... cree poder lograrlo?

Ciertamente el hecho de estar amarrado me impedía hacer muchas cosas sin embargo, no me quedaría completamente quieto, eso era algo que no estaba en mi personalidad; por lo que, aun sintiendo aquella presión en mis tobillos y en mis muñecas no deje de mover mis pies y el hecho de que la tela que me amarrara fuera seda, lo hacia por demás beneficioso para mi.
Por obvias razones sabia que la seda era una tela demasiado suave, por lo que, con solo unos cuantos movimientos continuos de mis pies, el amarre que había hecho en mis tobillos se debilito a medida que tanto mi cuerpo como el suyo se movían sobre la cama.
Ciertamente ponía atención a sus palabras, pero de igual manera, utilizaría estas a mi beneficio. Su voz era suave, seductora, si, pero no lo suficiente como para hacerme perder la conciencia de la situación en la que me encontraba.
Sentía como su cuerpo se movía de manera por demás sugerente sobre el mío, lo cual comenzaba a hacer que mi cuerpo reaccionara, sin embargo en el momento en que escuche aquella interrogante abandonar sus labios una sonrisa burlona se dibujo en mis labios a lo que negué inmediatamente la cabeza.
-El dolor no es algo que me asuste, y menos cuando proviene de una persona que no sabe aplicarlo bien.-
Dije mientras observaba aquella flama azul que ahora aparecía delante de mi rostro, de manera instintiva ladee el mismo evitándola, sin embargo el ligero calor que llego a mis labios me hizo soltar un ligero quejido para luego de ello sentir su peso caer sobre mis caderas haciendo que estas produjeran un ligero crujido, pero solamente como acomodo a la posición en la que ahora era sometido.
Aquello no me produjo sensaciones de queja, simplemente insito a que mis labios se entre abrieran dejando escapar una ligera risa burlona misma que se vio acallada por el filo del abrecartas; me limite a escuchar sus palabras viendo como el aquel abrecartas se presionaba contra mis labios lo cual me llevaba a hundir un poco mi cabeza en la almohada. Le mire con un claro dejo de sarcasmo al ver como comenzaba a calentar aquel objeto, sin embargo se concentraba mas en otras cosas, que en su cometido principal, por lo que al revolver mas mis pies, logre que el amarre de seda cayera al piso dejando así mis piernas libres, y aprovechando aquella distracción de sus ojos sobre mi rostro comencé a revolver de igual manera mis muñecas debilitando el amarre, pero sin llegar a soltarlo. La calidez de su intimidad sobre mi miembro comenzaba a despertar mis deseos, sin embargo no era alguien que se entregara a estos en la primera oportunidad.
Fingía estar en un estado de confusión y un tanto asustado, sin embargo sabia perfectamente cual seria su siguiente movimiento con aquel abrecartas caliente, así que una vez que vi venir hacia mi pecho aquel objeto caliente cerré con fuerza mis ojos para seguido de ello dejar escapar un quejido que estuvo apunto de convertirse en un grito de dolor, sin embargo busque callarlo mordiendo con fuerza mi labio inferior así mismo enterré mis uñas en las palmas de mis manos en busca de disipar aquella sensación del metal caliente atravesando mi piel, mismo dolor que se distraía al sentir como mi miembro era presionado doblándole contra mi propio cuerpo. Así que una vez que logre recuperar un poco mi respiración así como mis sentidos abrí los ojos observándole con atención sobre mí.
-¿Y así es como espera mi “sensei” que grite su nombre?-
Pregunté con un claro tono de sarcasmo al tiempo que con ayuda de mis pies hora liberados moví mis caderas de manera brusca haciéndole aflojar su cuerpo y la presión que ejercía sobre el mío dándome así mas libertad para mover de mi cadera hacia abajo, y una vez que le tuve desorientada zafe una de mis manos llevándola al abrecartas en mi pecho sacando este para dejarlo a un costado de mi cuerpo todo ello de manera rápida para una vez que aquel dolor iba desvaneciéndose solté mi otra mano para de manera rápida empuñar la misma y dejarla ir contra una de sus mejillas golpeando esta de lleno con el dorso de mi puño haciéndola caer de la cama escuchando como su cabeza se golpeaba contra la esquina del buró de donde había tomado el abrecartas. Sabía que su condición no me daba mucho tiempo antes de que reaccionara por completo; así que, lo más rápido que pude me levante de la cama llevando el abrecartas en una de mis manos para dejarme caer con todo el peso de mi cuerpo sobre el suyo para aprovechar aquellos valiosos minutos que me daba su estado de semi inconsciencia y llevar el filo de aquel objeto desde sus labios hasta la parte media de su pecho en el cual presioné este con fuerza pero sin llegar a enterrarlo simplemente presionándole contra su piel mientras mi otra mano se encontraba en mi pecho haciendo presión para evitar que siguiera sangrando.
-Hace falta más que un abrecartas mal manipulado, mucho más que eso, para que de mis labios llegue a salir su nombre Sensei…-
Dije sobre sus labios poniendo un claro tono de burla ante la última palabra de mi oración para luego de ello retirarme de su rostro y junto con ello bajar el filo del abrecartas por todo su estomago pasando por su vientre bajo deteniéndome en su clítoris para jugar con este manipulándolo con la punta del abrecartas, notando como su cuerpo comenzaba a reaccionar por completo después de aquel golpe. Deje escapar una risa de mis labios y de una metí aquel objeto en su interior lo mas profundo que podía escuchando complacido el grito que abandono sus labios mientras yo por mi parte me encargaba de girar con fuerza aquel objeto dentro de ella desgarrando y cortando todo su interior; haciendo esto durante unos momentos antes de dar un ultimo giro en su interior antes de bajarlo para con el filo del objeto cortar la zona de su perinè deleitándome con los sonidos de queja que escapan de sus labios.
-Es una lastima que el juego haya terminado así; y es una verdadera pena que yo, haya venido a caer con alguien como usted-
Dije mientras me ponía de pie y comenzaba a caminar hacia la entrada de su habitación sin dar la espalda a su cuerpo, aun quería disfrutar de su cuerpo lacerado y completamente aturdido.
-Que lastima que me haya encontrado con un vampiro de su clase, uno que no es capaz de ingrigir el suficiente dolor y de la manera correcta para hacer que "caigan" a sus pies. Y asi se dice superior a un humano... Vaya vampireza.-
Termine de hablar con una sonrisa socarrona en mis labios al tiempo que abría la puerta saliendo de aquella habitación.