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Hay un veneno mas dulce, mas mortal que el de los labios...El sabor de la sangre en la garganta.
 
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 Remissionem peccatorum [PRIV]

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Hikaru
Humano
Hikaru



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MensajeTema: Remissionem peccatorum [PRIV]   Remissionem peccatorum [PRIV] I_icon_minitimeJue Mar 15, 2012 3:58 am

Con sigilo y sin mucho problema llegue a la iglesia que muy lejos de el hospital no estaba, llevaba el corazón que le había arrebatado a una enfermera y el uniforme que llevaba yo aun estaba completamente lleno de sangre, eso mas mi rostro y manos, aun sentía la humedad en mi cuerpo ya que la sangre no había tenido oportunidad de secarse en su totalidad, rápidamente llegue hasta el altar yendo a uno de los muebles donde se guardaban los cálices tomando uno grande de los mismos y yendo a llenarlo en su totalidad de agua bendita, deje la copa encima de la mesa del altar justo en una de las esquinas y al notar una Cruz debajo del enorme crucifijo y sobre una muy pequeña mesa con un par de velas; tome la misma, agarrándola fuertemente por la punta y estampando la base en la mesa para rompérsela y quedarme con la cruz solo hasta el pequeño rombo con picos deje la misma sobre la mesa junto con el corazón en la bolsa y me acerque al crucifijo besando con socarronería los pies del mismo mientras susurraba.
-Pides mujeres vírgenes para servirte… y sería interesante saber para qué… -
Mientras me alejaba de el crucifijo caminando hacia atrás con aquella mirada llena de tantas cosas como la locura, la lujuria que de un momento a otro se había desarrollado en mi y la repulsión hacia ese lugar y hacia ese dios, que sentía.
-¿Es acaso que las desvirgas en el cielo?… ¿será tan bueno follar en el paraíso?...-
Deje la oración abierta y solté una risa en llena de la locura de la que era pesa en aquel momento y en mi mente no solo no había algo que me pudiese detener, sino que la imagen de aquella habitación en el hospital, completamente ensangrentada me excitaba hasta tal punto que podía sentir y hasta escuchar en mi cabeza los fuertes golpes de mi corazón contra mi pecho, latiendo tan fuerte que parecía como si quisiera salirse de su lugar. Decidí sentarme sobre la mesa del altar abriendo en su totalidad mis piernas provocando que el seductor uniforme que usaban las enfermeras se levantara, dejando a la vista los lindos bordados que las medias llevaban al final de las mismas. Sin dudarlo mucho coloque mis manos sobre mis rodillas, con los dedos un poco entreabiertos y empecé a ir corriendo mis manos por la extensión de mis muslos al mismo tiempo que iba introduciendo mis manos al interior de mis piernas sintiendo la calidez de aquel lugar que ahora era como un horno debido a la temperatura que mi propio cuerpo llevaba tras aquella escena en el hospital. Finalmente la falda del uniforme estaba casi por completo levantada, dejando a la vista mis piernas llenas de aquella sangre ajena y sin preocuparme por deshacerme de las medias subí mis manos un poco más para empezar a bajar mi ropa interior deslizando esta lentamente por mis piernas hasta que al resbalar por estas mi ropa se quedo atorada en mis pies y con tan solo un par de movimientos logre retirar mi prenda por completo. Lleve mi mirada directamente al rostro de la figura que yacía en aquel crucifijo y me hice un poco hacia atrás sobre la mesa mientras que mis manos regresaban a desabotonar con lentitud el uniforme que llevaba hasta finalmente; tras unos instantes tenerle completamente abierto, dejando completamente expuesto la parte frontal de mi cuerpo aunque claro lleno de aquellas manchas rojizas de las que en ese momento me sentía… “orgulloso”.
Acomode mis piernas sobre la mesa colocando las puntas de mis pies cada una cerca de la respectiva esquina de la mesa, dejando mis piernas abiertas en su totalidad y ligeramente flexionadas. Lentamente me fui recostando sobre la mesa sin quitar mi mirada de aquel rostro y conforme me iba recostando aprovechaba para llevar una de mis manos directo a mi entrepierna y la otra a mi pecho; lugares en los cuales con una de mis manos me dedicaba a acariciar mis pezones con cierta ansiedad y con la otra masajeaba mi miembro de arriba abajo provocando fuerte frotes entre la palma de mi mano y la piel de mi miembro y justo mientras el inicio de mi excitación física comenzaba culmine lo que hacía un rato había dejado a medias.
