Lost~ [Libre]

Me era bastante agradable salir a caminar por las noches ya que regularmente los humanos que permanecían fuera de sus casas a esas horas eran estúpidamente divertidos. Había salido del castillo con tan solo una camisa negra y un pantalón de vestir, viendo innecesario llevarme un abrigo ya que yo no sentía en absoluto frio; llevaba los primeros 3 botones de mi camisa desabrochados y las mangas de la misma dobladas hasta la mitad de mis antebrazos. Mientras caminaba por el pueblo buscando que hacer, llevaba mis manos en mis bolsillos y observaba por entre los callejones, para poder captar cualquier indicio de certera diversión.
Pude observar un par de prostitutas en los callejones teniendo relaciones con borrachos mal olientes; gente manoseada y que en absoluto me interesaba. La pestilencia de aquella sangre me llevo a caminar con rapidez para alejarme de aquel lugar buscando que mi suerte mejorara.
De manera repentina un olor mucho más limpio que el de la sangre de aquellas gentuzas envolvió por completo al sentido de mi olfato; sonreí de costado y saque una de mis manos de mis bolsillos llevando mis dedos a mi boca para lamer levemente las yemas de mis dedos, imaginando el sabor de tan exquisita presa. Mis colmillos se asomaron ligeramente de entre mis labios y tras ello dirigí mi paso hasta el lugar de donde provenía aquel olor; que ciertamente se veía opacado por la suciedad del callejón hasta el que fui “guiado”.
Al ir por la esquina del callejón, al doblar la misma, alenté mi paso; queriendo ser mas sigiloso para así tener la oportunidad de acercarme al humano que yacía casi al fondo del callejón sin que el mismo fuera a intentar huir, agudice el oído para poder escuchar los rápidos latidos de su corazón que denotaban el miedo que el humano sentía y por otro lado también agudice la vista buscando de que parte de su cuerpo aquella sangre salía y le convertía en una carnada perfecta. Aunque dudaba que fuera la carnada de una trampa… era simple mala suerte.
Al ver que lentamente empezaba a incorporarse acelere mi paso hasta poder quedar a escasos pasos de él.
Vaya… es extraño encontrarse basura mortal entre… la basura…
Dije con un tono de sarcasmo y mofa, burlándome de la situación en la que le había encontrado. Me agache un poco para alcanzar una de sus manos y levantarle de forma violenta, seguido de ello empujando su cuerpo contra la pared y provocando que su espalda chocara bruscamente contra la pared.
Aunque para ser basura tienes un olor… digamos… aceptable.
Antes de que pudiera reaccionar gire su cuerpo y lo puse de boca contra la pared, con una de mis manos doble uno de sus brazos hasta hacer que con su mano casi alcanzara su nuca y con mi mano libre tome la suya que también lo estaba y agarrándole fuertemente por la muñeca estire su brazo hacia atrás para más tarde inclinarme un poco y lamer con descaro los hilos de sangre que corrían por su antebrazo. Una vez termine mi “tarea” sin soltarle y manteniéndole fuertemente agarrado pregunte.
Y que hacia una pequeña escoria como tú a estas horas de la noche y en un lugar como este?... no me digas que vendiéndote por qué tendrás medianamente buena sangre pero realmente no inspiras a comprarte…

Sonreí de costado al escuchar sus palabras ya que en su voz podía notar ese miedo que me resultaba ciertamente excitante. De momento me mantuve quieto sin necesidad de hacer algo más de lo que ya había hecho, mejor aprovechando mi tiempo para degustar el sabor de su sangre que había quedado sobre mi lengua.
Lleve mi mirada hacia su rostro notando la reacción de su cuerpo cuando su mirada se cruzo con la mía y antes de que hiciera alguna otra pregunta dije despreocupadamente.
Soy… un augurio de muerte.
Observe bastante intrigado la curiosa posición por la que el humano había optado y no pude evitar soltar una pequeña risa ante sus movimientos que ciertamente parecían algo desesperados y tras unos instantes de quedarme viendo sus forcejeos me aleje de golpe de su cuerpo al mismo tiempo que soltaba sus manos, por consiguiente haciendo que el chico terminara por caer al suelo, dándose un fuerte golpe contra el mismo.
Vaya… eso debió doler.
Dije en tono burlón y me acerque a tomarle nuevamente por las muñecas esta vez colocándole de espaldas a la pared y sometiendo sus manos por encima de su cabeza, manteniéndoles fuertemente agarradas con una de mis manos mientras que con ayuda de mi cuerpo aprisionaba el suyo entre el mismo y la pared aplastándole y consiguiendo que su respiración se agitara aun mas.
Quédate quieto pequeño ratón… de lo contrario saldrás mas lastimado por tus propias acciones que por las mías.
Dije cerca de sus labios en un tono susurrante mientras que optaba por meter una de mis piernas entre las suyas presionando con parte de mi muslo su entrepierna y ya que me parecía buen momento, finalmente conteste su pregunta.
Eso no te lo puedo decir con seguridad… ya que lo que yo me lleve de ti depende de que te sepas comportar y de que… tengas para ofrecer.
Con mi mano libre busque en uno de los bolsillos de mi pantalón una pequeña navaja que siempre llevaba conmigo y la lleve directamente a una de sus mejillas lugar donde realice un corte superficial mientras presionaba con más fuerza su entrepierna.
De momento el sabor de tu sangre es algo que esta de tu lado y la verdad me pareces interesante así que me intriga el saber que tanto eres capaz de hacer por conservar tu vida…
Dije aun en un tono susurrante para más tarde acercarme a limpiar con mi lengua el fino hilo de sangre que había sido provocado por el corte de mi navaja en su mejilla.

