In the Darkness [PRIV]

Mara

Recién había llegado a este pueblo, y poco tenía que hacer, por lo que salí de mi habitación en aquel castillo, encaminándome directo a lo que eran las viviendas de los humanos que inútilmente y en erróneas creencias, pensaban que ahí encontrarían salvación, o refugio.
Me fui caminando despacio, tratando de conocer, o por lo menos darle un vistazo más al pueblo al que había llegado. Cuando me faltaba poca distancia para llegar a donde se encontraban las viviendas de aquellos humanos, crucé mi camino con un chico; a decir verdad era atractivo, joven, e interesante, sus ojos eran profundos, y expresivos, mi mirada se cruzó con la suya, y en el momento en que caminamos encontrándonos de frente, logré percibir su exquisito aroma, con el solo roce de uno de mis hombros, aquel chico cayó en una especie de trance, en el cual, lograba que mis víctimas hicieran mi voluntad, y todo cuanto quería, pero por ahora, solo necesitaba un poco de fuerzas, por lo que, lo guié hasta los callejones del pueblo, y teniéndolo una vez ahí y en la soledad y oscuridad del mismo, lo acorralé contra una de las paredes, y dado que su voluntad era dominada, tan solo con mi mirada, este no opuso resistencia alguna, lo cual, solo en ese momento, me interesaba, dado a que pocas veces, me gusta que las presas sean tranquilas y que emitan poca resistencia, sin embargo, solo así, podría probar de su exquisita sangre sin estar agitada ni envuelta en desesperación, ciertamente, la sangre que se agitaba y que estaba llena de adrenalina, era aun más atrayente, por hoy, y por ser un chico con rasgos delicados, y hermosos, me limité a succionar su sangre de manera lenta hasta vaciar por completo su cuerpo, dándole así una muerte “tranquila”, mientras yo degustaba de aquel joven y apetitoso líquido carmesí, sintiendo el delicado sabor del mismo resbalar por mi garganta; sintiendo también como su cuerpo se debilitaba poco a poco llevándole a cerrar los ojos por completo hasta que resbaló por la pared en la que antes le había acorralado, y solo hasta entonces, me alejé de su cuerpo, y debido a la delicadeza con la que fue cayendo al piso, me quité la chaqueta que llevaba conmigo dejándola encima de su cuerpo mientras poco a poco se iban desvaneciendo mis rasgos característicos así como en mis labios se iban escondiendo mis colmillos, y dejándole ahí tirado, deposité un suave beso en una de sus mejillas y me alejé de manera lenta de aquel joven mientras, yo relamía mis labios sintiendo aun aquel peculiar y exquisito líquido resbalando por mi garganta.

Succubus

Después de aquel pequeño paseo accidental que me llevo al pueblo donde residían los humanos, la idea de que no eran tan malo darse un par de vueltas de vez en cuando me ataco, ya que muchas veces se podía encontrar uno con cosas, por demás interesantes y mientras que caminaba por las calles, iluminadas únicamente con la luz de la luna, me di cuenta de que esa noche seria una de ellas donde habría algo interesante por hacer. Justamente, a un par de calles donde me encontraba una esbelta silueta caminaba completamente sola, o al menos así había sido hasta toparse con alguien un poco mas alto por lo que pude asegurar que se trataba de un hombre y una mujer y aunque mi atención iba por entero sobre la pequeña figura de la mujer y daba por hecho que solo era un coincidencia que caminaran por la noche, espere a que el hombre se alejase de ella para poder seguir yo de ella. Sin embargo, aquella idea se vio frustrada cuando las acciones de la chica siguieron por llevarse al joven dentro de unos callejones; justo en ese momento, di un pesado suspiro ya que lo mas probable era que se tratara de las humanas que suelen venderse por un par de monedas; con algo de resignación pensaba irme, ya que esa clase de humanas era por demás desagradables para mi por lo que dejaría esa caza para otro día.
En el momento en el que le daba la espalda al lugar donde había desaparecido, el perfume del preciado carmesí comenzó a revolotear en el aire, proveniente justo de aquel lugar. Extrañado por aquello en un impulso opte por ir al lugar para cerciorarme de que una vaga sospecha en mi mente fuera cierta y al llegar a esos callejones me tope con que así había sido, solo que, no esperaba que aquella chica que se hubiera convertido en mi caza era la victimaria de aquel joven y que además era… de mi estirpe. Después de dejar aquel beso de “despedida” sobre el frio cuerpo de aquel hombre avance un par de pasos mas para observar la palidez de su rostro teñida solo con la tenue luz de la noche que le atribuía a que sus labios se vieran especialmente atractivos con ese tenue rojo decorándoles. Mis ojos inmediatamente buscaron los suyos y en ellos vi el pequeño fulgor en el iris que brilla cuando un vampiro acaba de alimentarse.-Que raro que una dama, “cene” en este tipo de… lugares… - Formule mi oración con voz suave y calmada y hable al mismo tiempo que en los bolsillos de mi larga gabardina guardaba mis manos.-Al menos las damas que estoy acostumbrado a tratar, claro esta…-Ladee el rostro, observándole con detalle, permitiéndome aspirar del pequeño aroma de la sangre de aquel hombre, mezclado con el de su mismo perfume.