-O tal vez no es el lugar… será acaso que te sientes intimidado ante la experiencia…-
Susurre con un claro dejo de malicia y mientras con una de mis manos tomaba uno de mis pezones entre mis dedos para pellizcarle sin delicadeza mi otra mano empuñaba mi miembro para empezar a masturbarle suavemente.
-Sera eso…-
Susurre entre un claro gemido lleno de placer y mientras el tiempo pasaba aumentaba la fuerza y ansiedad con la que me acariciaba, empezando a masturbarme con más rapidez y fuerza; tironeando de mi miembro casi violentamente sintiendo en mi mano las gotas de mi pre seminal que empezaban a escurrir por la longitud de mi miembro y a ratos me tomaba la molestia de con mi pulgar quedarme a masajear mi glande con rudeza, restregando la yema de mi dedo contra mi meato. Tiraba con fuerza de mis pezones hasta lograr que estos resbalaran de entre mis dedos y trataba de llevar el nivel de placer y excitación a niveles in-imaginados.
En cierto momento, entre mis gemidos separe mis manos de mi cuerpo y me ladee un poco para con una de mis manos alcanzar a tomar la bolsa donde había llevado aquel corazón y la abrí de golpe dejando caer la sangre y aquel órgano sobre mi cuerpo, gimiendo con más fuerza cuando aquel liquido carmesí se corrió por mi vientre e invadió el área de mi pubis, corriéndose también por mi ingle y llegando a aventurarse por mi periné hasta terminar por rozar de forma exquisita mi entrada. Con mis manos me dedique a esparcir aquel liquido por todo cuanto pude de mi cuerpo; levantando mi cabeza a ratos para observar el color tan rojo vivo de mi cuerpo. Una amplia sonrisa se quedo formada en mi rostro y con mis manos llenas de sangre, lleve una a seguirme masturbando, llenando mi propio miembro de aquella sangre y mi mano libre la lleve directo a mi entrada haciendo círculos con mis dedos alrededor de la misma jugueteando en aquella zona y luego regresando a masajear mi periné, alternando entre ambos lugares como provocando que mi propia desesperación aflorara.
De golpe y ya con una amplia necesidad introduje dos de mis dedos en mi entrada, sintiendo al instantes las contracciones de la misma que de momento se negaba a aceptar a aquellos dos dedos y sin importar el momentáneo dolor que sentía empecé a mover mis dedos en mi interior embistiéndome con fuerza y sin pudor, gimiendo de manera vergonzosa mientras que mi espalda de manera inevitable se arqueaba en repetidas ocasiones aunque no de forma violenta.
A pesar de que era demasiado pronto para cambiar mis dedos por aquel artefacto, estaba tan ansioso que poco me importaba el tiempo o que estuviera yendo demasiado rápido. Saque mis dedos de mi interior tras abrirles un par de veces y estire aquella mano para alcanzar la cruz que había dejado sobre la mesa, la cual lleve a mis labios para lamer toda la extensión de la misma hasta toparme con aquellos peligrosos adornos que llevaba en la base. Estaba consciente de lo difícil que iba a ser introducir aquel objeto en mi entrada debido a aquella figura en la base que era mucho más ancha que el resto de la cruz, sin embargo poco me importaba pues sabía bien que el dolor que podría provocarme sería tan exquisito que las dificultades lo valían.
Detuve los movimientos de mi mano sobre mi miembro y junto con mi otra mano, lleve ambas a mi entrada, metiendo de una de mis manos los cuatro dedos de la misma en mi interior y tirando con mis dedos de las paredes de mi entrada para dilatarlas, para así sin esperar más ir introduciendo aquel objeto en mi interior; forzando a mi entrada a que aceptara la invasión del mismo al mismo tiempo que varios gritos de entre dolor y placer abandonaban mis labios mientras sentía como aquella forma de la cruz empezaba a llevarse pequeños pedazos de la piel de mi ano, desgarrando el mismo y provocando una escandalosa hemorragia; y aunque estuviera sintiendo todo aquel dolor, ni aun así me detuve y seguí introduciendo aquel objeto hasta que finalmente ya no pude meter más del mismo debido tanto al tamaño de la cruz como a que esta había alcanzado a tocar mi próstata y en esos instantes golpeaba la misma de forma dolorosa.
