Despues del atardecer. LIBRE

Quería leer, el tiempo que pasaba en aquel lugar comenzaba a volverse eterno y mi único escape de aquel desolado lugar eran los libros. Cada tarde salía de mi hogar con enorme libro, me buscaba un lugar y volvía a casa ya entrada la noche; ese día en particular, al salir de casa se me había ocurrido ir a algún lugar donde hubiese agua, por lo que Salí desde temprano y me dirigí hasta el muelle que estaba en las afueras del pueblo. Al llegar al lugar, cruce con extremo cuidado la madera vieja del suelo para llegar al final del muelle y sentarme, abriendo mi libro para perderme por un buen rato de lo que pasaba a mi alrededor. La calma del lugar y la ligera brisa que mecía ligeramente mi cabello hicieron que lentamente mi cuerpo se relajase y el sueño se apoderara de mi; cerré mi libro y sobre aquella vieja madera me recosté de lado para dormir…
Cuando abrí los ojos, me encontré con que el sol estaba por ocultarse, di un brinco ya que no me apetecía recorrer todo el camino de regreso por la noche, así que rápidamente me levante y regrese casi corriendo para atravesar el muelle, sin tener el mismo cuidado que cuando llegue, por lo que sin fijarme pise una tabla algo podrida y de no ser por un pequeño reflejo instintivo hubiera caído al agua. Apoye mis brazos en las tablas y en un mal movimiento tuve que decirle adiós a mi libro ya que este cayo al agua, pero era él o yo así que no le di importancia para poder salir con algo de dificultad. Como pude me senté y levante la larga falda de mi vestido negro solo para observar que la pierna con la que había caído esta llena de profundos raspones y un par de medianas astillas enterradas sobre mi piel. Hice una mueca de desagrado y empecé a retirar las astillas de mi pierna, para seguir por sacar un pequeño pañuelo que cargaba conmigo para presionar y medio limpiar algunas de mis heridas que sangraban de manera casi escandalosa.

Mientras que presionaba la tela del pañuelo contra mi piel herida soltaba apenas unos quejidos por el dolor y esa mueca de desagrado en mi rostro no se iba ya que por mas que limpiaba, la sangre continuaba saliendo y humedecía a sobre manera mi pañuelo que se había teñido por completo de carmesí al igual que mis dedos. No imaginaba que las heridas llegaran a ser tan profundas o quizás tendría pequeños trozos de madera dentro de mi piel. La desesperación comenzó a invadirme, era tarde el sol estaba a nada de ocultarse y yo tendría que regresar cojeando hasta mi hogar, además de que mas que disminuir el dolor parecía que lo aumentaba con mi intento de limpiarme. Sin querer y como mi situación daba vueltas en mi cabeza recordándome todo, un par de gimoteos escaparon de mis labios seguido de que empecé a parpadear rápidamente ya que mi vista se nublaba y de mis ojos escaparon un par de lagrimas.
Perdido en todo aquello no me di cuenta de la enorme sombra que se formaba encima de mí y solo hasta que aquella voz seria resonó en mis oídos, di un ligero brinco de sorpresa y dirigí mi vista hacia la persona que repentinamente me hacia compañía.
-Ah…Este, yo…-
Balbucee apenas y me di cuenta de la vergonzosa situación en la que aquella elegante figura me había encontrado olvidándome de mis heridas me levante de golpe y al no poder apoyar de la manera correcta me tambalee al dar un pequeño paso hacia enfrente lo que me obligo a tropezar y sin poder alce mis manos en un acto instintivo para sostenerme de algo, a lo que inevitablemente mis manos fueron a rosar sus mejillas hasta poder colgarse de su cuello. Lentamente levante el rostro y mire como mi mano llena de mi sangre había manchado su mejilla y el pañuelo húmedo con la misma esta pegado a su cuello y un tremendo ardor en las mejillas susurre mientras me separaba.
-Lo…. Lo lamento…-
Mi pierna herida flaqueo y sin más tuve que volver a dejarme caer sobre la vieja madera del suelo.

Apoyaba mis manos con dificultad sobre el suelo y sentía mi pierna temblar si la movía ya que el dolor de las heridas se convertía en ligeras punzadas. Repentinamente tuve a aquel hombre delante de mí y a mi altura, le observe forzando una sonrisa algo nerviosa ya que mi situación era algo bochornosa y la presencia de aquella persona de alguna manera me intimidaba.