Mara

Casi desaparecía de aquel lugar en lentos pasos, cuando, percibí , que no me encontraba sola, sonreí de lado y al girar mi cuerpo me encontré con una alta figura a la que solo se le iluminaba la mitad del rostro y cuerpo con la luz de la luna, caminé unos cuantos pasos y ya, un poco más cerca, me di cuenta que se trataba de un hombre, y no uno común, lo cual llamó más atención, parecía que esa noche se tornaba interesante y divertida para mí.
Al escuchar su suave voz, me acerqué solo unos cuantos pasos más observando con detenimiento su rostro.
-¿Raro?, ¿Por qué raro?-
Pregunté acercándome solo un poco más sin dejar de verlo a los ojos, dándome cuenta que como antes lo presentía, no era un hombre común, era uno especial, uno diferente, uno, en la misma condición que yo.
-No se, y a partir de este momento, no me interesa, saber, el tipo de “damas” con las que sueles tratar.-
Dije en un tono serio y suave además de apenas audible, coloqué una de mis manos en mi cintura y me recargué en la pared contraria a la que había estado hacía unos instantes, mientras le miraba de reojo y agachando un poco la cabeza provocando que unos cuantos mechones de mi cabello cubrieran la mitad de mi rostro.
-Mejor, dígame caballero, que fue lo que le trajo aquí, acaso observar mi anterior acción con aquel insignificante hombre?-
Pregunté levantando mi cabeza cruzando mi mirada con la suya y con una de mis manos acomodaba el cabello que anteriormente se había colocado en mi rostro.

Succubus

Arquee una ceja al escuchar la voz de aquella mujer y no tanto porque fuera suave si no su manera de expresarse era en extremo particular.-Pero que modales para expresarse los suyos…señorita…-Dije marcando con énfasis la ultima palabra de mi oración mientras que mi semblante se hacia un poco mas duro y serio, y con la mirada seguí cuidadosamente sus acciones.- Ciertamente soy un…curioso, hubo un pequeño y atrayente aroma que me hizo llegar hasta aquí, pero me doy cuenta…- Deje mi oración abierta y con las manos en los bolsillos de mi gabardina comencé a caminar por delante de donde estaba ella, pasando de largo su persona para llegar a un paso de donde yacía el cuerpo de aquel hombre, observando con detalle su cuerpo que ahora era un contenedor vacio y sin un uso alguno.- De nada sirve que una rosa huela tan bello si no sabe comportarse como una…- Le mire de soslayo por encima de mi hombro y reí con un leve tono de mofa, antes de volver la mirada hacia el frente, mientras que negaba un par de veces con la cabeza y empezaba a caminar para adentrarme un poco mas en aquel callejón dejando a tras a la chica y a su reciente victima.

Mara

Le mire fijamente al escuchar sus palabras y una tenue sonrisa se dibujó en mi rostro al ver como comenzaba a caminar pasándome de largo. Simplemente me limité a escucharlo mientras hablaba, y al escuchar su risa no pude evitar comenzar a caminar en pasos más lentos que los suyos, quedando de pi justo detrás de él.
-Recuerde una cosa, caballero, las rosas, también tienen espinas, y antes de llegar al lado bello y perfumado, puede haber un camino accidentado, en caso de que esa rosa se haya sentido amenazada.-
Dije caminando un poco más rápido que él hasta quedar de frente suyo observando con detenimiento su rostro y en ocasiones daba vistazos al cuerpo que antes, había dejado cubierto con mi chaqueta.
-¿Acaso no lo cree usted así?...- pregunté mientras le veía con una sonrisa de lado en mi rostro y me acercaba solo un poco a él, mientras lentamente me agachaba a recoger la chaqueta que antes había dejado sobre aquel cuerpo, y me la puse nuevamente, para después incorporarme por completo viéndole de frente dedicándole una pequeña sonrisa y un guiño a la vez que dejaba una leve caricia sobre una de sus mejillas, para después darle la espalda comenzando a caminar por aquel oscuro callejón sin voltear hacia atrás…

