Words under the moon. [Libre]

Striges

La apacible brisa marina acariciaba su rostro. Ya era entrada la madrugada, por lo que en el pueblo ni un alma se sentía revoloteando. Desde ese punto, la luna brillaba en su esplendor: Blanca y enorme como pasaba en algunas pocas noches durante el año, era el sol de todos aquellos seres que vivían en las tinieblas, en las sombras. Él era uno de ellos, que en este minuto caminaba fumando un fiel cigarrillo por el muelle. Con cada paso se escuchaba el crujir de las tablas humedecidas por el ambiente. Una neblina tenue era otro actor de esta escena. Dejando una estela de humo, llegó a la orilla, pensativo y serio, se apoyó en un pilar.

En su boca se degustaba el sabor a tabaco y a sangre de su reciente víctima, así es, este vampiro recientemente se había alimentado de un joven humano, de rasgos delicados, joven, como a él le gustaban. Es cierto, él no se conforma con cualquier cosa como cena, a no ser que fuera un caso extremo, no, él era exigente con su cena. Había ocurrido cerca del muelle, se había topado con su víctima, que iba caminando algo distraído. Con temor el chico preguntó dónde se podía llegar a X parte, argumentando que había salido a caminar y se había perdido. Como un buen ciudadano le indicó por dónde debía ir, advirtiéndole que tuviera cuidado, pues habían licántropos y vampiros merodeando por la zona. El chico ante aquel "consejo" rió, contestando que nada de eso existía... Pero unos segundos después, sus ojos se abrieron como nunca en su vida del asombro, al ver los colmillos del vampiro. Se sonrojó cuando él le tomó del mentón rosando sus labios mientras susurraba un "si existimos...". El cuerpo le temblaba de miedo, tragando en seco, fue en ese instante que un dolor descomunal invadió su cuello, fue tapada su boca y su sangre fue succionada hasta casi la última gota. El cuerpo calló. Lo dejó a un costado y se retiró relamiendo sus labios, satisfecho.

Ahora estaba ahí, en el muelle, fumando ya su tercer cigarro de la noche. Haciendo tiempo para luego volver a cazar si era necesario, aunque se encontraba satisfecho. Sino, para caminar un rato más y marcharse a casa a leer algún libro. Sonrió. Como odiaba la rutina, la rutina que siempre evitaba pero de una u otra forma ésta se formaba. Era inevitable.

Fogolopos

A pesar de ser ya de madrugada, su energía parecía haberse incrementado en lugar de haber disminuido, a pesar de que estuvo todo el día haciendo demasiadas cosas, desde cazar hasta correr sin rumbo fijo por los bosques. Completamente aburrido caminaba como pocas veces lo hacia con tranquilidad, recorriendo todo el pueblo y los pocos habitantes que salían de noche a festejar o quizá como él a pasar el rato.
Miró el cielo y agradeció que la luna a pesar de ser tan grande esplendorosa, aún no estaba en su fase de luna llena, ya que faltaban un par de días para ese momento, por lo que pasearía sin problema alguno. Al ver un barco de juguete que seguro un niño había olvidado, lo tomo y se le ocurrió ir a admirar el mar; así lo hizo jugando con el pequeño barco entre sus manos, fue al muelle pues desde ahí era donde salían las embarcaciones, sin embargo casi de inmediato reconoció un peculiar aroma a tabaco, acompañado de otro también familiar, aunque realmente no le tomo importancia, se acercó hasta la orilla donde confirmó su suposición sobre quien estaba ahí.
-Tú y tus cigarros-
Rió apenas mirándolo y se sentó en la orilla del muelle con el barco en sus manos, jugando un poco con este, viéndose tentado a dejarlo caer en el agua.
-No te fijes en mi, solo vengo a cubrir una importante tarea-
Añadió mientras continuaba jugando con el barco como si este estuviera navegando en el apacible mar, mientras sus pies se balanceaban en el aire, sintiendo un poco mojado su pantalón por la salpicadura del agua en este.

Striges

En plena meditación el aroma de un ser conocido lo distrajo, sonriendo de lado al sentir su presencia cerca y luego al lado. Estaba con un barquillo de juguete, rió suavemente al verlo de esa forma, era perturbante y tierna al mismo tiempo, por alguna razón la encontraba retorcida. Botó el humo hacia un costado para luego mirar el nombrado cigarro. - No sé si te burlas o tienes celos de la nicotina. - Comentó mirando al horizonte. El aire estaba frío. - ¿La importante tarea de venir a jugar como un crío de cinco años porque el perrito ha perdido su manada? - Fue una pregunta cargada de sarcasmo y burla, sobretodo burla.