Ya que según me precia estaba solo no me importaba en lo absoluto soltar tanto grito y gemido por lo que no hacía nada para reprimirme. Una vez que yo sentí que me acostumbraba un poco a la presencia de aquel objeto dentro de mí, empecé a sacarle y meterle lentamente y con cierto trabajo mientras regresaba mi otra mano a mi miembro y nuevamente iniciaba con la tarea de masturbarme; de vez en cuando dedicándome a solo presionar toda la longitud de mi miembro e incluso soltaba este a ratos para ir a presionar y masajear rudamente mis testículos.
Note que había dejado sin uso aparente al corazón solo usándolo como mi estimulación ya que el solo verlo me provocaba una excitación de locura al igual que la sangre esparcida por mi cuerpo, pero solo usarlo de excitación visual no era mi plan, note como poco a poco la vena cava empezaba a quedar “inadmisible” por lo que en un rápido movimiento solté mi miembro y deje la cruz completamente dentro de mi para con ambas manos poder dilatar un poco la vena y así poder poner la punta de mi miembro en la orilla de la misma para seguido de ello empezar a introducir mi miembro a través de aquella vena hasta encontrarme en el interior del corazón y debido a lo forzado de aquella vena, la presión que la misma hacia alrededor de mi miembro me llevaba a sentir básicamente lo que dios llamaba el paraíso.
Con una de mis manos empecé a toma el corazón para moverle solo un poco de arriba a abajo sobre mi miembro sin embargo aunque fuera tan solo un poco lo hacía de forma rápida y casi violenta, sintiendo como el palpitar de mi miembro empezaba a aumentar y mientras esto pasaba lleve mi mano libre nuevamente a la cruz para seguirme embistiendo de manera bestial, sintiendo la humedad de mi entrada al estar completamente empapada en sangre.
El sudor producto del esfuerzo y de la temperatura de mi cuerpo se corría por mis mejillas, mi frente y algunas otras partes de mi cuerpo mas a parte provocaba que varios mechones de mi cabello se pegaran a mi frente y mejillas haciéndome sentir como si algo “pesado” opacara mi rostro.
Aunque la sola idea de seguir matando desgarrando más bien lastimando me era excitante en mi mente no era la única imagen que me provocaba si no también la figura de un hombre en mi mente, alguien a quien deseaba con todo mi ser y hacia que con cada embestida que me daba con aquel objeto sintiera que cada golpe en mi próstata era causa de su miembro. De un momento a otro me empecé a mover con rapidez clavándome aquel objeto con mas fiereza y terminando por sacar mi miembro de aquel corazón, tomándolo nuevamente entre mi mano, sintiendo la forma en la que palpitaba y deduciendo que no tardaría mucho en liberar toda aquella carga de placer que ahora sentía. Aquellos gemidos vergonzosos no se comparaban con los placenteros gritos que ahora profería y finalmente entre tantas caricias y demás esos pequeños escalofríos recorrieron mi espalda de golpe provocando que cada musculo de mi cuerpo se tensara por consiguiente mi entrada aprisionaba aquel objeto dentro de mí con tal fuerza que no fui capaz de seguirle moviendo por otro lado no era necesario estimularme más pues mi semilla era liberada finalmente cayendo sobre mi abdomen y manchando el mismo, lugar donde mi orgasmo se mesclaba con la sangre de otra persona.
Me quede recargado sobre la mesa, dejando aquel objeto en mi interior mientras esperaba a que lentamente mi cuerpo se relajara. Lleve una de mis manos a mi abdomen el cual acaricie con la yema de mis dedos para así conseguir llevarme un poco de mi orgasmo mesclado con aquella sangre terminando por guiar mis dedos directo a mi boca para saborear de mi propia semilla. Lamí y succione cada uno de mis dedos, degustando el sabor de aquella magnifica mescla y en un repentino movimiento tome el cáliz que había dejado en la esquina de la mesa y sin pensarlo eche el agua bendita sobre mi rostro y parte de mi pecho sintiendo al instante como el uniforme que aun llevaba se humedecía aun mas; lleve mis manos a tallar mi rostro para dejar este libre de la sangre y deje una de mis manos “masajeando” mi rostro mientras que la otra se iba directo a la cruz que aun seguía dentro de mí para poder sacarla de golpe. Solté un sonoro gemido pues había sentido como un par de cachitos mas de piel de mi entrada se iban junto con aquel objeto y no había sentido mal ya que cuando levante la cruz a la altura de mi rostro pude ver los pequeños pedazos de piel incrustados en aquel objeto.