Succubus

-¿Amenazada?...-Repetí la última palabra de su oración y le mire los ojos al tenerle nuevamente de frente a mí.- Que curiosa, me gustaría saber en que momento se sintió amenazada…-Murmure en un ligero tono seco y me dedique a observarle de momento mientras que continuaba hablando, arqueando simplemente una ceja ante ese mínima distancia que dejaba entre ambos y de reojo, di un pequeño y rápido vistazo a su mano que acariciaba mi mejilla y ante lo cual permanecí inmute, para después observar como comenzaba a alejarse. Solté a penas una ligera risa y negué un par de veces con la cabeza mientras que sacaba las manos de los bolsillos para de un momento a otro y caminando a paso rápido le alcance para tomarle por una de sus muñecas y con rudeza tire de su mano para llevarle a una pared de aquellos callejones, en la cual estampe su cuerpo y seguí por apoyar mis manos en la pared a los costados de su cabeza.-Bien entonces veamos que tal es el camino de espinas, y si realmente vale la pena cruzarlo para llegar a los tierno pétalos de la flor… señorita…-Hice una pausa al final de mi oración ya que no tenia idea de su nombre y esperaba que la completase con el.-Escuche bien y ponga atención, porque ahora conocerá el nombre de la persona que se encargara de arrancar todas y cada una de sus… espinas…-Susurre contra su rostro, mirándole con altiva y con descaro, metí una pierna entre las de ella, la cual levante, dándole un pequeño golpe a entre sus piernas con mi rodilla al mismo tiempo que llevaba mis manos al borde del cuello de su fina blusa. - Juri…-Dije con una sonrisa de lado y justo al mismo tiempo que hablaba tire con fuerza de su blusa, desgarrando esta, dejando su torso al descubierto.-Un gusto…-Musite completando mi presentación y rápidamente tome sus muñecas con mis manos para someterlas contra la pared a los lados de su cabeza mientras que llevaba mi rostro a uno de los huecos de su cuello, y sobre el cual pasee mi nariz aspirando de su delicado aroma.

Mara

Casi salía de aquel callejón cuando de pronto sentí como una de mis muñecas era tomada con brusquedad, jalándome de la misma manera haciéndome tambalear un poco antes de verme acorralada contra una de las paredes de aquel lugar, y debido a que mi espalda chocó contra de una manera un tanto violenta entrecerré un poco mis ojos para después, al abrirlos encontrarme con su rostro a centímetros del mío, viendo con atención aquella mirada que él sostenía sobre mí.
Por lo que, llevé una de mis manos a su pecho dejándola apoyada en ese lugar.
-¿Y quien no se sentiría amenazado con tan intimidante presencia?-
Dije de manera suave y antes de poder seguir hablando o hacer cualquier otro movimiento observé un tanto sorprendida la falta de delicadeza con la que me había descubierto; le vi directo a los ojos mientras lograba captar lo que era su nombre, sintiendo al mismo tiempo mis manos sometidas contra la pared, así como una de sus piernas entre las mías, y su respiración sobre mi cuello; ladee un poco la cabeza dándole un poco de más acceso al mismo, y, dejé escapar un pequeño suspiro.
-Mika.-
Dije en seco mientras hacía fuerza con una de mis manos, sin hacerle soltar mi muñeca, solo obligándole a bajar la misma junto con la mía, logrando apoyar la palma de mi mano sobre aquella pared, al tiempo que elevaba una de mis piernas haciendo que mi muslo chocara de manera leve en su entrepierna tal y como lo había hecho el unos momentos antes con la mía.
-Nuestro encuentro se torna más interesante de lo que pensaba Juri-san-
Dije mientras empujaba ambas de sus manos con las mías haciéndole que me soltara llevándolas con rapidez a su pecho tironeando con fuerza del inicio de su camisa haciendo que los botones de la misma salieran volando, dejando así solo un poco de su pecho y estómago al descubierto. Bajé un instante mi mirada solo para dar un vistazo a su piel y con rapidez llevé una de mis manos a su nuca acercando uno de sus oídos a mis labios para susurrar sobre este.
-Pero no le será fácil deshacerse de las espinas de esta rosa-
Una vez que dije esto, con ayuda de mi mano que se encontraba en su pecho le empujé hacia el otro lado del callejón haciendo que su espalda chocara contra la pared, acercándome por completo a él presionando su cuerpo con todo el peso del mío.
-Descuide, será entretenido, y créame que le será deliciosa la recompensa Juri-san-
Volví a susurrar sobre su oído dejando una pequeña lamida en el mismo mientras llevaba mi mano de su pecho hasta el cinturón que sujetaba su pantalón, dejándola completamente inmóvil ahí.

