Moon (libre)

Era tarde pero no tenia muchas ganas de dormir o "descansar", tome un abrigo de las tantos que tenia y salí de mi habitación caminando por los pasillos del castillo pensando en que lugar visitar esta vez.
Pronto me llego la idea de ir a observar el hermoso lago que había en el pueblo, por que a pesar de ser un egocéntrico arrogante me gustaba poder tomarme mi tiempo para observar las bellezas que otorgaba la naturaleza, me encamine hasta aquel lugar viendo como durante mi recorrido el cielo se oscurecía y empezaba a llenarse de pequeños puntos luminosos.
Llegue al extenso lago observando las rocas que había ahí y el extenso bosque que alcanzaba una parte del lago, camine acercándome lentamente a la orilla del lago y observando cada cosa que me parecía interesante de este, hasta que finalmente y de forma repentina encontré a un joven que yacía recostado sobre el pasto y por lo que note profundamente dormido, me acerque hasta colocarme a lado del humano y a decir verdad era bastante hermoso, me puse de cuclillas casi junto a su rostro y acaricie una de sus mejillas, "si, así son estos humanos de descuidados..." pensé y extendí mi caricia hasta su cuello mas tarde retirando mis dedos del mismo.
A unos cuantos metros se encontraba una mesa de piedra que contaba una dramantica y triste historia en aquel viejo pueblo por lo que, pensé en ella para darle un buen uso.
Pase mi mano por debajo de las piernas del joven y con mi brazo libre cargue su espalda, llevándolo en brazos hasta aquel lugar que estaba un poco alejado.
Parecía que el sueño de aquel humano era en su totalidad profundo ya que ni se movió o quejo al estar entre mis brazos por lo que con facilidad pude llevarle hasta aquella gran mesa de piedra que no se encontraba muy lejos de la orilla de el lago, le recosté con cuidado sobre la mesa, algo que era extraño en mi, sin embargo ahora que tenia a aquella persona frente a mi no sentía la necesidad de "destruirle".
Le mire y me acerque a acariciar una de sus manos donde pude notar la baja temperatura de su cuerpo, yo, que no necesitaba de mi abrigo para sentir calor, me lo retire y lo puse encima de su cuerpo cubriendo el mismo y de momento dejando-le descansar, hasta que claro sintiera la necesidad de despertar.
Justo detrás de la gran mesa de piedra había un trono del mismo material en el cual me fui a sentar y paciente espere que aquel humano con ese olor tan peculiar despertara.

Observe al humano empezar a despertar y sonreí apenas de forma notable al ver los gestos que hacía. Me dedique simplemente a ser un espectador hasta que él se encamino hacia mí, quedando a un par de pasos de distancia.
No hay de que…
Dije casi en un susurro al escuchar su agradecimiento y sin moverme tan solo un poco de mi lugar sonreí levemente ante su pregunta.-
¿Es costumbre tuya preocuparte por los extraños?
Le dedique un pequeño guiño mientras escuchaba como se presentaba y por su expresión parecía que lo hacía solo porque no se le había ocurrido nada mejor que decir, aunque a pesar de ello su presentación había sido oportuna.
Espere unos instantes sobre mi “asiento” dejando que un silencio se marcara entre nosotros y finalmente me levante de aquella silla de piedra, acercándome entre ligeros y lentos pasos hasta aquella figura que estaba casi frente a mí. Al estar justo enfrente de el, sin un ápice de recato, tome su mano levantándola un poco mas y llevándola hasta mis labios; dejando sobre el dorso de su mano un suave beso tras el cual susurre.
No le habría prestado mi abrigo de necesitarlo… y por cierto yo soy Gackt… Un placer Kanon…
Solté su mano suavemente y me aleje tan solo un par de pasos de su cuerpo aprovechando la distancia para caminar a su alrededor, así teniendo una perfecta vista de todo su cuerpo, de las finas facciones de su rostro, la forma de su cuerpo y las marcas del mismo.
¿Sabes? Creo que no deberías ser tan descuidado y dormir así en un lugar en donde cualquiera te puede encontrar…
Me volví a colocar frente a él y tome su mentón con una de mis manos levantando este mientras que con mi dedo pulgar acariciaba toda la extensión de su labio inferior para más tarde de forma descarada acercarme a sus labios a robar un suave y breve beso de ellos.
El aroma que desprende tu cuerpo es demasiado fuerte y atractivo como para tener ese comportamiento tan descuidado.
Me aleje nuevamente esta vez dándole su espacio y camine un par de pasos acercándome a la mesa, recargando mis manos sobre aquel frio y duro material mientras que dejaba que mis ojos se pasearan entre la belleza del cielo nocturno.
En fin…¿ puedo saber que hacías en este lugar? Claro aparte de escogerlo para dormir…

Ladee mi rostro al notar que se sentaba en la mesa justo al lado mío y si, puede que de forma atrevida, me acomode entre sus piernas, mientras que llevaba mi dedo pulgar nuevamente a su rostro esta vez acariciando una de sus mejillas, acerque mi rostro al suyo quedándome a centímetros de sus labios y contra estos susurre.
Pues a mí me agradan los lugares abiertos… como a ti.
Note su reacción debido a que mi aliento chocaba contra sus labios y le dedique una amable sonrisa que llevaba una pisca de coquetería.
Yo pensé en la posibilidad de encontrarme a alguien…
Sin pensarlo realmente y de cierta manera de forma atrevida me acerque a oler más de cerca el aroma de su sangre que brotaba de forma especial de la piel de su cuello, me desvié de aquel lugar llevando mis labios a rozarse contra su piel hasta llegar a su oído y ahí termine por susurrar.
Aunque nunca imagine que hallaría un humano tan peculiar.
Sabiendo que el humano podría tener sus límites trate de respetarlos en la medida que pude aun así tomándome el atrevimiento de sacar un poco mi lengua y acariciar con la punta de esta suavemente su lóbulo, seguido de ello tomándole entre mis labios y succionándole con delicadeza, termine por soltar su lóbulo y solté un soplido sobre aquella zona humedecida por mi saliva para más tarde seguir susurrando sobre su oído.
Note tu expresión al darte cuenta de mi naturaleza… ¿dime significa algo malo para ti lo que soy.?
Pregunte mientras que llevaba una de mis manos a colocarla sobre una de sus rodillas, subiendo por su muslo entre suaves apretones deteniéndome antes de llegar a su entrepierna y volviendo a bajar por su muslo repitiendo estas caricias una y otra vez.
¿Sabes? he de aceptar que de no tener aquel exquisito olor corriendo por tus venas… igual con tan solo ese bello rostro eres causa de diversas fantasías.
Siguiendo con mis atrevidos movimientos deje suaves y pequeños besos sobre su mejilla preparándome para detenerme por si le incomodaba sin embargo no lo haría hasta que el decidiera pedírmelo, por lo que mis besos se fueron esparciendo por mas partes de su piel y mi mano fue llegando poco a poco mas allá de su muslo.