Observe sus manos que se dirigían a mi pierna lastimada y un fuerte escalofrió recorrió por mi espalda al ver como levantaba la falda de mi vestido para seguir por dejar un beso sobre mi pierna; el calor en mi rostro se hizo mayor, podía sentir el ardor de mi cara y ante su primera interrogante no podía formar palabra alguna, solo entreabría los labios y formaba muecas de dolor al tener la delgada tela de su propio pañuelo limpiando mis heridas.
-Ahm…Yu…Yuze…-
Dije entre algunos balbuceos reprimiendo un par de quejidos y cerraba uno de mis ojos mientras que apretaba las manos tratando de que de mis labios no salieran esos sonidos tan vergonzosos.
-Este…¿Y usted es?...-
Mantenía la mirada en la suya pensando que si me distraía en hablar con el podia alejar mi mente de el palpitar y ardor de las heridas de mi pierna de las cuales la sangre comenzaba a dejar de salir.

El frio tono de su voz, hizo que mi cuerpo se encogiera, mi mirada se desvió de la suya hacia el suelo sin saber que responder ante su fría pregunta y lleve mis manos a mi regazo para jugar de manera nerviosa con mis dedos.
-Este…yo, solo era…-
Cerré mis ojos con fuerza y no pude formar palabra algunas mas debido a que de mis labios salió un quejido y en una reacción instintiva mi cuerpo se hizo hacia atrás al sentir como presionaba mi pierna en donde justo había una gran astilla atravesando mi piel. Escuche sus palabras y volví la mirada a su rostro para que tras cada una de ellas el miedo en mi creciera, mi cuerpo tembló a sobre manera y solo pude entreabrir los labios para soltar un par de quejidos al tener ese escozor con mas fuerza de nuevo en mi pierna.
-Que….que no vuelva a casa….-
Murmure como una interrogante, casi para mi mismo, aquella persona que hacia unos momentos se había ofrecido a ayudarme ahora sacaba ese trozo de madera de entre mi carne sin ninguna clase de delicadeza y observaba con miedo sus manos llenas de mi sangre sosteniendo el pedazo de madera. Apreté los labios con fuerza y cerré los ojos de igual manera, ahora pese a el dolor, sus palabras me habían dado algo mas fuerte; miedo. Sin importar el intenso dolor que sentía y como mis ojos comenzaban a nublarse me levante de un solo golpe soltando un quejido al apoyar mi pierna pero sin impórtame esto, comencé a avanzar lo mas rápido posible para alejarme de esa persona; corriendo como me era posible tambaleando en ocasiones casi al grado de caer pero con la simple idea de alejarme cuanto pudiera de aquella persona.

Seguía avanzando con mis lentos y dolorosos pasos, con la única idea en mi cabeza de perderle de vista, de alejarme de él ya que el solo recordar la frialdad de sus palabras y sus actos sin ningún motivo hacia mi persona, mas sin embargo, todo el dolor y esfuerzo que había empleado para ello se vieron inútiles pues antes de que lo notara ya tenia a aquella enorme figura delante mío. Di un paso hacia atrás y antes de que pudiera reaccionar, la fuerza de su mano sobre mi pecho me llevo a caer de lleno al suelo, arquee mi espalda ligeramente y de mis labio salió inevitablemente un quejido y cerré los ojos con fuerza antes de sentir como su pesada mano y sus dedos se clavaban con fuerza en mi rostro obligándome a ver sus penetrantes ojos. Tras sus frías palabras mi cuerpo se encogió y sentí como el mismo temblaba.
-Y..yo…-
Logre balbucear apenas pues mis labios temblaban y la figura de aquel hombre empezaba a tornarse borrosa ya que mis ojos se inundaban al escucharle y al sentir como de esa manera me presionaba contra el suelo, obligándome a revolverme sobre el suelo en busca de zafarme de su cruel agarre.
-N….no tiene derecho…suélteme… yo.. no le he hecho absolutamente nada…por favor…-
Dije apenas, soltando un claro tono de suplica en mis ultimas dos palabras mientras que llevaba mis manos a las muñecas de las suyas en un acto instintivo por alejarlas de mis para evitar que siguiera lastimándome de aquella forma y sentía como por mis mejillas empezaba a correr la tibieza de mis lagrimas ante la situación en la que debido a mi anterior accidente tenia todas las de perder, ya que estaba herido y sometido por la fuerza de aquel frio hombre.