Cerró los ojos dejando caer su mano a un costado. Suspiró. Estaba un tanto cansado. Su cabello apegado al rostro apenas dejaba ver su piel blanca.

Fogolopos

Seguía jugando con su pequeño barco, incluso haciendo ruidos con su boca para simular lo que se escucharía si estuviera navegando en un barco como ese, hasta que escuchó su comentario, frente a lo que gruño un poco volteando a verlo para responderle.
-Adivinaste, estoy muy celoso-
Giró los ojos luego de decir lo anterior de forma irónica y regresar su vista hacía el mar, el cual lucía completamente negro y un poco agitado, pues debido a la hora había subido la marea de forma un poco considerable, quedando muy cerca de sus pies.
-Al menos yo tengo como pasar el tiempo cuando estoy solo-
Añadió de forma un poco infantil y luego estiró su pie para rozar el agua y patear un poco la misma para alcanzar a mojar al vampiro, mientras le mostraba la lengua.
-Creo que a ti ya se te olvidó como jugar señor amargura-
Rió luego de decir lo ultimo, pues le había parecido muy gracioso, además de que le gustaba demasiado molestar a los demás.
-Y no necesito ninguna manada para tu información-
Volvió a gruñir con un tono más alto para luego volver a su pequeño juego, en el cual simulaba que el barco sufría un accidente.

Striges

Sus pantalones fueron tocados por un par de gotas de agua a causa de la patada del licántropo. En ese minuto entreabrió los ojos, mirándolo de reojo sin mucho interés. Dio otra calada mientras escuchaba las palabras del otro. - Cada quien se divierte como quiere. Tú eres un crío que juega con barquitos y se hace el rudo diciendo que no necesita una manada.

Miró el oleaje un tanto agresivo a causa de la marea alta. Por un segundo pensó en dejarse caer para disfrutar de la calidez del agua nocturna. Pero no, eso implicaría un cambio de ropa. Volvió a cerrar los ojos... Tranquilo, susurró la letra de una canción que hace unos días le estaba dando vueltas en la cabeza. Tonight we all die young... Rió. Ciertamente, él no era joven para morir esa noche, no como aquella frase lo decía. Volvió a dar otra calada antes de quitarse el abrigo, el cual depositó encima de Jin. - Comenzará a helar. - Dijo quizás como alguna excusa a aquella acción sin sentido aparente.

Fogolopos

Mientras jugaba le había roto una vela al pequeño barco, por lo que hizo un leve puchero, pero no le dio mucha importancia pues como eran de tela pensó que podría arreglarla luego, al escuchar su comentario, pretendió ignorarlo y seguir en lo que hacía, pero casi de forma automática respondió.
-No me hago el rudo, casi siempre he estado solo, así que no hay mucha diferencia-
Se quedo unos instantes escuchando la melodía que el otro tarareaba y tomó la vela rota, dejando que esta se la llevara el viento y cayera en el agua un poco más lejos de donde se encontraban para luego ser atrapada por una ola y desaparecer entre el espumoso mar.
-Gracias-
Murmuró cuando sintió la prenda sobre sus hombros, aunque tenía razón, comenzaba a hacer más frío el cual podía sentirse incrementado por el viento que corría apresurado revolviendo su cabello.
-Pero tu no...-
Negó con la cabeza y luego rió suponiendo que el otro no podría sentir frío o al menos no más de lo que ya era, sin embargo como nunca había tratado con seres como él no estaba mu seguro, por lo que se levantó acomodándose el abrigo, notando que las mangas cubrían sus manos por completo y este le llegaba más abajo de la mitad de los muslos.
-Tendrás frío verdad?-
Puso su mano en la helada mejilla del mayor, mientras cargaba el barco en la otra mano y lo miraba con un poco de curiosidad.

Striges

- Es algo extraño en realidad, ver a un licántropo solo, pues siempre están en manada. No así un vampiro, que en muchos casos nacen y los dejan a la deriva, los cuales, terminan siendo una molestia.

Dejó caer la mano a un costado sosteniendo el cigarro. Mantuvo el humo dentro de sí y lo votó cuando el otro muchacho colocó una mano en su mejilla. Era suave y cálida, todo lo contrario a su temperatura corporal, a pesar de haber comido recientemente, la fría brisa marina contribuía a que su cuerpo de helara. - Estoy semi muerto, creo que se podría incluso decir que el abrigo es más un adorno que un medio para mantener una temperatura corporal que no tengo, aún después de cenar. - Miró al muchacho y una sonrisa se esbozó en su rostro al darse cuenta que el abrigo le quedaba notablemente grande.