Espere a que mi respiración se normalizara y mientras tanto deje caer las manos a los costados de mi cabeza importándome poco donde caía la cruz o que pasaba con ella. No me moleste en cerrar las piernas ya que como consecuencia de mis actos mi entrada dolía ante cualquier movimiento de mis piernas por lo que decidí prepararme mentalmente antes de incorporarme. Cerré los ojos durante lo que yo supuse fueron unos instantes escuchando como mi respiración se normalizaba y el ritmo de los latidos de mi corazón también.
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Manabu
Astelopodo
Manabu



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MensajeTema: Re: Remissionem peccatorum [PRIV]   Remissionem peccatorum [PRIV] I_icon_minitimeDom Mar 18, 2012 8:13 am

Recién que había entrado a aquel pueblo, me di cuenta de muchas cosas, una de ellas, quizá de las más importantes sobre todo para mí, era que a esos asquerosos vampiros que vivían en las tierras del norte era algo placentero el alimentarse de de sangre joven y lo que era aun mas repugnante, de sangre de jóvenes vírgenes. Esa noche en particular había estado siguiendo a uno que se veía bastante, salvaje, ya que al parecer iba mas guiado por el hambre que sentía que por el sentido común, lo que para mi fortuna me facilitaba aun mas el hecho de esconderme de él. Justo iba al lugar que tenia previsto, aquella enorme iglesia dentro del pueblo, lo mas seguro, para cazar a alguna de las mujeres humanas que se hacían llamar siervas de dios y que dentro de aquel pueblo era lo mas ‘puro’ que se pudiese encontrar en lo que a sangre se refiere.
Decidí adelantarme para sorprenderle dentro de aquel lugar, por lo que me incursione dentro del pequeño albergue donde aquellas mujeres trabajaban y que detrás de una de sus puertas daba directamente a lo que era la iglesia. Por el momento esperaría en silencio y solo cuidaría al vampiro que iba siguiendo el aroma de la única mujer que estaba dentro de aquel lugar. Me deslice con cuidado bajo la cama de aquella mujer, en espera de que aquel vampiro llegara lo que no tardo mucho en ocurrir, solo que no contaba con que actuara tan rápido y antes de que pudiese hacer mi ataque se abalanzo sobre aquella mujer en un certero golpe a su pecho con sus colmillos. Gruñí molesto y deje que mi transformación aflorara para poder salir de debajo de la cama, atacando al vampiro con de lleno con mis garras, atinando con una de ellas directamente en su corazón.
Por un instante, mi vista se fue al cuerpo sin vida de aquella joven mujer y la furia se apodero de mi al grado de que deje salir en su totalidad la transformación de mi cuerpo, atacando con mis garras una y otra vez el cuerpo de aquel vampiro, hasta que su torso estuvo por completo expuesto y de este comencé a arrancar todos sus órganos con mis garras, dejándome llevar por aquella furia y de no haber sido por aquel sonido proveniente de la iglesia, quizá hubiese terminado devorándole en medio de mi locura. Aquel sonido me hizo reaccionar antes de que alguna parte de la carne de ese vampiro tocara mi lengua y de inmediato regrese a la normalidad, con mis manos completamente bañadas en sangre además de que grandes partes de mi piel ahora expuesta estaban manchadas por la misma.
Cuando recupere la consciencia en su totalidad, sin importar que ahora mis ropas se redujeran a un par de tiras colgando de mis brazos decidí ver que o quien había ocasionado aquel ruido, por lo que con cuidado abrí la puerta que conectaba aquel albergue con la iglesia solo para toparme con la esbelta figura de un chico; al principio y aun algo distraído por lo anterior, pensé que se trataba de un vampiro, dada su sonora risa ante la sangre, pero tras olisquear l ambiente me di cuenta que se trataba de un chico.