Succubus

En una reacción instintiva mi cuerpo se hizo levemente hacia atrás al tener aquel pequeño golpe en mi entrepierna por parte de una de sus rodillas y con una leve sonrisa faldera le mire a los ojos mientras que arqueaba una ceja.- Ya lo creo…Mika…-Deje que su nombre saliera de mis labios como un suave susurro y entre una pequeña risa puse mi cuerpo a disposición para que ella abriera de aquella manera salvaje mi camisa y ante sus movimientos, me acoplaba para facilitarlos soltando inevitablemente una risa de entre mis labios al escucharle.- No esperaba que fuese fácil, eso le quitaría crédito…-Corte mi oración cuando me vi empujado por ella contra la pared y ese ligero mohín que había aparecido en mi rostro se desvaneció cuando este era presionado por el peso del suyo. Ladee mi rostro alejando mi oído de sus labios y en un leve giro pude acomodarle de nuevo para poder tener sus ojos sobre los míos.-…A la deliciosa recompensa que promete…-Culmine mi oración anterior antes de relamer mis labios y llevar rápidamente una de mis manos a la muñeca de una de las suyas, la que estaba inmóvil sobre mi cinturón precisamente y en un rápido movimiento, le aleje de ese lugar para dar una vuelta a su cuerpo, esta vez haciendo que su espalda chocara en mi pecho, por un breve momento, antes de someter su mano que sostenía contra su espalda, levantándole con algo de brusquedad para dejar esta sin que pudiese moverle mientras que la otra iba directamente a su vientre bajo el cual presione con fuerza contra mi cuerpo para que su trasero fuera directamente a mi entrepierna, la cual se froto de manera por demás sugerente en sus glúteos y dejándole en ese lugar seguí por subir mi mano por la piel desnuda de su vientre hasta que mis dedos se toparon con su sostén, mismo que tome entre ellos para dar un brusco jalón hacia arriba y dejar que sus pechos salieran de aquella prenda para así, dar paso a que mi mano pudiese acariciarles de manera directa, subiendo y bajando por entre ellos, cubriéndoles con mi ante brazo y presionándoles contra su cuerpo dejando que fuese solo el rose de mis piel lo que despertara a sus pezones y sin desaprovechar nada lleve mis labios nuevamente a su cuello, con la única diferencia de que ahora era mi lengua la que acariciaba la piel de este, dejando un extenso camino húmedo por el cual pase mi aliento erizando esa zona de su piel con ello permitiendo que su cuerpo se estremeciese entre mis brazos por un momento antes de levantar con un poco mas de brusquedad su brazo al mismo tiempo que daba una fuerte mordida en una porción de su blanquecina piel, seguida de una succión para que aquella zona se tiñera de un magnifico carmesí por el cual mis labios se deslizaron en quedos besos.

Mara

Mi rostro volvió a estar frente el suyo y su mirada directo en mis ojos, sonreí de lado ante aquel agarre que hacía en mi muñeca mismo que me obligó a girar mi cuerpo de tal manera que mi espalda chocara contra su pecho, mientras de mis labios dejaba escapar un leve quejido debido a la fuerza con la que sostenía mi brazo que añadiéndole la posición en la que lo sostenía, tarde en acostumbrarme.
Sin embargo una vez que lo hice mi cuerpo se estremeció de manera suave al sentir como su mano comenzaba un camino desde mi pelvis presionando este haciendo que mis caderas se hicieran hacia atrás rozando inevitablemente contra su entrepierna; relamí mi labio inferior, y viéndole por sobre mi hombro sentí como mi sostén era manipulado por su mano haciendo que mis senos quedaran expuestos, y al sentir como su piel rozaba contra mis pezones arquee un poco mi espalda pegando esta un poco más a su pecho; ladee mi rostro al sentir su respiración en mi cuello tratando de dejar este un poco más expuesto a sus labios así como a su lengua, y debido a ello mi piel se erizo completamente haciendo que mi cuerpo temblara un poco ante aquella mordida que había recibido, y cuando apenas sentía como delgados hilos de sangre salían del mismo poco a poco se cerraba la herida que él había abierto alcanzando apenas a limpiar un poco de mi sangre con sus labios.
Relamí mis labios y de un jalón de mi mano que sostenía, liberé esta del agarre que mantenía él sobre mí, no sin antes dar un último roce con mi trasero sobre su entrepierna empujándome un poco hacia atrás para después volver a girar mi cuerpo y quedar de frente a él nuevamente colocando una de mis manos sobre su pecho desnudo para bajarla de manera lenta y con pequeños rasguños hasta su cadera justo donde comenzaba su pantalón, saltando por completo su pantalón llevando la misma mano hasta su miembro el cual tomé con toda la palma de mi mano para hacer varias presiones en el mismo y mi mano libre la apoyaba a un costado de su cabeza mientras volvía a pegar mi pecho al suyo frotando este de manera suave contra su piel. Todo esto sin separar mis ojos de los suyos.
-Uhm, pero vaya que sabe cómo tratar a una rosa.-
Dije sobre sus labios para después presionar esta vez con un poco más de fuerza su miembro y llevé mi mano hasta su cinturón para desabrochar este y de manera rápida sacarlo de su pantalón y arrojarle no muy lejos de nosotros y con rapidez abrí solamente el botón de su pantalón mientras con mis dedos acariciaba de manera suave su cadera contorneando el borde de su prenda interior así como de su pantalón, para seguido de ello soltar su miembro y llevar esta mano a mi boca lamiendo solo mi dedo índice y medio viéndolo de reojo separando un poco mi cuerpo del suyo.