Fogolopos

Hizo la cabeza a un lado cuando el viento llevó el humo que salía de la boca del otro hacía su rostro, tratando de no respirarlo pues no le resultaba agradable su aroma y mucho menos su sabor si es que lo tenía.
-La tuve un tiempo pero digamos que no les agradaba a la mayoría y desde entonces preferí seguir solo-
Guardó el barco en uno de los bolsillos del abrigo, pensando que más tarde lo sacaría para llevárselo a casa.
-Pues es muy cálido, aunque enorme-
Ríe levantando su otro brazo, viendo como no se veían ni sus dedos porque colgaba todavía un poco de la tela de este.
-Entonces hay partes de ti que están vivas y otra no?-
Formuló su pregunta de forma retorica mientras miraba al otro pensando que podría seguir vivo aún dentro de él. Luego pegó su oído al pecho del mayor, buscando escuchar algún pequeño sonido producido por su corazón, mientras lo tomaba de los hombros.

Striges

- Los vampiros son una especie que están entre la línea de la vida y la muerte, es algo complicado, pues somos inmortales, no necesitamos comida ni bebida más que la sangre de un ser humano, que solo ha de ser bebida antes que de su último suspiro de vida. Quizás de una forma más metafísica se pueda explicar, el que mi alma esté viva y mi cuerpo esté muerto o congelado en el tiempo. - Se detuvo un segundo. - Creo que me he enredado yo mismo.

Un poco descolocado quedó ante la acción del chico, ya que no era común en su extensa vida que alguien lo tomase por los hombros y se apegara a su pecho. Lo miró de reojo. - ¿Qué haces? - Susurró luego de dar una calada, botando el humo mientras hablaba.

Fogolopos

Oía todo lo que le decía, pero realmente no entendía mucho puesto que además de ser un poco enredado, estaba concentrándose en escuchar algún sonido, por más mínimo que fuera, pero al parecer su corazón no latía, ni sus pulmones bombeaban aire.
-Veía si tu corazón latía, pero al parecer no lo hace-
Responde sin despegar su cabeza de su pecho, aspirando un poco el perfume del otro, mezclado con la brisa marina y el aroma de la nicotina.
-Creo entenderlo a mi manera-
Ríe un poco buscando organizar sus ideas un poco para no enredarse más de lo que a estaba.
-Físicamente estás muerto, por eso tu piel es tan fría pero tu alma sigue viva, aunque para ser inmortal necesita la sangre-
Lo mira de reojo levantando apenas la vista, empezando a sentir el pecho de Aki un poco cálido debido al tiempo que había estado mi cuerpo cerca del suyo.
-Comienzas a sentirte cálido, no estas muerto-
Afirma lo ultimo riendo, mientras desviaba su vista hacía el mar, que se agitaba ruidosamente al chocar contra el muelle.

Striges

Sonrió al escuchar la razón de por qué tomó esa postura. Dio otra calada exhalando el humo hacia arriba. Con cuidado cubrió su cuerpo con los brazos al ver que no cambiaba de posición, de una forma un tanto protectora. - Podría decirse que sí, sinceramente ni yo entiendo con exactitud qué somos, nada más que soy un vampiro, necesito sangre y soy un asesino que algunas habilidades sobrenaturales. - Terminó diciendo con un deje de frustración, pues era cierto, ni él mismo sabía a ciencia cierta qué demonios era un vampiro, a pesar de llevar más de quinientos años siendo uno.

Dio otra calada mientras acariciaba los cabellos de Jin, se podría decir que sus acciones desde el momento que fue "abrazado" fueron automáticas y cuidadosas por el hecho de estar fumando. - Eso se escuchó casi tierno. - Mencionó al oír el "no estás muerto", casi como si se esperara que no lo estuviera, que no fuera un cadáver. - Pero estoy muerto de alguna forma. -