Un chico humano y un corazón de… uno…
Arrugue la nariz ante aquel descubrimiento y a pesar de que la constante idea de largarme y dejar a aquel chico con lo que fuera que fuese a hacer, se repetía una y otra vez en mi cabeza, el hecho de ver como entre la sangre sus manos se movían para empezar a… tocarse era algo que me parecía repulsivo, no se estaba portando mejor que los vampiros, él era peor que ellos, mas bajo, al matar a uno de los suyos por a cambio de aquella… satisfacción sexual que al parecer el sentía al hacer aquello con el uso de ese corazón. Mis manos se hicieron un puño y de estas, mis dedos asomaban las largas uñas de mis garras, las cuales se clavaban en mi piel, causando que de esta empezaran a salir delgados hilos de sangre.
Sin embargo, y aunque el acto que cometía aquel humano me resultara nefasto, de alguna manera la forma en la que sus manos se paseaba por su cuerpo, el placer mismo que su cara expresaba y que desahogaba con total libertad ante sus propias caricias mezcladas con el olor a sangre, no solo lograba despertar mi apetito, si no también otra clase de... hambre en mi cuerpo, misma que lograba que me tensara un poco y que la reciente adrenalina al acabar con aquel vampiro, volviera de una manera diferente... mezclada con la excitación.
Con total cautela y después de ver que aquel espectáculo estaba por llegar a su final me fui colocando en cuclillas, apoyando solo una de mis manos sobre el suelo mientras que la otra la flexionaba un poco hacia atrás para que en ese momento en que después de su reciente acto, su cuerpo estuviera tembloroso y vulnerable, abalanzarme en un rápido movimiento, corriendo hacia el altar donde estaba con toda la velocidad de mis piernas, sacando instantáneamente mis fauces para tomarle por sorpresa, prensando mis colmillos de su cuello y tirarle al suelo, dejándole con una mediana herida en su cuello.
Solté su cuello y con mis manos que estaban algo convertidas en garras, aprese sus muñecas contra el suelo, enterrando mis filosas uñas en la piel de estas a la vez que presionaba todo el peso de mi cuerpo contra el suyo, apretando mis rodillas a los costados de sus piernas para evitar que se moviese.
-Vaya… y yo que pensé que no había peor creatura que los vampiros… y me vine a topar con un humano que actúa peor que ellos…-
Presione con aun más fuerza sus muñecas entre mis garras a la vez que un marcado mohín deformaba mi rostro al aspirar de una manera más directa el olor a sangre que había por su cuerpo, además de que en este aun podía percibirse el olor a muerte. Sonreí de costado, dejando mi semblante de enfado y con la voz algo grave musite.
-No suelo alimentarme de la carne humana, o al menos es algo que deje de hacer hace mucho tiempo… pero…-
Deje mi oración abierta de mis labios relamí algo de su sangre, dejando que mi lengua quedara asomándose de lado por entre mis labios en los que se formaba una torcida sonrisa.
-Me enseñaron que uno recibe lo que da… y si tu acabaste con uno de los tuyos por un breve momento de placer… Porque no yo acabar contigo para alimentarme… Y siendo algo sincero, no sabes nada mal… -
Al culminar mi oración deje ir mis dientes sobre la piel de su pecho, yendo directamente hacia uno de sus pezones, el cual atrape entre estos para arrancar ese pequeño pedazo de su carne de un solo y fuerte jalón de mi cabeza, permitiéndole observar como ese trozo de su piel pendía de mis dientes antes de adentrarlo a mi boca para tragarlo y seguir por inclinarme sobre su cuerpo para lamer la herida en carne viva que había dejado, metiendo mi lengua en ese hueco que había dejado donde estaba su pezón.
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Hikaru
Humano
Hikaru



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MensajeTema: Re: Remissionem peccatorum [PRIV]   Remissionem peccatorum [PRIV] I_icon_minitimeMar Mar 20, 2012 11:26 pm

Me encontraba reposando sobre aquella mesa, recuperando las fuerzas tras todo el ajetreo que había conllevado mi reciente acto; me sentía cansado y apenas y escuchaba los sonidos a mí alrededor por lo que no pude prever el hecho de quesería atacado por un animal.
De forma repentina sentir un fuerte dolor en mi cuello que provoco que mis ojos se humedecieran y que un fuerte quejido se escapara de mis labios, tanto por la herida en mi cuello como por el brusco golpe que mi espalda había dado contra el suelo al caer de la mesa. Apenas y podía respirar con dificultad ya que sentía el peso del otro caer sobre mi cuerpo y prácticamente aplastarme evitando que pudiera respirar con normalidad. La cálida sangre que emanaba de la herida en mi cuello no tardo en esparcirse por mi piel y la mirada de enfado en mi rostro al ser interrumpido de esa abrupta manera y por alguien como él no se hizo esperar.