Succubus

De un momento a otro, volvió a cambiar la situación, digamos… “a su favor”. No me molestaba en oponer resistencia ante cualquier movimiento que desease hacer, al contrario, era mas que divertido ver como se movía aun con su piel expuesta, siendo mas importante su intención por, defenderse y contrarrestar los movimientos que hacia, que el hecho de cubrir la desnudez de su cuerpo, lo que la hacía aun mas atrayente para mi, y que realmente dejara de considerar el hecho de ser un desperdicio el haberle seguido. Ante sus acciones sobre mi entrepierna, logro arrancarme apenas un par de quedos suspiros además de una marcada sonrisa de perversidad en mis labios, misma que recorrí con mi lengua antes de observar como era desprendido de mi cinturón y como sus manos se movían ágilmente para deshacerse del broche de mi pantalón.
Un par de pequeños suspiros más salieron de entre mis labios y una sonrisa ladina atravesó mis labios. – Hay que saber… tratarlas para que no se sequen tan rápido, así como hay que saber…-Deje mi oración abierta y lleve rápidamente una de mis manos a una de las muñecas de las suyas para jalar de esta con algo de brusquedad, atrayéndole hacia mi, acabando finalmente con esa innecesaria distancia que había entre ambos para luego, llevar la mano dueña de ese dedo que había llevado a sus labios, guiada por la propia a bajo mis ropas. Empecé a manipular su mano con la mía para poder acomodarle en torno al tronco de mi miembro y empecé a maniobrarla para que recorriera este como si comenzase a masturbarle.-Guiarlas para que florezcan como es debido…- Musite mientras que por sobre su mano, daba un pequeño apretón a mi miembro antes de sacar esta de entre mis ropas para llevarla directamente a mis labios, donde lamí cada uno de sus dedos, recorriendo la longitud de estos con mi lengua, paseando la misma por entre ellos, para llenarles de mi saliva y luego empezar nuevamente a guiar su mano húmeda por entre sus pechos, recorriendo con dedos guiados por los míos todo el contorno de estos. Con una leve sonrisa solté su mano, dejándola sobre sus senos y seguí por terminar de retirar con algo de brusquedad cualquier prenda suya que ahora simplemente me estorbaba, dejándoles caer una tras a otra al suelo para luego, seguir de igual manera con las mías y antes de que pudiese reaccionar tome su cuerpo desnudo por la cintura para recostarle sobre las ropas de ambos. Ahí, con el frio de la noche rodeándonos entre la oscuridad de aquellas calles; tome sus piernas entre mis manos para levantar estas y llevarlas a mis hombros, dejando la parte trasera de sus rodillas sobre estos para luego con solo una de mis manos, tomar sus manos por las muñecas sometiendo estas con fuerza, evitando cualquier forcejeo por parte suya para con la otra empuñar mi miembro y solo con la punta de este empezar a recorrer por entre los labios de su sexo, sintiendo como comenzaba a humedecer este con su propia esencia y como los movimientos naturales de su intimidad empezaban a envolverme, a lo que yo me movía con un poco mas de insistencia, pero sin ir mas allá de un simple rose castigando esa parte suya de deseo y ansiedad.