Fogolopos

Sonrió cuando sintió el peso de sus brazos sobre su cuerpo y deslizó sus propias manos por sus hombros, hasta encontrarlas entre si, mientras rodeaba su cuello por completo y así abrazarlo, acomodándose un poco sobre su pecho.
-No eres el único, yo estoy entre las bestias y el hombre y soy asesino por instinto-
Cerró sus ojos por instante cuando sintió aquellas caricias en su cabello, que le habían causado un pequeño escalofrío por la frialdad del tacto del otro y los movimientos de su cabello, aunque solo rió por eso y encogió un poco el cuello.
-no es tan malo, yo a pesar de sangrar, es difícil que me hieran de gravedad pues mi cuerpo sana casi de inmediato, así que es casi como si no pudiera morir-
Rió por lo paradójico de la situación, pues uno estaba vivo y no "moriría" y el otro estaba muerto pero "vivo", aunque ciertamente le agradaban más los "muertos" que los vivos, pues los humanos desperdiciaban muchas cosas.
-y no estas muerto ya dije-
Infló las mejillas y aspiró su cuello.
-O ya olerías a putrefacción pero hueles bien-
Rió con ganas luego de decir lo anterior.

Striges

- Somos parte de un cuento catastrófico. - Sonrió pensando en los cuentos infantiles y las leyendas humanas acerca de hombres lobos y vampiros, así como también hadas y cosas por el estilo. - ¿Nicotina, sangre y perfume? Somo me falta ser un alcohólico y oler a vino barato para completar el pack, aunque el perfume debe ser reemplazado por perfume de puta barata de cabarett. - Rió al decir lo último. Acarició sus hombros, como si le estuviera entregando calor, irónico, pues él es un cuerpo frío y muerto que ha intentado dar calor a otro cuyo corazón palpita regocijado en sangre fresca y cálida.

Dio otra calada exhalando el humo hacia arriba, entonces miró al muchacho. - ¿Te molesta el humo? - Preguntó al caer en cuenta que el viento lo más probable es que lo llevara a su rostro, causándole molestia.

Fogolopos

Asintió cuando escuchó lo del cuento catastrófico, porque los humanos eran muy ilusos y creaban un sin fin de extrañas historias sobre nosotros, muchas quizás para asustar a los niños o simplemente para tratar de explicar algo que no comprendían.
-Somos famosos-
Dijo con ánimos y luego rió, convirtiendo esa risa en carcajada luego de escuchar lo que el otro decía, incluso imaginándoselo un poco.
-El toque final para que seas irresistible-
Añadió en tono de broma mientras continuaba riendo, mientras sentía sus manos sobre sus hombros y debido a que el otro era frío quizás quería calentar sus manos, pues el estaba demasiado tibio y cómodo con aquel abrigo puesto.
-Tienes frío?-
Lo miró de reojo y apretó un poco más su abrazo, acomodándose de forma que su cabeza siguiera apoyada en su pecho pero que sus cuerpos estuvieran más juntos.
-Creo ya me he acostumbrado-
Negó con la cabeza mientras reía, pues en ese momento estaban tan mezclados los aromas en el ambiente que ya no se tomaba la molestia en prestarles atención o tratar de separar estos.
-O seguirás fumando hasta el alba?-
Levanta la cabeza para mirarlo directamente a sus ojos, los cuales estaban un poco ocultos entre su oscuro cabello, así que levantó una mano para con esta despejar un poco su rostro.

Striges

Sonrió por sus palabras. - No, lo hice para que entraras en calor, irónicamente, no puedo hacerlo, soy frío, a pesar de haber cenado hace poco. - Volvió a acariciar sus hombros y luego parte de su espalda apegando más su cuerpo. Dio otra calada luego de escuchar su respuesta, botando el humo hacia arriba. - Créeme que lo he hecho. - Correspondió aquella mirada. El hecho que el otro le haya corrido el cabello fue algo extraño, no está acostumbrado a esos tratos, por lo mismo sonrió. - Pero por respeto a los cachorros hoy no lo haré, éste será mi último cigarro. - Terminó diciendo. Luego volvió a fijar la vista en el mar... hasta que todo se volvió oscuro. Había cerrado los ojos.

Fogolopos

Sonrió apegándose un poco más al cuerpo del otro, que cada vez se percibía de mejor manera como este se sentía superficialmente cálido pues le había transmitido un poco de su propio calor.
-Ya no estás tan frío y así ya no tengo frío-
Tomaba con sus manos su cabello para poder ver su pálido rostro con claridad mientras hablaba y rió ligeramente por los comentarios del otro.
-Gracias, que considerado-
Sonrió y cuando cerró los ojos, acomodó su cabello detrás de sus oído de tal forma de que este no cayera en su rostro sin necesidad de sostenerlo y de este modo examinar un poco sus facciones, incluso sus largos colmillos que se asomaban ligeramente entre sus labios, pudiéndolos apreciar bien desde su posición, mientras lo abrazaba de nuevo, a la vez que repartía pequeñas caricias en parte de su espalda y se acunaba en su pecho.
-Si no fumarás, entonces dormirás?-
Preguntó con un tono de voz bajo, en caso de que si quisiera dormir, aunque sería demasiado extraño que alguien durmiera de pie, pero aún así no imposible. Así que un tanto intrigado levantó su propio rostro para mirarlo más de cerca y descubrir si dormitaba o no.