Le mire con dureza, ocultando mi dolor debajo de la máscara del enfado y escuche cada patética palabra saliendo de sus labios; trate a toda costa de quitármelo de encima, removiéndome bajo su cuerpo y jalando mis manos buscando el soltarme de su agarre. Ladee mi rostro poniendo más atención a mis acciones que a la suyas ya que buscaba la manera de escabullirme de aquello e irme en “paz” y de manera repentina sentí sus dientes arrancando uno de mis pezones y dejando en su lugar una herida al rojo vivo que ardía como el mismo infierno. Mordí mi labio inferior con fuerza, provocando un sangrado en el mismo pero tratando a toda costa de no gritar ante el terrible dolor que de un momento a otro me era provocado. Ladee el rostro para observar en aquel instante como aquel aparente hombre tragaba el pedazo de carne que me había arrancado para más tarde sentir el ardor en aquella herida provocado por su saliva y el juguetear de su lengua dentro de aquel hueco que mi pezón había dejado.
Reaccionando básicamente por puro instinto; levante una de mis piernas y golpee varias veces su trasero muy cerca de la parte de su periné para lograr que con cada golpe su agarre se aflojara al menos un poco y aunque sus garras se enterraron aun más en mi piel, logre zafar una de mis manos llevándome severos arañazos sobre mi antebrazo. Lleve aquella mano a su cabeza para tirar fuertemente de la misma y alejar su rostro de mi pecho colocando el mismo a escasa distancia del mío y respirando profundo para poder hablar lo más claramente que podía dije tras una sonora carcajada.
-Y esto que es… Descargas tu furia contra los que tienen los huevos que a ti te faltan para acabar con la vida de un humano?.-
Lleve mi mano directamente y sin perder tiempo hasta su miembro en el cual clave con tal fuerza mis uñas que sentí el peso del otro caer de golpe sobre mi cuerpo y su agarre finalmente debilitarse mientras que yo seguía apretando su miembro en mi mano lastimándole, solté este lo más rápido que pude y empuje su cuerpo hacia un lado levantándome al instante y sentándome sobre sus caderas, observando las muecas de dolor que hacia tras aquellas “caricias” tan bruscas sobre su miembro.
Había una pequeña razón por la cual no me había quitado por completo el uniforme, y esa era lo que el uniforme llevaba, en un rápido movimiento saque una jeringa con una considerable dosis de ketamina, la cual inyecte en el cuello del lobo y que por su metabolismo no tendría las funciones normales, si no simplemente alteraría su sentido del equilibrio y mostraría un poco de debilidad muscular y algunos mareos que durarían como mucho entre 20 y 30 minutos ya que por muy fuerte que fuera la dosis para un animal como con el que trataba no sería suficiente. Lleve mi mano de nuevo al pequeño bolsillo del uniforme y de ahí saque una pequeña navaja que abrí con el uso de mis dientes para más tarde aun sentado sobre las caderas de el otro llevar la navaja a uno de mis antebrazos y empezar a rebanar un considerable cacho de entre piel y musculo de la parte superior del mismo y mientras terminaba de cortar el mismo al tiempo que soltaba un par de lagrimas inevitables por mi condición de humano comente.
-Como es que alguien como tu defiende a los humanos y prefiere comer carne que seguramente sabe peor que la de un humano?… como puedes vivir teniendo la necesidad de probar carne humana y llenando tu hocico de carne de vampiros… según parece para ti creaturas que son horribles por como hablas de ellos… Tanto los odias y basicamente vives de ellos...eres patético…-
Termine de rebanar el pedazo de carne y piel de mi antebrazo y guarde mi navaja para poder tomar aquel cacho de carne, lleve mi lastimada mano a su boca apretando sus mejillas con mis dedos y forzándole a abrir la boca, metí el pedazo de carne en su boca obligándole a tragar.
