En estado de aburrimiento...[Masashi]

Últimamente, y por alguna razón que yo desconocía, los días y las noches en el pueblo se volvían aburridas en extremo, el solo pasearme de aquí hacia allá en el castillo o bien el ir y venir por todos los sitios del pueblo se volvía completamente monótono y aburrido para mí.
Esa noche en especial mi aburrimiento era tal que me cansaba de mi mismo así que antes de que llegara a más, si es que podría así que me puse una gabardina negra de largo hasta la mitad de la pantorrilla, no porque hiciese frío, si no por mera costumbre y sin pensarlo más y cansado de estar “encerrado” salí del castillo atravesando el enorme jardín frontal del lugar hasta salir finalmente del sitio.
Me limité a observar como lentamente la noche comenzaba a apoderarse de aquel pequeño pueblo y las afueras del mismo; sonreí para mí mismo y guardé ambas de mis manos a los bolsillos de mi gabardina y comencé a caminar sin decidir aun el rumbo, simplemente tratando de “despejarme”. No prestaba completa atención, o no consciente al camino que recorría, no lo hice si no hasta que tuve delante de mí un alto muro de enredaderas y demás.
Alcé la vista un poco más y observé alrededor dándome cuenta de que estaba completamente solo y que me había topado con el laberinto, nunca había estado en aquel lugar y no veía algo mejor que hacer más que adentrarme en el lugar a conocer, a sabiendas que debido a mi condición no me sería difícil abandonarlo en el momento en que quisiera.
Suspiré con fuerza y comencé a caminar adentrándome en el lugar observando tanto la noche como la iluminación que la luna le proporcionaba a los anchos pasillos del sitio; llevé mi vista hacia el frente sintiendo una repentina corriente de aire golpear contra mi rostro trayendo en esta un peculiar aroma, uno si no familiar, por lo menos podría identificarle como algo ajeno a un humano. Sin dar demasiada importancia a aquello seguí con mi camino aun con las manos en los bolsillos de mi prenda; observé cuidadosamente uno de los muros del laberinto y aquel aroma se hizo más perceptible por lo que comencé a caminar a un paso un tanto apresurado hasta alcanzar a ver a una menuda figura de plateados cabellos merodeando. Sonreí de lado y le seguí durante unos instantes sin perderle de vista; mientras más me acercaba más podía darme cuenta de que no se trataba de un humano, si no, de uno de mi clase; suspiré con cierto grado de enfado pensando que quizá no podría divertirme como había esperado desde que salí del castillo. Había empezado a seguirle, y como era mi costumbre terminaría la tarea que yo mismo me había encomendado así que a paso apresurado me coloqué a sus espaldas tomando con una de mis manos un pequeño mechón de su cabello sin llegar a jalarlo, simplemente sosteniéndolo entre mi mano.
-Buenas noches.-
Dije en un tono suave casi sobre uno de sus oídos para seguido de ello alejarme de su cuerpo y recargarme en el muro de frente a él observándolo de pies a cabeza, dándome cuenta de quién se trataba, no conocía su nombre pero si lo había visto anteriormente. Después de haber inspeccionado su menuda figura siendo el centro de mi atención aquellos azules ojos y las pálidas piernas que dejaba un poco descubiertas.

continuaba mi camino dentro de aquellos muros de enredaderas y mas vegetación que por el momento me rodeaban, la luz de la luna le hacia un escenario perfecto después de un tiempo en el que me dedique a divagar en el ligar, no dando importancia a mis instintos, seguí caminando, sin hacer caso a la presencia que sentía cercana, un no de mi estirpe, mas no era cualquiera, su presencia a distancia ya se sentía un poco mas imponente y descomunal que la de los demás, negué suave con la cabeza, sin perder mi objetivo que era llegar al centro de aquel laberinto, objetivo que se vio trunco al sentir esa presencia ya detrás mio, haciéndome parar mis pasos al tomar un mechón de mi cabello, me quede quieto y en cuanto escuche su voz muy cerca de mi oído, abrí un poco los ojos y una extraña sensación me recorrió la espina dorsal, al ver como se alejaba de mi y se recargaba en uno de los muros frente a mi, pude observar su alta figura, sus cabellos negros, su pálida piel, poniendo especial atención en aquellos ojos que ahora estaban fijos en los míos, la elegancia y el porte solo era un toque que mas a su apariencia, la gabardina oscura que portaba le hacia ver un poco mas imponente de lo que ya era por naturaleza, ya le había visto antes, en pocas ocasiones, sin llegar a cruzar una palabra siquiera.

Sonreí levemente, haciendo una leve inclinación con la cabeza, por su enorme presencia seguro, se trataba de uno de los señores de ese lugar, suspire un poco mirando a mi alrededor fugazmente, encontrándome un poco nervioso.
-Buenas noches...-respondí a su saludo de manera suave, llevando una de mis manos hasta mi cabeza, justo en donde había tomado el mechón de cabello con anterioridad para sobar ligeramente ese sitio-Emm...pensé que me encontraría solo...¿también esta recorriendo este lugar para relajarse un poco señor....? -deje mi frase abierta para que él me proporcionara su nombre, sonreí un poco mas, aun viéndole fijamente a los ojos, teniendo mis sentidos lo mas alerta posible, lo cual era realmente poco.