Mara

Seguí con mi mano en mi boca y con la que acariciaba su cadera fui jalada hasta quedar completamente pegada a su cuerpo, suspiré con fuerza haciendo que mi aliento chocara contra el suyo mientras le escuchaba hablar, y en el momento en que iba a quitar mi mano de mis labios, él lo hizo llevándola hasta debajo de sus ropas haciendo que esta tocara el tronco de su miembro, sonreí de lado y dejé que moviera mi mano mientras que de manera quizá juguetona apretaba la misma en torno a su miembro con algo de fuerza y una vez que él hizo presión, cerré mi mano con fuerza logrando encerrar el tronco de su miembro en la misma con algo de fuerza.
Le miré a los ojos mientras lamía mi propia mano y deje escapar de mis labios leves jadeos para seguido de ello dejar que fuese su mano la que guiara a la mía nuevamente, pero esta vez entre mis senos así como en los mismos dejando caricias húmedas en mi torso; mi cuerpo se estremecía y de manera rápida quede desnuda así como él, lo que provocó que mi vista se perdiera en su piel, pálida la cual se veía realmente suave, y así, aprovechándose de esa distracción me llevo al suelo recostándome sobre la ropa de ambos.
Observaba su mirada, aquella mirada que ahora se tornaba en una llena de líbido al igual que la mía, acomodé mis piernas sobre sus hombros como lo pedía y me vi sometida por una de sus manos, a lo que simplemente sonreí de manera libidinosa observando cada expresión suya, dejando que de mis labios escaparan continuos suspiros debido a la sensación que comenzaba a proporcionarme; de manera instintiva moví mis caderas hacia adelante en busca de más contacto de su parte, relamiendo mis labios en variadas ocasiones, contrayendo de manera inconsciente mi intimidad comenzando a sentir como se humedecía con cada uno de los roces que este daba sobre la misma.
Con ayuda de mis piernas hice su cuerpo ligeramente hacia el frente logrando que se agachara un poco.
-Espero ansiosa el momento en que me haga florecer Juri-san.-
Dije de manera suave llevando mis caderas en leves y casi imperceptibles movimientos, de atrás hacia adelante obteniendo así más contacto por su parte, sintiendo también como su miembro comenzaba a endurecer de manera lenta a lo que simplemente sonreía de lado relamiendo esta misma sonrisa en diferentes ocasiones, comenzando a respirar de manera agitada observando como mi pecho subía y bajaba de manera constante.

Succubus

Me relamí los labios escuchándole, cada suspiro que mis movimientos lograban arrancarle de los labios era una dulce melodía que se mezclaba con el sonido del viento que chocaba contra nuestra piel desnuda. Aun sin ir más allá de solo ligeros roses con mi miembro en su intimidad, sentí como la punta de este comenzaba a llenarse de su propia humedad a lo que lentamente comencé a frotarle con más insistencia, dejándolo de a ratos, concentrado directamente sobre su clítoris donde le frotaba y circulaba sobre esa sensible zona, para luego de un momento, bajarlo lentamente hasta la entrada de su cavidad, donde acomode solamente la punta de este para dejar mi mano libre y con el uso de mi dedo medio recorrer por encima los labios de su sexo antes de meterle levemente entre estos, rosando con la yema del mismo la punta de su clítoris y humedeciéndole con su propia esencia. Ese dedo húmedo, lo lleve a sobre uno de sus pechos, posándolo directamente sobre uno de sus pezones, sobre el cual comencé a hacer pequeños círculos, a presionarle con algo de fuerza contra su mismo pecho como si quisiese hundirle en su piel y envolviéndola en las sensaciones de estas acciones, me aproveche de su pequeña distracción par dar un fuerte y certero empuje con mis caderas y llevar toda la longitud de mi miembro a su interior. El repentino abrir de sus paredes, hizo que un pequeño gemido escapara de mis labios, obligándome a permanecer completamente en su interior hasta que esos deliciosos espasmos de sus paredes apresando mi miembro de calmaran y antes de que terminase de acostumbrarse a esta intromisión comencé a moverme ferozmente en ella, embistiéndole con algo de brusquedad mientras que como un desahogo a las placenteras contracciones de sus paredes, mis manos se clavaban en sus muñecas apresando con mas fuerza estas mientras que mi mano terminaba por tomar uno de sus pechos entre esta para comenzar a estrujarle con fuerza, apretujándole entre mis dedos y, dada aquella beneficiosa posición, lleve mis labios a los suyos para hundirles en un vehemente beso, llevándome en mis labios cualquier sonido que salía de los suyos.

Mara

Mi cuerpo continuaba sobre el piso debajo del suyo, mientras mis ojos observaban casa expresión de su rostro, y de mis labios escapaban quedos suspiros ante cada una de sus acciones y movimientos de sus caderas, mismos que hacían que mi cuerpo se estremeciera a sobre manera y que empuñara mis manos al tiempo que presionaba su cuerpo entre mis piernas envolviéndome por completo en el ligero calor que se presentaba en su piel; sintiendo como el aire frío de la noche chocaba contra la piel de ambos, lo que combinado con los movimientos de su cuerpo y de sus manos, hacia que la mayor parte de mi cuerpo se estremeciera bajo el suyo, llevándome a mover mis caderas de arriba abajo así mismo en ligeros movimientos circulares dejando que de mis labios escaparan cada vez mas continuos suspiros acompañados con leves jadeos haciendo que mis labios se entreabrieran de manera leve.
Al sentir como su mano se movía sobre mi intimidad hice mi cuerpo ligeramente hacia arriba soltando un jadeo sintiendo como aquella humedad era llevada hasta uno de mis senos, haciendo que mi cuerpo se retorciera un poco sobre las ropas del piso lo cual me llevo a una ligera distracción, y; al sentir como su miembro entraba en mi, solté un pequeño gemido sintiendo el calor de su cuerpo así como las continuas contracciones de mis paredes aprisionándolo en mi interior por unos momentos antes de que comenzara con los Bruscos movimientos de sus caderas lo que hacia que mi cuerpo se moviera hacia arriba a lo que, presione su cuerpo entre mis piernas haciendo que agachara su cuerpo, correspondiendo a aquel beso de la misma manera dejando pequeñas mordidas sobre su labio inferior. Ahogando cualquier gemido que salía de mis labios sobre los suyos, mientras mis piernas se movían ligeramente haciendo que mis pies rozaran con su espalda en forma de leves pero insistentes caricias, al tiempo que mis caderas se movían al ritmo de las suyas contrayendo las paredes de mi entrada de manera voluntaria, aprensando su miembro en mi interior durante algunos instantes.