-A que sabe?… como es que con tu especie dejas que tu conciencia te atormente…vives de mi especie y no puedes tener la determinación para alimentarte de ellos… anda… quieres matarme porque yo que no lo necesito tengo la sangre fría para arrancarle a alguien el corazón y penetrar el mismo por puro morbo!! Pues hazlo!!... pero no vengas con esas estupideces de ser un ser mucho peor que un jodido vampiro porque eso no te hace mejor que ellos… eso te hace un completo cobarde.-
Estaba enfadado por su comportamiento más que nada por sus palabras que trataban de hacerle parecer una buena persona cuando no lo era así que sin más, sabiendo que podría costarme caro levante mi mano llena de mi propia sangre y solté una fuerte bofetada sobre una de sus mejillas para más tarde acercarme a dejar un beso sobre la misma y con tan solo la punta de mi lengua empecé a recorrer desde su mejilla hasta su cuello, dejando un camino de mi saliva; saque nuevamente mi navaja y mientras descendía desde su cuello hasta su vientre bajo; paseando descaradamente mi lengua sobre las partes de su piel, empecé a abrir sus interiores para poder retirarlos entre jalones y así dejar su entrepierna libre, sin despegar mi lengua de su piel me dirigí hasta su pubis y de ahí justo comenzando por la base de su miembro, recorrí toda la longitud de el mismo hasta que en la punta de su pene separe mi lengua del ya mencionado.
-Me juzgas por excitarme con sangre cuando a pesar de mis… terribles actos… te estás poniendo duro… Bueno en teoría tu no… pero una parte de tu cuerpo lo hace….-
Le dedique un pequeño guiño olvidándome de momento de aquel enfado que había sentido y sin perder tiempo lleve mi navaja a cortar la palma de mi mano del mismo brazo que ya estaba lastimado creando una herida lo suficientemente profunda como para comenzar a sangrar de una forma medianamente escandalosa y sin importar que el corte doliera con esa misma mano tome su miembro y empecé a masturbarle de manera rápida, bañando el mismo en mi sangre y escuchando satisfecho los suspiros inevitables de el otro y que el mismo trataba de reprimir.
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Manabu
Astelopodo
Manabu



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MensajeTema: Re: Remissionem peccatorum [PRIV]   Remissionem peccatorum [PRIV] I_icon_minitimeVie Mar 23, 2012 8:42 am

Mientras que seguía moviendo mi lengua dentro de aquella herida, limpiando cada porción de sangre que salía de la misma, empecé a recibir aquellos golpes, que a pesar de no ser tan fuertes para alguien de mi condición, dada la sensibilidad de aquella zona, empezaron a incomodarme, haciéndome gruñir y distraído en aquello, sin que pudiese preverlo a tiempo sus manos se zafaron de entre las mías.
Le mire a los ojos con un claro dejo de molestia, de enfado, sobre todo por la manera en la que alejo mi rostro del suyo, pero que no se comparaban con el cólera que me daban sus palabras. Un fuerte gruñido salió de entre mis labios, y fruncí el cejo con dureza cuando se atrevió a dar ese apretón con las uñas sobre mi miembro y aprovechándose de la molestia que sentía ante ese agarre cuando menos lo pensé ya estaba con él sobre mis caderas y lo que había sido aun peor, la porquería que tenia esa jeringa que se clavo en mi cuello, nublo por unos instantes mi vista, haciendo mis movimientos algo torpes a lo que empecé a sacudir mi cabeza con rapidez buscando que lo nublado de mi vista desapareciera por lo que no me di cuenta de donde había sacado el punzante objeto con el cual empezó a cercenar su propia carne.
Con lo atontado que había dejado aquel liquido, mis sentidos estaban algo atrofiados, por lo que ante su mano que presionaba mis mejillas, solo reaccione por instinto al llevar una de las propias a la muñeca de esta para tratar de alejarla y al mismo tiempo clavar nuevamente mis uñas en la misma, ya que aunque sus palabras eran algo vagas en mi cabeza y llegaban como si tuviese algún retraso para escucharlas, les tenia muy claras. Su acción de llevar su propia carne a mi boca, mas que molestarme lo vi como una acción particularmente divertida de su parte, lo que realmente me ponía colérico era la basura que escupía de sus labios, sobre todo cuando la palabra “cobarde” salió de estos.
Empecé a respirar de manera agitada, y sentía como mis manos se cerraban en puños, ante aquella bofetada que me propino; sabía que los efectos de aquel medicamento que había ahora en mi cuerpo no tardarían mucho en pasar y por sobre todo no sería tan pesado moverme con agilidad a pesar de los mareos y lo nublosa de mi vista, que quizá era mi mas significativa desventaja, ya que me distraía de lo que hacia.