Striges

Se tardó en contestar, disfrutaba de aquel helado aire acariciar su rostro junto a su mano. - Es muy temprano para dormir. - Susurró sin abrir los ojos. Dio una última calada y dejó caer el cigarrillo al suelo, pisándolo con el pie. Exhalo el humo en dirección al cielo, entreabriendo los ojos. Su cuerpo apoyado en un pilar, poco a poco se fue deslizando por él, sin soltar el abrazo de Jin en ningún momento, es más, se dejaba caer con él, con la intención de terminar ambos sentados en las húmedas tablas del muelle. Luego, miró sus ojos y desordenó su cabello mientras reía con suavidad.

Fogolopos

Seguía mirándolo y en ocasiones desviaba su mirada hacía el oscuro cielo, el cual luego fue invadido por las indefinidas figuras que hacía el humo que acababa de exhalar el otro, con lo que se entretuvo un poco al imaginar dibujos en este como se solía hacer con las nubes en el día.
Luego de un momento empecé a sentir que Aki se dejaba caer al suelo y debido a que estábamos abrazados, me llevaba a él también, por un segundo creyó que de verdad se había dormido o algo parecido, por lo que volteo a ver su rostro y vio sus ojos entreabiertos, pero antes de reparar en eso, ya se encontraban ambos sentados en el muelle y la mano del otro desordenando su cabello, por lo que movió su cabeza para que dejara de hacerlo mientras reía un poco, pero debido a que cuando aun estaban de pie había acercado su rostro al del mayor, ahora al mover la cabeza, lo hizo hacia adelante y la distancia entre ambos se minimizo hasta el punto de casi rozar sus labios, los cuales miró unos instantes antes de sellar con los propios en un pequeño e instintivo beso, mientras apoyaba ambas manos en su pecho.

Striges

Acomodó el cuerpo de Jin entre sus largas y estilizadas piernas, abrazándolo con ellas para protegerlo del frío. Eran acciones instintivas, pues querámoslo o no -más bien dicho, Aki-, él tenía un lado sobre-protector que pocas veces salía a la luz. En ese instante fue cuando una casual suavidad sintió sobre sus labios, cayendo en cuenta que se trataba de los labios de Jin, que a los segundos en vez de un roce pasó a ser un beso, beso que correspondió sin objetar nada.

Poseyó sus labios mientras le miraba con los ojos entreabiertos, acunándolo con los brazos, acariciando los mismos. A un ritmo lento, suavemente se fue separando de ellos. Dejó caer su cabeza y en consecuencia su cabello por aquel leve impulso, cubriendo nuevamente su rostro.

Fogolopos

Cuando sintió que su beso había sido correspondido, continuo este sin ninguna prisa, entreabriendo sus labios con suavidad, entrelazándolos con los ajenos, mientras tanto se acomodaba entre sus brazos y piernas, acurrucándose cómodamente, mientras acariciaba sus hombros y parte de su pecho con ambas manos.
El agua alcanzaba a salpicar un poco cuando las olas chocaban con fuerza contra el muelle, la Luna estaba posicionada exactamente sobre nosotros, brindándonos todo su resplandor, iluminándonos con su plateada luz, como si fuera un sol de media noche, el cual se hallaba acompañado de pequeñas lucecitas, las cuales eran las estrellas tintineando como la flama de una vela en una habitación cubierta por la oscuridad, de la misma forma que estábamos ambos en ese momento.
Se separó de sus labios al momento que el otro lo hizo, relamiéndose los propios, sintiendo en estos el sabor de los ajenos y lo miro unos instantes antes de acurrucarse por completo en su pecho, ocultando un poco el rostro en este y el abrigo, cerrando los ojos completamente relajado sin verle ningún problema a quedarse dormido de aquella forma, viéndose tentado a hacerlo.