Mi cuerpo temblaba y se encogía, tratando de hundirse en aquel frio suelo para alejarme, buscando inútilmente una salida para el agarre tan brusco que el mantenía sobre mi. Mis ojos se cerraron con fuerza al escucharle y ni siquiera ese gesto suyo de besar mi cabello me cambiaba la idea de la cruel persona que era para con alguien que no conocía. Un fuerte chillido salió de mis labios cuando sentí la fuerza de una de sus grandes manos clavarse en mi cintura e inmediatamente mis manos se fueron a su pecho tratando de con esto alejarle de mi mientras que mis piernas se apoyaban con dificultad, ya no tanto por el dolor de las heridas de una de mis piernas si no por el temblor de las mismas que no podía controlar y al momento de sentir su lengua contra mi rostro mi rostro se ladeo en busca de alejarse de él.
-Que…. Que no salga?...-
Dije entre ligeros gimoteos y sin que pudiera preverlo de nuevo me arrojo contra el piso, mismo donde mi cabeza reboto ligeramente atinando un severo golpe en mi frente donde inmediatamente sentí la calidez de mi sangre que empezaba a correr por esta además de un calor que sentía en uno de mis hombros, donde lo mas seguro es que también tendría un severo golpe.
Sus palabras aun resonaban en mi cabeza y apretando mis labios con toda mi fuerza me incorpore para medio sentarme y aprovechar que le tenia de cuclillas muy cerca de mi.
-Co…como ya le dije, yo no he hecho nada para que me hable y me trate de esa manera…-
Empecé a decir con dificultad y podía sentir el calor de la sangre corriendo por un costado de mi rostro además de las lágrimas que sin ser llamadas escapaban de mis ojos y ante poniendo el coraje que sentía por sus amenazas sin pensar en las consecuencias deje ir de un solo golpe y con todo el peso que poseía, la palma de mi mano sobre una de sus mejillas en una estruendosa bofetada .
-Quizá, yo no sea tan fuerte como usted, pero estoy seguro que dado su condición o una persona madura como pudiera aparentar esta de acuerdo en que tendría que respetar…puede tragarse sus palabras y amenazarme todo lo que quiera… ya que eso solo me demostrara la persona tan realmente baja que es usted….-
Empecé a respirar agitadamente como si todo ese tiempo que hubiese estado hablando hubiera contenido la respiración y con el dorso de una de mis manos seque mis ojos

Continuaba limpiando mis ojos, tratando de quitar las lágrimas que nublaban en demasía mis ojos, por lo que no predije a tiempo el golpe que me llevo a estar de nuevo en el suelo. Un fuerte chillido salió de mis labios y una de mis manos fue a mi mejilla herida, tratando de calmar el punzante dolor que resentía en esta; mis manos temblaban y mi cuerpo se encogía en el suelo y antes de que pudiera si quiera levantar el rostro para alejarlo de la tierra con la que se refregaba un severo golpe en mi estomago me hizo contraerme de nuevo y comencé a toser con fuerza hasta quedar sin el poco aliento que su golpe me había dejado. Comenzaba a marearme por la falta de aire y sentía mi pecho subir y bajar frenéticamente, contrastando el temblar de mi cuerpo que me dificultaba cualquier intento por incorporarme, por lo que cuando comenzó a rasgar mi vestido no pude hacer absolutamente nada por detenerle. Mi cuerpo ahora era maniobrado por sus brazos, y mi agitada respiración no me permitía formular palabra alguna por lo que con solo mi cabeza que se movía de un lado a otro en señal de negación buscaba que detuviera sus acciones, que me dejara en paz y peor aun que no atara mis manos ya que eso representaba aun mas peligro para mi, porque además de ser aun mas débil que él, ahora tenia la ventaja de tener mis manos sometidas. Con mi nivel de conciencia dado los golpes que había recibido apenas si era capaz de procesar sus palabras en mi cabeza, todas eran vagas y apenas si les hallaba sentido pero después de que tomara mi cabello con sus manos junto que el propio pedazo de tela de mi prenda para arrastrarme sabía que podía esperar lo peor de sus acciones, y eso tendría, mi cuerpo era arrastrado por un fuerte agarre de él. Sentía en mi cuerpo piedras clavándose en partes de mi espalda, el pasto y la tierra que tallaban mis piernas las cuales pataleaban frenéticamente y una vez que alcanzamos aquel puente de nuevo, sentí en varios lados de mi cuerpo las astillas de la vieja madera. Una vez que mi cuerpo se dejo de mover a causa suya, permanecí inmóvil, resintiendo todo el dolor en mi cuerpo y como este era una punzada en cada parte de mi cuerpo.