Las reacciones naturales de mi cuerpo empezaron a presentarse ante sus acciones, ya que aunque no estaba totalmente consciente de estas, sentía perfectamente lo que estas estaban logrando en mí, sobre todo cuando sentí esa calidez en mi miembro que era invadido por su sangre, tiñendo la piel de este de carmesí a lo que inevitablemente comenzó a despertar. Me molestaba no tener clara la vista, muy por encima de los mareos que dejaba pasar y que se hacían menos continuos conforme avanzaba el tiempo, pero sin duda, sin poder usar mis ojos correctamente me llenaba de algo de desesperación.
Entrecerré los ojos, tratando de aclarar mi visión y quizá en ese momento en que trataba de distinguirle agradecí que haya llevado aquella navaja consigo ya que ahora me aprovecharía del brillo que emitía el filo de esta. Rápidamente, alce una de mis manos, dejando que aquel brillo de la navaja me alertara de donde podía atinar una de sus manos y atientas tome velozmente su muñeca para luego, llevar la otra a su mano y presionando con una su muñeca con la otra me encargue de tomar la navaja de su mano para luego, arremeter con esta su mano, atravesando toda la palma de la misma.
-Vaya humano me vine a topar…-
Murmure enfadado y empecé a girar la navaja dentro de su carne por un rato antes de sacarla y arrojarle lejos para poder dejar mis manos libres y así, sosteniendo con una su muñeca, con la otra di un brusco giro a su mano para poder romper los huesos de su muñeca, dejándole inservible esta para luego seguir de igual manera con otra, aprovechando que ya tendría mas tiempo para hacerlo a pesar de lo nublosa que aun estaba mi vista, pero una vez que ubique su otra mano proseguí de igual manera que con la otra, arrancándole un par de gritos, acompañados de dulce sonido de sus huesos al romperse.
Sacudí mi cabeza un par de veces mas para tratar de calmar los molestos mareos que para mi fortuna, ya estaban pasando y se hacían menos fuertes tras cada uno.
-Uno tan peculiar, que habla sin saber a que se enfrenta y lo mejor que parece disfrutar del más puro y jodido dolor…-
Solté una sonora carcajada y deje que mis garras afloraran en su totalidad para llevar estas a sus piernas donde sobre la carne de sus muslos, clave mis uñas para tirarle de espaldas al suelo levantando estas y jalando las mismas, alce su cuerpo a manera de que levantara sus caderas para poder dejar mi rostro justo delante de su entrepierna. Alcance a verle a los ojos, ahora ya podía divisarlos bien, y con una sonrisa llena de perversidad la cual recorrí con mi lengua; deje que mis fauces salieran para atinar una feroz mordida a su miembro.
Mis colmillos se clavaron a solo un par de centímetros de llegar a la base y de un fiero jalón eche mi cabeza hacia atrás llevándome en mi boca todo ese pedazo de carne. Mastique este rápidamente, entre una risa de mofa por todos los gestos de dolor y la manera en la que su cuerpo se retorcía, pero antes de cualquier otra cosa, incluso antes de que aquel trozo de el se deslizara por mi garganta solté una de sus piernas y en ese pedazo de su miembro, entre aquella carne metí de una sola estocada tres de mis dedos, los cuales empecé a girar, a abrir dentro de la herida para hacerla aun mas grande y profunda, estirando la piel de esta, para que una vez que aquel hueco estuviera lo suficientemente… ancho, dejar su cuerpo caer para luego acomodar mi miembro en esa herida.
Lleve mis manos a sus caderas y empecé a jalar estas contra mi, para que mi miembro comenzara a entrar entre aquellas paredes. Una vez que solo mi glande había alcanzado a entrar empecé a mover como si lo embistiera, sintiendo como solo la punta de mi miembro era deliciosamente envuelta por la carne del interior de lo que era su miembro y como lentamente tras cada empuje mío, la sangre de esta empezaba a escurrir por mi miembro mientras que con el único uso de mis garras sobre sus muslos, clavaba mis uñas con fuerza en su piel para arrancar pequeños pedazos de carne de estos y llevarlos a mi boca para tragarles mientras que mis caderas seguían empujando, arremetiendo contra aquel cercenado lugar.

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