Striges

Hundió la nariz en el cabello de Jin, aspirando su suave aroma. Coló una mano por el abrigo, sin destaparlo, para acariciar su mejilla, delineando de vez en vez sus cejas y sus labios. Miró de reojo el mar, en el se reflejaba la luz de la Luna, era una escena tranquila y apaciguante. El viento -puesto que el clima se había tornado un poco más agresivo- llevaba consigo algunas gotas de agua que mojaban su rostro, eran pequeñas y agradable, al igual que mojaban sus ropas. Cubrió a Jin con el abrigo con el objetivo de que éstas gotillas no fueran a interrumpir su tranquilidad. Pareciera que estaba durmiendo, no lo sabía a ciencia cierta, pero lo estuviera haciendo o no, no quería interrumpirlo. Mientras que volvía a acariciar su mejilla observaba su rostro en detalle, acomodando su cabello para poder verle mejor.

Fogolopos

Se había quedado quieto, rodeando la cintura del otro con los brazos, entrelazando los dedos de sus propias manos, mientras esbozaba una apenas perceptible sonrisa cuando el otro acercó su nariz a su cabello y aspiro este, pues le producía un poco de cosquillas, cosa que no era algo fuera de lo común pues siempre lo ha sido y será cosquilludo.
Algunas gotitas de agua alcanzaban a caer en su rostro, antes de que Aki lo acomodara, le era un poco extraño que lo trataran de aquella manera, pues se sentía como un niño pequeño o más bien dicho un cachorro como el otro le decía. Cuando su fría mano acarició sus labios, entreabrió estos para atrapar su dedo entre sus dientes, mordiéndolo con cuidado, abriendo apenas un ojo mientras reía y luego gruñía arrugando la nariz y dejando expuestos sus blancos dientes, a la vez que movía su cabeza hacia los lados, hasta que su dedo resbalo de entre estos.
-Tienes buen sabor, pero no me gusta comer pajarracos-
Rió de nuevo, callando su risa de forma gradual mientras se acurrucaba de nuevo y volvía a cerrar los ojos, mordiendo luego el pecho del otro varias veces, cuidando de no encajar sus colmillos de más.

Striges

- Lástima que no te gusten. - Rió viendo como el chico jugaba con su dedo. Luego sintió aquellas mordidas en su pecho, sonriendo de lado. El viento azotó con fuerza, el mar subió con intensidad y un gran chorro de agua cayó sobre sus pies y varias gotas sobre su rostro. Instintivamente se cubrió junto al rostro de Jin, escondiendo el del muchacho con el abrigo. Aprovechó esa instancia para lamer su nariz con la punta de la lengua y luego sus labios. Se quedó en aquella posición, apreciando el pequeño espacio en el que quedaron confinados sus rostros, medianamente oscuro, donde sus cabellos se confundían entre si, respirando el mismo aire. Rió suavemente y con cuidado jaló del lóbulo de su oreja.

Fogolopos

Escucho el estruendo del agua cuando azoto contra el muelle y mecánicamente se encogió contra el cuerpo del otro, además de que Aki lo había cubierto con el abrigo, quedando ambos como en un ovillo escondidos entre el abrigo del agua que cada vez salpicaba con mayor frecuencia y se sentía aún más la humedad de esta.
-A lo mejor deba probarlos mejor-
Sonríe de medio lado, cuando siente la humedad de la lengua de Aki en su nariz y luego en sus labios, aunque lo único que hace es reír girando el rostro hacía un lado para que ya no lo hiciera, subiendo sus manos hasta su cuello.
-Nos mojaremos-
Mordió su mentón y luego toda su quijada con suavidad, riendo un poco.
-No me muerdas-
Cuando llegó hasta rozar su lóbulo con la punta de la nariz, descendió por su cuello, dejando pequeñas huellas con su saliva en cada mordida sobre su piel.

Striges

- Tú estás cubierto por el abrigo, no hay problema. - Murmuró paralelo a su tarea de morder el lóbulo del chico. Luego bajó a su cuello, rozándolo con los colmillos con suavidad. - Es inevitable. - Comentó, dando una mordida ligeramente más fuerte en su hombro. Acariciaba a la vez su otro hombro. Luego de un par de mordidas más, miró de reojo por un pequeño hueco que dejaba ver el exterior: La marea iba subiendo, pero sabía que al ser un muelle el agua no necesariamente alcanzaría las tablas de madera, solo salpicaría. La neblina se fue apoderando del paisaje, una neblina espesa, de esas que cubren el pueblo sin dejarte ver absolutamente nada. Miró a Jin, y lamió su frente, divertido.

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