“disculparte” Esa palabra resonó en mi cabeza una y otra vez, el solo escucharla de sus labios me hizo temblar con fuerza y cuando ladee mi cuerpo para verle, al menos entre las ranuritas que ahora eran mis ojos, llenos de lagrimas, sentí el caer de mi cuerpo directamente al agua. El golpe que esta dio en uno de mis costados, no lo resentí tanto como lo fría que estaba y como inmediatamente empezó a helar cada parte de mi cuerpo, ahora temblaba en serio y lo que era peor, una inmensa desesperación me invadió ya que con mis manos atadas me era imposible y justo cuando pensaba que me dejaría ahí para ahogarme, había olvidado el trozo de tela con el sostenía mi cuello y por el cual ahora me obligaba a salir del agua, tosiendo con fuerza, sintiendo un leve ahogo que no tenia idea si era por el jalo que daba esa tela a mi cuello o por el agua que había alcanzado a tragar. Mis dientes castañeaban con fuerza y apenas si podía mantener los ojos abiertos, la helada agua me obliga a cerrarlos y en mi rostro escurría esta desde mi cabello, pero antes de que pudiera abogar algo para detenerle, mi cabeza empezó a ser sambutida una y otra vez en al agua, obligándome a tragar de esta, sintiendo como se metía en mi nariz y lentamente el mareo se hacía aun mas fuerte ya que no controlaba mis temblores además de que la falta de aire comenzaba a afectarme demasiado y aun sin embargo ese instintito por evitar perder la vida ante alguien tan poco hombre que se aprovechaba de quien ni siquiera conocía; fue entonces cuando puse en una balanza mi vida y el hecho de seguir siendo humillado de aquella manera por ese “hombre”, así que con lo poco que pudiera tener de fuerza ladee mi rostro para poder atrapar el trozo de tela que sostenía mi cuello, ya que al fin y al cabo eso era, un trozo de tela del fino vestido que llevaba y que por ende no soportaría tanto peso cargado de el, por lo que una vez que lo sostuve entre mis dientes y una vez que saco mi cabeza, aproveche esos valioso segundos para tomar todo el aire que pudiera y con ayuda del empuje que daría a mi cabeza para meterme de nuevo en el agua, me sambutí a mi mismo para lograr que ese trozo de tela se rompiera y ahora, mi cuerpo se hundiera en el agua. Debía conservar la calma y olvidar que mis manos estaban atadas para no desesperar por el echo de no tener algún modo para nadar de una manera mas fácil para mi, pero haría todo lo que pudiera para que con solo el uso de mis piernas y el del mismo peso de mi cuerpo comenzar a nadar difícilmente bajo aquel puente que para mi fortuna estaba separado a una mínima distancia del agua por lo que con un pequeño esfuerzo saque mi cabeza apenas para permitirme dar un respiro, manteniéndome a flote con un desesperado movimiento de mis piernas y toda mi concentración para evitar caer en la ansiedad. Por ahora no me movería, esperaría a que el pasara por el puente, tenia la pequeña esperanza de que me diera por muerto… ya que para alguien como el, yo no debía tener esperanza de sobrevivir a aquella situación, así que cerré los ojos para estar pendiente de cualquier movimiento y ruido sobre el puente para poder buscar la oportunidad de ahora acercarme a la orilla y poder salir de ahí, mientras que solo empezaba a mover un tanto brusco mis brazos para aflojar la tela que les mantenía unidos .