Succubus

Mordí sus labios con fuerza ahogando un ronco gemido al sentir sus paredes apresándome por completo en su interior y sentí el delicioso sabor de su sangre mezclada con el de su saliva y comencé a besarle de manera más insistente disfrutando de cada gemido y quejido que abandonaba sus labios, de cada gemido que moría en mi boca y finalmente, opte por dejar sus manos libres para poder darles un beneficioso uso a ambas. Lleve ambas manos a sus caderas y con total firmeza aferre mis dedos en la piel de estas para que aquellos movimientos que ella misma hacia fueran aun mas profundos, mas rápidos y por sobre todo aun mas bruscos, logrando que aquel vaivén de embestidas fuera mas feroz y que así mas roncos sonidos se ahogaran entre aquel fogoso beso el cual di por terminado tras un momento mas, dada la necesidad propia y ajena por recuperar el aliento. Mi pecho subía y bajaban con rapidez y mis caderas no dejaban de empujar en su contra, arremetiendo contra su intimidad en aquel feroz vaivén, pero sin importar el poco aliento que había logrado recuperar, lleve de nueva cuenta mis labios a los suyos para arrebatarle un par de besos mas antes de bajar a su cuello donde empecé a atacar su piel con fuertes mordidas y succiones, que laceraban su blanquecina piel llenándole de huellas carmesí mismas sobre las cuales dejaba pequeños besos antes de continuar descendiendo hacia sus pecho en los cuales repetí aquellos movimientos esta vez sobre sus pezones. Tome uno de aquellos sensibles botones de su piel entre mis dientes y comencé a mordisquearle lentamente por un momento antes de apresarle por completo en mi boca para que mi lengua empezara a circular sobre la aureola de este por un momento antes de continuar directamente sobre su pezón presionándole contra su piel con el uso de la punta de mi lengua como si quisiese hundirle en su apetitosa piel.
Deje aquella zona completamente endurecida y continúe con el otro de la misma manera hasta dejarle completamente duro para una vez hecho alejarme de sus pechos para concentrar la mirada en su rostro y observar con regocijo cada uno de los gestos de placer que deformaban su rostro mismos que me impulsaban a ir un poco mas rápido sobre ella, exigiéndole a su cuerpo tanto como el mío lleno de libido pedía por lo que deje que fueran solo mis caderas las que continuaran empujando su cuerpo para que mis manos ahora libres se concentraran en atacar su intimidad. Con un par de dedos de una de ellas aprese su clítoris para empezar a pellizcarle con algo de fuerza al ritmo que le embestía y con la otra empecé a recorrer cada centímetro de su piel utilizando las uñas de mis dedos para dejar ligeros hilos carmesí sobre su pálida piel, dejando mi marca sobre cada rincón de esta.

