PROMISE (Priv.)

Y nuevamente estaba allí sin darse cuenta…ahora que lo pensaba así había sido en el pasado. Cuando era un niño, había pasado bastante tiempo en un lugar como este, justo en los últimos días de vida de su madre, o que en ese momento creía que era su madre. Él siendo un miembro más de la realeza debía ser un católico por medio de su padre y rezar para que su madre alcanzara la gloria en el momento de su muerte, así debía de ser. Aunque en verdad había odiado aquellos días, porque odiaba con todo su ser que le dijeran lo que debía hacer.

-“Pero…también lo hice por ti”-aun recordaba las últimas frases de su madre… “ella no debería existir” pero lo que su madre no sabía…era que, al igual que su padre se había enamorado de ella. Sin embargo poco había quedado de los recuerdos de su niñez siendo humano, sólo ella venía a su mente, ella y su hermosa sonrisa dedicada sólo a él que era como el niño que ella nunca pudo tener. Sí…ella no sólo fue la persona que le convirtió y su primer amor, también fue su amante, su amiga, su compañera, lo fue todo…pero ahora debía cumplir con la promesa que había hecho… “vivir”.

-Así que otra vez nos encontramos…-no esperaba en sí encontrarse a otro ser en ese lugar, mucho menos que fuera aquel chico, pensaba que estaría solo…solos él y su soledad pero bueno, él también es de disfrutar la compañía-. ¿Será que el destino se empeña en juntarnos?-susurró y negó despacio al mismo tiempo que se quitaba la capa que cubría su rostro para poder mirarle a los ojos-. Sólo buscaba un lugar tranquilo para escribir…y al final te encontré a ti…mi amante de la muerte…buenas noches Yomi-se acercó al joven humano frente a él y acarició su rostro, le agradaba verlo de nuevo.

Escucho la voz de aquel chico, aun asi no levanto su mirada, no tenia pensado verle, cerro sus ojos y poso sus manos frente a la otra banca para ponerse de pie, era mejor que se fuera de alli antes de que este le siguiera hablando, su kimono negro, el cual era acompañado con un hermoso liston rosa y su cabello rubio como siempre solo pudo acomodar un poco las prendas a la vez que miraba sus manos atento.

(viste asi):

Spoiler:

Miro la estatua frente a el, para despues acercarse al altar y encender la vela para rezar por el alma de su madre, siguio ignorando al vampiro, mientras uno de sus brazos dejaba lucir la venda negra la cual cubria sus heridas.. "Estoy cansado"... penso a sus adentros intentando calmar su rabia, su llanto y mas que nada los deseos de salir corriendo y desaparecer para siempre.

Suspiró pesado al notar las acciones del humano frente a él. Muchas veces se había preguntado el por qué seguía buscándolo...por qué se preocupaba tanto por su persona...ya lo había analizado...no era por su extraño aroma...tampoco era por su personalidad...no sabía bien el por qué...pero de esa misma forma se había sentido hacía mucho tiempo atrás....ese instinto de protección que sólo había despertado con ella y que creía muerto...ahí estaba de nuevo...

-Yomi....la extrañas...eso lo se...pero no creo que sea conveniente hacer lo que piensas hacer-como le ignoraba le molestaba...pero más le molestaba el olor a muerte que le rodeaba...si...le molestaba la idea que la muerte le sedujera y terminara de perderle...eso...no quería que él muriese...no lo deseaba pero para nada-. No mueras...-salió de sus labios en susurro, casi sin pensarlo lo había abrazado por detrás, un movimiento delicado pero sorpresivo...de seguro el humano se iría de sus brazos al instante pero en ese momento sólo actúo impulsivamente, como siempre lo hacía.

Escucharle no le molestaba, como pudo se alejo de el y poso sus manos en el torso de este marcando distancia, no le hablo por nada del mundo, no volveria a gastar palabras en el, no diria mas el no era de lo que gustara de sociabilizar menos con aquel tipo que apenas conocia y al aprecer le gustaba acosarle tambien, otra cosa que le desagradaba pero de alguna manera no era capaz de mirarle y decirle vete, no... al parecer de alguna forma le gustaba que el tipo fuera asi de atento... pero le desagradaba su presencia mas que la de el mismo, volvio a sumirse en su pensamiento de muerte eh ira contra el mundo.

-Dejame-fue lo unico que dijo a la vez que se posaba frente al altar y tomaba una de las velas para prender otra alli y poder rezar nuevamente como lo hacia siempre, despues de ello dejo la otra en su lugar y miro la figura frente a el, le pidio, mas bien le rogo que le dejara morir, pero por que siempre el era imposible conseguir lo que queria.