Tras aquella lamida que había dado a su mejilla para limpiar su sangre sentí en respuesta a la misma la calidez de la saliva del otro recorriendo el filo de mi oreja; acción que me complació ya que me mostraba que no solo era un estúpido humano cualquiera lleno de temor, algo me decía que sería interesante.
Deje que sus piernas se enredaran sin problemas en mis caderas y apreté con algo más de fuerza sus muñecas entre mi mano, clavando mis uñas en su blanquecina piel. Aleje un poco mi rostro del suyo observando con detenimiento sus provocativos gestos y una pequeña risa se escapo de mis labios al escuchar sus últimas palabras y sobre todo al ver aquellas lagrimas que finalmente se dignaban a abandonar sus ojos. Me acerque nuevamente a él para con la punta de mi lengua retirar las lagrimas que rodaban por sus mejillas reemplazando aquel camino de agua salada por la calidez de mi saliva, para más tarde llevar lentamente mis labios hasta una de sus orejas y morder con fuerza su lóbulo arrancándole un pequeño pedazo de carne y creando una herida que sangraba; de la cual me quede unos instantes succionando la sangre que pudiera sacar de aquella pequeña herida para más tarde susurrar sobre su oído.
veo que el pequeño ratón es bastante inteligente…
Deje un pequeño beso sobre su oreja y mientras volvía a guardarme mi navaja con rapidez solté sus manos y lleve las mías a sus piernas, desenredándoles de mis caderas y asegurándome de que al soltarles el joven humano quedara de pie.
No te muevas.
Dije en tono de orden hacia le humano y me aleje un par de pasos de su cuerpo observando el casi insignificante basurero a unos pasos de nosotros, lugar en el cual afortunadamente alcance a ver entre un par de bolsas una vieja escoba, con el palo bastante astillado y lo suficiente inservible para estar en aquel lugar; me acerque cuidadosamente a sacar aquella escoba deshaciéndome de la gastada parte inferior para quedarme solo con el palo y guardando distancia con el humano me puse a jugar con aquel palo girándolo en una de mis manos; teniendo el cuidado de no clavarme ninguna de las astillas y mientras hacía aquello me dedicaba a observar con detenimiento al ser que tenia frente a mí.
Hasta el momento no había dicho una sola palabra hasta que de golpe detuve aquel palo entre mi mano e incline el mismo un poco para que resbala en mi mano y alcanzara a tomar el mismo por un extremo, para con el otro extremo; colocarlo contra una de las mejillas del muchacho mientras decía.
Si es verdad que… me obedecerás, entonces probemos tu obediencia.
Deslice el extremo del palo por su cuello hasta llegar a su pecho, colocando la punta del palo sobre uno de sus pezones y empujando la misma contra su pecho para hacer una fuerte presión sobre aquella sensible zona de su cuerpo y mientras tanto me atreví a ordenar.
Desnúdate… pero te aconsejo cuidar la forma en la que lo haces porque… si haces cualquier cosa que no me agrade voy a golpearte y ten por seguro que te dolerá… y bastante, mas con alguien que no conoce la piedad.
Retire el palo de su cuerpo y volvía e empezar a girarle en una de mis manos, esperando que el otro acatara mi orden y cuidando con la vista cada movimiento de su cuerpo; estando al pendiente en todo momento tanto de sus acciones como de sus gestos.