Cerré los ojos con fuerza tratando de normalizar mi respiración, escuchando atento sus pasos, esperando el momento justo para salir de ahí y justo cuando pensé que podría hacerlo, de un momento a otro un fuerte estruendo resonó sobre la madera de aquel puente, acompañado de una fuerte y desesperante punzada que atravesó mi carne. Un sonoro y desgarrador grito abandono mis labios al sentir aquello de manera tan repentina y de manera inmediata mis ojos comenzaron a humedecer y los cuales apenas entre abrí para ver de soslayo aquel objeto clavado en mi hombro, el objeto maniobrado por aquel…hombre que se empeñaba en lastimarme. Mi desesperación aumento cuando aquel objeto abandonaba mi piel y sentía como todo mi brazo se tensaba y palpitaba en demasía y de mis labios no paraban de salir fuertes quejidos de dolor, ante mi rostro deformado el cual se torno de una manera mas violenta en muecas de dolor cuando las punzadas abordaron mi cabeza al sentir como por mis cabellos era sacado de mi escondite, añadiéndole el hecho de que la madera de aquel puente entraba en ciertas porciones de mi piel, lacerando la misma y llenándome de un fuerte escozor, de un ardor indescriptible y de un fuerte temblor que corría por mi cuerpo al igual que la tibieza de mi sangre, se deslizaba por toda la extensión de mi brazo lastimado. Jadeaba y luchaba de manera instintiva por que me soltase, porque aquel dolor se redujera un poco, pero ahora, añadido a aquello, tenia su mano disminuyendo mi respiración, apretando mi cuello, a lo cual carraspeaba y echaba mis ojos hacia atrás, dejándolos casi en blanco, sintiendo de apoco la falta de aire y la leve sensación de inconsciencia que comenzaba a invadirme y que solo se perdió cuando sentí el chocar de mi cuerpo en el suelo un par de veces, lo que había acertado un golpe en mi frente que comenzaba a calentarse y llevo a que mi vista se nublara casi en su totalidad. Mis ojos estaban entrecerrados y mis labios, al igual, permanecían entreabiertos, de estos escapaban pequeños gimoteos y no sabía claramente si lo que se deslizaba por mis mejillas humedeciendo mi rostro eran lágrimas o era mi propia sangre corriendo de mis diversas heridas; solo estaba seguro de que mi cuerpo temblaba y con la poca consciencia que me quedaba escuchaba los movimientos de los objetos que maniobraban sus manos y que tras ello utilizaría sobre mi cuerpo. Realmente no podía hacer mucho, el dolor que sentía en la profunda herida de mi hombro, me distraía de cualquier intento de forcejeo para con él y aunque hubiese tenido las fuerza para hacerlo, la diferencia era obvia, él era mas fuerte que yo. Mi cuerpo ardía y estaba en una posición que dada mis heridas era más que incomoda, por lo que aquellas muecas de dolor no desaparecían por ningún momento y pese a todas las punzadas que lograba sentir en diferentes partes de mi cuerpo, sentí claramente aquel objeto deslizarse por mi espalda hasta llegar directamente a mi entrada, a lo que mi cuerpo reacciono por instinto alejándose de este como podía al darme cuenta de sus intenciones tras escucharle. Respire hondamente y parpadee rápidamente para disipar la humedad de mis ojos y así tras calmarme un poco y pasar pesada saliva por mi garganta, pude empezar a formular palabras.
-¿Placer?... ¿Acaso tiene idea usted de lo que esa palabra significa?...-
Ladee un poco mi rostro para poder mirarle por encima de mi hombro, tratando de que mis ojos no vieran la herida de mi hombro donde la sangre comenzaba a coagularse y en un semblante tranquilo y a la vez duro, continúe hablando, tratando de que las quejas que exigían salir de mi cuerpo no cortaran mis palabras.
-No se… de que clase y torcida forma interprete usted la palabra “placer” pero si usted cree que un objeto como ese va a dármelo, solo por que al parecer usted así tiende a recibirlo, esta muy equivocado… -
Solté un prolongado suspiro, como si todo el tiempo que hablara contuviera la respiración y entre pequeños gimoteos volví a aspirar profundamente para volver a tomar fuerzas para continuar.
-Pero… lo que mas me desconcierta es que usted sepa que ese objeto es capaz de dar placer… me pregunto… si habrá sido usted mismo el que lo probo de esa manera o le… mostraron…-
Sonreí con algo de altiva y deje mí vista sobre la suya, ya que algo que no estaba dispuesto a mostrar, por más dura que fuera la situación era debilidad y menos delante de alguien que no lo merecía.
-Y puede esperar sentado sus disculpas, ya que no tengo motivos para darle alguna… -
Culmine con firmeza y sentía mi cuerpo temblar y todas mis heridas punzaban ya de una menor manera pero significativa, aquellos gimoteos habían desaparecido, ya que no lloraría por nada mas, aunque quizá estuviese seguro de que las lagrimas abandonarían mis ojos de una u otra manera pero no porque yo así lo quisiera, sabía que ahora me esperaría lo peor, sobre todo con semejante troglodita delante de mí, y aun que no estuviese listo para lo que tuviera en mente no dejaría de mirarle en ningún momento, me encargaría de que aquella firmeza en mis ojos no desapareciera por mas que siguiera lacerando mi cuerpo.