Sólo le observó en silencio, mirando lo que hacía, ¿dejarle? le gustaría hacer aquello, pero no podía...aquel fuerte sentimiento que le impulsaba a quedarse no se lo permitía...si había algo en lo nque él creía era en eso precisamente...no le quedaría nada despues...nada en que creer. Y no se iría...no sabiendo lo que aquel humano pudiera hacer contra sí mismo...muchas veces se preguntó por qué algunos humanos se dejaban seducir por la muerte en un momento de dolor...el se dejó seducir por amor...el amor debería sobrepasar cualquier otro sentimiento negativo...él reamente creía en eso. Llegó a la conclusión entonces que él menor no conocía aquel sentimiento...o tal vez sí lo conocía pero ya no lo tenía consigo...o no puede verlo mejor dicho.

-El dolor de tu alma es tan profundo como el mar...como la misma oscuridad...yo que lo he sentido lo entiendo...permitame curar esas heridas...vive para mi...-susurró bajo, pero lo suficientemente alto para que le oyese, en realidad no quería molestarle en lo más mínimo pero lo que sí era cierto es que no podía evitar preocuparse por aquel humano...no podía dejarlo ir...no podía hacerlo.

Escucho aquellas palabras pero su cuerpo no reacciono a nada al igual que su cabeza, solo miraba el lugar detenidamente, como si alli pudiera encontrar el alma perdida de su madre pero no era asi, no podia hayarla y jamas la encontraria, cerro sus ojos un momento, sintiendo desinteres como lo ha hecho hasta ahora, se levanto con cuidado y miro al chico alli, con expresion fria, se sento nuevamente en la banca y bajo la mirada intentando buscar algo interesante.

-Se supone que debes irte-susurro intentando calmar su voz, donde estaba su madre, donde estaban esos abrazos que tanto le gustaban, se sentia solo y herido, cerro sus ojos un poco a la vez que intentaba meditar la nueva vida que llevaria, miro al vampiro y elevo su mano con suavidad.

-Eres mi deliciosa muerte, usa mi cuerpo y mi alma como mas gustes-le miro perdido y a la vez solo pudo ladear una sonrisa, una sonrisa no muy real, mas que nada una sonrisa vacia a la cual ya se habia costumbrado a darle al mundo entero.

Su mirada fría en sí no me produjo nada, pues no eran esas miradas las que a mi me interesaban. Me senté a su lado, escuchando lo que me decía, negando suave, no..no me iría, estaría demente si lo hiciera, estar a su lado era mi maxima prioridad, incluso si él me llegase a odiar por eso, incluso eso estaba bien, pues significaba que existía para él de alguna manera.

-Usarte...no es lo que estoy buscando-tomé su mano, dandole un beso suave mientras lo apegaba a mi cuerpo con suavidad, acariciando su rostro y su cabello con delicadeza, besé su frente para luego besar su mejilla y luego sus labios con suavidad, una locura, una completa locura...mi corazón muerto volvía a latir tan sólo por ese minimo roce, aun cuando me gustaría que las cosas fueran de otra manera, pero...ya no puedo detenerme, me he dado cuenta...este sentimiento, añoranza...sí...eso era...lo apegaba mas a mi mientras besaba su cuello, también me dí cuenta...que levemente...me dolía...verle con la mirada perdida, ver aquella sonrisa vacía...sí, me había dolido aquello, pero que más daba?...estos sentimientos no iban a cambiar.

Escucho aquellas palabras y solo pudo dejarse hacer, mirando el techo de la iglesia cuando su cuerpo sintió tocar el suelo de el altar, el padre no les vería ya que estaba muy ocupado dentro de la misma catedral, no entraba mucha gente y si lo hacían no notarían su presencia en el lugar en que el había escogido estar, ya que a decir verdad, gustaba de estar en aquel lugar por ser un punto ciego para las personas, además solo atino a dejar caer sus brazos en el suelo, mientras su suave kimono comenzaba abrirse de los lados dejando lucir sus piernas, seria su primera vez, no sentiría nada, su piel blanca dejo ver aquellas marcas en sus brazos, aquellas que el mismo se había hecho así mismo.

-Quiero morir-susurro cerrando sus ojos sintiendo aquellos labios en su cuello, aquella lengua humedecer su piel, poco le importaba, ya nada le interesaba solo quería que este siguiera con su objetivo, pensaba que con ello le dejaría en paz, que le dejaría vivir y nada mas.