Giraba aquel palo entre mi mano mientras escuchaba complacido aquellos repentinos sollozos que de un momento a otro se habían vuelto más audibles sin embargo no me precipite a castigarle, espere tranquilamente a que su cuerpo y mente le dejaran tomar una buena o mala decisión, hasta que finalmente observe con gusto como sus manos retiraban su playera y dejaban al descubierto la tersa piel de su torso; obviamente confirmándome que accedía a mi petición.
Cuando sus manos llegaron a su pantalón para hacer lo necesario para retirarlo, escuche su titubeante interrogante a la cual a pesar de que no necesitaba respuesta asentí con la cabeza, observando como aquella prenda resbalaba por sus piernas y con sus pies terminaba por deshacerse de ella.
Arquee una ceja al notar ese acercamiento que había hecho para conmigo y no pude evitar asomar de manera maliciosa uno de mis colmillos aunque ciertamente fui un poco cuidadoso pues no quería que el otro notara antes de tiempo ese pequeño error que ya había cometido.
Me quede unos instantes observando cómo su última prenda era retirada de su cuerpo y como el mismo quedaba completamente expuesto ante mi vista mientras el detener de el palo en mi mano era causa de una de las manos del humano. Por unos minutos solo mantuve mi vista observando con escrutinio cada parte de la anatomía del otro, sin la necesidad de tener que evitar el relamerme los labios descaradamente.
Finalmente lleve mi mirada a su ropa interior que pendía de la punta de aquel palo que aun sostenía y atraje aquella punta hacia mí para tomar su ropa interior sintiendo entre mi otra mano el calor que su entrepierna había dejado en esa zona de su prenda interior. Tras unos instantes en completo silencio opte por romper el mismo mientras aquella prenda resbalaba de entre mi mano y empezaba a hablar en un tono lo suficientemente alto y por sobre todo firme y seco.
Sabes pequeño ratón… Si hablamos de probar la obediencia de alguien soy muy… estricto... de hecho bastante… por lo que solo cuando yo te de permiso de moverte libremente puedes hacerlo.

De momento has cometido el pequeño error de hacer un par de cosas para las que no te he dado permiso, como el hecho de que te acercaras y eso te costara.

Pero no te preocupes después de lo que será tu castigo… seguramente la próxima vez serás mucho… pero mucho más obediente y por sobre todo… cuidadoso…
Sonreí con malicia y acomode el palo a uno de mis costados para luego cortar la mínima distancia que nos separaba y sin previo aviso levante una de mis piernas para con mi rodilla, atinar un fuerte golpe sobre la boca del estomago del humano para tras ello hacerme rápidamente a un lado, dando espacio a que su cuerpo callera hacia el frente debido al dolor y el aturdimiento de aquel golpe.
Aprovechando que sus rodillas habían quedado recargadas sobre el suelo, antes de que se fuera a ir hacia un lado u otro, con uno de mis pies empuje su costado izquierdo hacia la derecha para que quedara paralelo a la pared. Me moví un par de pasos por uno de sus costados y volví a levantar una de mis piernas para nuevamente con mi rodilla azotar un golpe de menor intensidad sobre su columna vertebral justo en la zona de las cervicales, procurando tener cuidado de no golpearle muy fuerte como para matarlo; si no, solo lo sufriente como para que su cabeza fuera a dar contra el piso dejando por consecuencia su trasero mucho más expuesto debido a la posición.
Me coloque nuevamente a sus espaldas y ya que la posición inclinada de su cuerpo me daba una perfecta vista de su entrada, sin dudarlo coloque la punta de aquel palo astillado en el anillo de su ano para más tarde de golpe y sin un ápice de compasión, penetrarle con aquel palo, sabiendo que las astillas del mismo se quedarían encajadas en su entrada, lastimando las mismas profundamente y con cada movimiento de aquel palo las mismas irían cada vez más adentro de su piel hasta ir más allá de sus paredes.
Ya que no le había sometido a ningún tipo de preparación aunque el palo no era muy grueso, las paredes de su entrada dificultaban el movimiento del mismo sin embargo yo no estaba de humor como para esperar a que se acostumbrara por lo que use mas fuerza de la normal para empezar a meter y sacar aquel palo de su interior, llevándole a entrar hasta el fondo en su interior; si, hasta que sintiera que no podía encajar mas aquel artefacto dentro de su cuerpo y luego de ello sacándole de golpe y por completo para volver a entrar de aquella forma tan violenta hasta que su entrada se acostumbrara.
Oh~ y no se te que ocurra levantar el rostro del pavimento porque de hacerlo, para cuando terminemos tu bello rostro quedara plasmado en el cemento pintado por el exquisito color del liquido carmesí que corre por tu cuerpo.
Dije al notar que entre el dolor el otro había empezado a intentar sostenerse sobre sus manos. Me enfoque de momento a las embestidas que daba a su entrada con aquel “instrumento” y cuidaba cada posible acción de su cuerpo ya que el cómo mis victimas recibían sus castigos era algo que analizaba muy bien para elegir si esta viviría o moriría.