Mara

Un ligero quejido abandonó mis labios terminando por ahogarse en los suyos al sentir aquella mordida sobre mis labios seguida de aquel cálido y espeso líquido mismo que se mezcló con mi saliva así como con la suya, haciendo aquel beso aun más exquisito mientras sentía como mi cuerpo se movía de manera brusca contra el piso debido a las fieras embestidas de él sobre mí, dejando escapar varios gemidos que se apagaban en su boca, así como los de él eran acallados en la mía.
Una vez que sentí como mis manos fueron liberadas, llevé una de ellas a su hombro encajando mis uñas en este ante cada violento movimiento de su cuerpo sobre el mío, mismos que con el paso de los segundos, se volvían más agresivos sintiendo como en cada uno de ellos llegaba hasta lo más profundo de mí lo cual me llevaba a gemir en varias ocasiones. Mi cuerpo se contraía con violencia ante la sensación húmeda de su saliva en cada uno de mis pezones, mientras mis manos se paseaban por su cabello dando varios tirones al mismo para luego de ello llevar ambas manos a sus hombros llevando uno de mis pies a apoyarse en el piso mientras sentía como sus labios atacaban mi cuello, llevando mi cabeza a apoyarse sobre la suya dejando escapar varios quejidos, acompañados de quedos gemidos que chocaban contra uno de sus oídos.
Los movimientos de mis caderas contra las suyas se hacían más necesitados, sintiendo el ardor que provocaban los choques bruscos de su piel contra la mía.
Trataba de observar las expresiones de su rostro al verle de frente al mío, dejando que él observara el mío completamente lleno de libido y deformado por varias muecas de placer que se dibujaban en el mismo.
Aprovechándome de la ligera “distracción” de él observando mi rostro, con ayuda del pie que tenía apoyado sobre el piso, elevé un poco más mis caderas del suelo, y así mismo con ayuda del agarre que mantenía sobre sus hombros empujé su cuerpo haciendo que este diera un giro para dejarle de espaldas contra el piso, mismo movimiento que hizo que su cuerpo abandonara el mío de manera brusca obligándome a soltar un agudo gemido seguido de un quedo quejido que abandonó mis labios.
Sin perder mucho tiempo lleve ambas de mis piernas a sus costados, apoyándome sobre mis rodillas, mientras con una de mis manos tomaba la base de su miembro mientras apoyaba la otra sobre su pecho y así poder acomodar la punta de su miembro sobre mi intimidad rozando momentáneamente este contra la misma envolviendo su glande en mis labios íntimos, para después de un momento dejar caer mi cuerpo sobre la extensión de su miembro haciéndole entrar de manera brusca en mí, lo cual provocó que mis paredes se contrajeran con violencia aprisionándolo en mi interior mientras comenzaba a mover mis caderas de manera circular, tomando su miembro como eje para seguido de ello llevar ambas de mis manos a su pecho encajando un poco mis uñas en el mismo, usando este de apoyo para comenzar a mover mi cuerpo de arriba a abajo haciéndole entrar y salir de mi de manera rítmica comenzando a recuperar la velocidad anterior poco a poco.

Succubus

Con una sonrisa ladina instalada en mi rostro deje que su cuerpo moviera el propio como lo viera conveniente para lo que estaba en su mente, y al parecer no había hecho mal, ya que ahora tenia una placentera posición pero por sobre todo una deliciosa vista de ella, al tenerle de aquella manera encima de mío además de que sin ninguna tardía su cuerpo ya se encontraba moviéndose sobre mi entrepierna, logrando arrebatarme mas de un gemido de entre los labios que se hacían mas roncos y continuos al sentir como su interior se encargaba de apresar mi miembro con cierta fuerza entre cada subir y bajar de ella sobre mi. Sin perder mas tiempo de tan placentera pose, lleve mis manos a pasearles por cada rincón de su anatomía, siendo sus pechos el centro de mi atención, mismos que comencé a apretar entre mis manos con fuerza, utilizándolos con un pequeño desahogo para esas descargas de placer que mi entrepierna mandaba como cierta tensión a mis extremidades.
Eche ligeramente mi cabeza hacia atrás, apoyándola casi por completo sobre el suelo y una vez que las propias embestidas que ella daba recuperaban la fuerza e intensidad anterior comencé a bombear mis caderas en su contra para hacerlas aun mas frenéticas al mismo tiempo que mis manos pasaban de sus pechos a su cadera en donde añadí un pequeño impulso mas al levantar su cuerpo y jalarle nuevamente contra mi. Me espalda se arqueaba ligeramente en el suelo y observaba con lasciva como su cuerpo se iba perlando ante la luz de la luna con su transpiración a lo que me relamí los labios esbozando una pequeña sonrisa.-Debo… decir que aunque esta es una posición mas que… especial sobre todo para la vista… me priva de algo mucho mas exquisito…-Dije entre pequeños jadeos que abandonaban mis labios al hablar entre aquellas embestidas y de un momento a otro antes de que dijera cualquier cosa, empuje mi cuerpo contra el suyo para permitirme el sentarme en el suelo con ella sentada entre mis piernas, sin llegar a abandonar su interior.-El exquisito desliz entre nuestras pieles… - Susurre casi sobre su oído y de inmediato continué bombeando mis caderas para continuar con aquel vaivén al mismo tiempo que mis manos iban directamente hacia sus glúteos, los cuales apreté con fuerza al mismo tiempo que les abría con cierta brusquedad, dándome la oportunidad de llevar un par de dedos de una de mis manos hacia su cavidad trasera en donde presione esta con las yemas de mis dedos, antes de arremeter de una estocada para empezar a embestirle al ritmo de nuestro vaivén y posteriormente a ello, lleve mi otro brazo a su cintura, para rodear esta y apegar su cuerpo aun mas al mío para así crear un exquisito frote entre los pechos de ambos.

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